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Duque y su crisis de gobernabilidad

Escrito por Jorge Bustamante
Presidente, Iván Duque.

jorge BustamanteEl presidente ha tenido dificultades para consolidar mayorías en el Congreso e incluso para poner de acuerdo a su propio partido. ¿Un peligroso vacío?

Jorge Bustamante R*

Crisis de gobernabilidad

Se ha especulado mucho sobre la capacidad del presidente para lograr fuerza suficiente en el Congreso o para tener “gobernabilidad” como suelen decir los analistas.

Muchos políticos, incluso algunos miembros del Centro Democrático (CD), parecen inclinados  a adoptar una agenda propia, distinta de la de Duque. Algunos conjeturan que en realidad se trata de una «jugada» acordada entre aliados para demostrar la independencia del presidente.

Sin embargo el desgaste del Gobierno es evidente. Según la encuesta Yanhaas el presidente ha perdido 14 puntos porcentuales de aprobación, al pasar de 53 por ciento al comenzar su mandato al 39 por ciento en la segunda semana de septiembre. Por su parte, la desaprobación del gabinete pasó del 39 al 49 por ciento en tan solo una semana.

Y mientras tanto la capacidad política del CD para “rodear” al presidente  empieza a ponerse en duda.

Más allá de las  variadas interpretaciones sobre la gobernabilidad de Duque, parece claro que dentro del CD (que tiene una bancada de 19 senadores y 32 representantes a la Cámara) existen tres agendas:

  • La de Duque, que ganó la Presidencia como representante de su partido;
  • La del senador Uribe, que ha adoptado posiciones contradictorias y ha decidido apoyar iniciativas que rechaza pocos días después (como la consulta anticorrupción o la reforma a la justicia de Paloma Valencia). Uribe se ha distanciado en muchos aspectos de las propuestas del gobierno, a pesar de que el uribismo se quedó con una cota importante del gabinete: los ministerios de Hacienda, Trabajo, Relaciones exteriores y Defensa, por lo menos.
  • Y la del CD como partido, que no parece tener un norte, si se tiene en cuenta el sinnúmero de opiniones “espontáneas” y disímiles que han salido de allí: el incendiario discurso de Ernesto Macías, el desacuerdo en la elección de Contralor, la propuesta de Maria Fernanda Cabal de cambiar toda la cúpula militar, etc.

Puede leer: Duque, el Centro Democrático y la indagatoria: donde manda capitán no manda marinero-presidente.

¿En qué están los partidos?

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Duque y los Partidos políticos.
Foto: Ministerio del Interior

En contraste con el CD, Cambio Radical (CR), que tiene 16 senadores y treinta representantes, cuenta con la figura de Germán Vargas, que mantiene la unidad de la bancada y asegura protagonismo para el partido: ya radicó un proyecto de reforma tributaria y otro de reforma a la justicia, antes que el mismo gobierno de Duque. Otro ejemplo de la importancia de CR en el Congreso fue su destacado y complejo papel en la elección del contralor Carlos Felipe Córdoba. No en vano Vargas y su partido se declararon independientes del Gobierno.

En el Partido Conservador (PC), que tiene quince senadores y 21 representantes, el expresidente Pastrana se posicionó “burocráticamente” en el Gobierno, mientras que a la vicepresidenta Ramírez le fueron asignadas funciones expresamente fijadas por el Presidente. Sin embargo se debe señalar que no es clara la representación de los conservadores en el Gobierno, pues la Vicepresidenta no fue avalada por el Partido Conservador, sino mediante firmas que recolectó por cuenta propia.

Algunos miembros del Centro Democrático (CD), parecen inclinados  a adoptar una agenda propia, distinta de la de Duque.

El Partido Liberal (PL), que tiene catorce senadores y 37 representantes, también se declaró como independiente, pues “no ha sido invitado” a la coalición, según César Gaviria. El liberalismo jugó un papel destacado en la elección de contralor, en coalición con casi todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso.

Tanto la coyuntura del proceso electoral de 2017 como la de 2018 fueron traumáticas para el PL, pues la escogencia de candidato a la presidencia, la conformación de las listas al Congreso y la posición con respecto al Acuerdo Paz crearon profundas divisiones internas.

Actualmente los liberales están divididos en cuatro grupos:

  • El “oficialismo”, representado por César Gaviria;
  • Un grupo disidente integrado entre otros por Juan Fernando Cristo, Cecilia López, Guillermo Rivera y Ramiro Bejarano, quienes ya oficializaron su salida del Partido;
  • El grupo del senador Juan Manuel Galán, quien intenta revivir el Nuevo Liberalismo, y
  • El grupo de las senadoras Vivian Morales y Sofía Gaviria.

Tanto Galán como estas dos últimas fueron excluidos de la consulta interna del partido para escoger su candidato, a través de diferentes mecanismos, por ejemplo, la expedición de un “Manifiesto Liberal” sobre el apoyo incondicional al Acuerdo de Paz y a las negociaciones con el ELN.

Sin perjuicio de lo anterior, con su considerable presencia en el Congreso, el liberalismo tiene una importante capacidad negociadora en el trámite de la agenda legislativa del Gobierno. En contraste con la férrea oposición del CD al Acuerdo de Paz, el liberalismo fue uno de sus más grandes defensores, además de contribuir con buena parte del equipo negociador: Humberto De La Calle, Juan Fernando Cristo, Rafael Pardo, Guillermo Rivera, José Noé Ríos y Sergio Jaramillo, entre otros.

El Partido de la U (que tiene catorce senadores y 25 representantes) no presentó candidato propio a la contienda electoral. En la primera vuelta estuvo dividido y en la segunda se inclinó por Iván Duque. Se declaró como parte de la coalición de gobierno, pero la votación no fue unánime, pues 25 estuvieron a favor y 16 en contra, lo que demuestra la división y el malestar interno. En todo caso, sorprende que Duque les haya dejado una importante cuota burocrática en altos cargos del Estado tanto a la U como al santismo.

La oposición, compuesta por el Polo Democrático (con cinco senadores y dos representantes), el Partido Alianza Verde (con diez senadores y nueve representantes),  la FARC (con cinco senadores y cinco representantes) y la Lista de los Decentes (con cuatro senadores y tres representantes) tiene una agenda propia y potencial de entorpecer las mayorías de gobierno.

Le recomendamos: ¿Cómo le irá a Duque en el Congreso?

Una dudosa mayoría

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Partido político, Centro Democrático
Foto: Cámara de Representantes

El gobierno logró aglutinar una incipiente mayoría formal en el Senado con 53 congresistas, al sumar los del CD,  el PC el Partido de la U.  Digo que la mayoría es formal y no real, porque aún hay mucho descontento en las filas de estas tres colectividades.

Por otra parte, en la Cámara de Representantes el gobierno no tiene una mayoría ni siquiera incipiente. Por lo tanto, tanto en Senado como en Cámara la gobernabilidad de Duque es extremadamente frágil, pues deberá adelantar negociaciones políticas “al detal”, lo que sin duda es más costoso y desgastador.

Duque todavía puede hacer uso de los cargos de representación gubernamental regional, de algunos en la esfera nacional y de algunos del servicio exterior para lograr una coalición de gobierno sólida en el Congreso. Dejar ese enorme espacio al libre vaivén de las circunstancias en un país tan desinstitucionalizado es un enorme riesgo, no sólo para su gobierno sino para el país.

Uribe, que ha adoptado posiciones contradictorias y ha decidido apoyar iniciativas que rechaza pocos días después.

El presidente también tiene la tarea de ajustar el discurso, las señales y  las informaciones  de todos sus funcionarios de gobierno, pues hasta ahora se han dado muchas salidas en falso, trastoques de roles en declaraciones y compromisos inciertos.

Si el Gobierno no ocupa el espacio político en su integridad, lo ocuparán otros actores políticos, como ha sucedido hasta ahora en la agenda legislativa. Como decía Rafael Núñez, se debe: “gobernar de lejos y administrar de cerca”. El ritmo de la marcha del país lo debe imponer el presidente como jefe del Gobierno y del Estado cuanto antes, pues el tiempo es oro, más aún cuando no hubo “luna de miel” entre el ejecutivo y el legislativo.

Le recomendamos: El miedo de Duque a la oposición.

* Politólogo y economista, exdirector de Planeación Distrital, exgerente de la ANDI en Bogotá, exgerente general de ISA, profesor universitario, consultor internacional, columnista de varios medios y exdirector nacional del Instituto de Pensamiento Liberal.

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