La escritora mexicana de ciencia ficción Gabriela Damián Miravete
reivindica la imaginación para pensar la relación con la naturaleza y
con nuestros territorios.
Andrés González Galante*
La canción detrás de todas las cosas
La canción detrás de todas las cosas es un libro de cuentos escrito por Gabriela Damián Miravete y que fue publicado el año pasado por la editorial independiente mexicana ODO Ediciones.
Este libro está compuesto por doce cuentos. Algunos de ellos están entrelazados entre sí y su protagonista es la misma Gabriela.
En ellos, Gabriela es una aspirante a escritora que descubre un mineral llamado “Naipes de ópalo” o “Sueño de enero” capaz de producir música y alterar la consciencia de quien la escucha. El descubrimiento la conduce a la Sociedad Anónima para la Preservación y el Estudio de los Naipes de Ópalo (SAPENO) que se dedica a estudiar este mineral.
Este juego metaficcional sirve para reflexionar sobre el papel de la ficción y la imaginación en la investigación científica y para pensar nuevos futuros —o nuevos pasados— que puedan transformar nuestra relación con la tierra, sus formas y nuestras vidas sobre ellas.
Los otros cuentos se pueden leer de forma independiente y son historias que están almacenadas en estos Naipes. En ellas, se exploran geologías de todo tipo y en distintos tiempos: cuevas, volcanes, excavaciones o terremotos ya sean en la Ciudad de México de 1985, en la Israel del siglo I o en la península de Yucatán en el siglo XXI. La tierra es un registro vivo en el que coexisten distintas temporalidades, huellas y sueños.
Según Verónica Murguía, “Estos relatos tienen como eje la Tierra y están protagonizados, en su mayoría, por mujeres. […] Las protagonistas pueden ser arqueólogas, esclavas, adolescentes del futuro, vírgenes escogidas por la divinidad; son hijas, madres, un psicopompo infantil, avatares de los dioses originarios, niñas, jóvenes o viejas. Ellas, por medio de la escritura de Gabriela, nos muestran la tumba, el templo, el refugio.”
Gabriela como autora
Gabriela Damián Miravete es una escritora, guionista, editora y divulgadora nacida en la Ciudad de México.
Estudió Comunicación y Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona y Creación Literaria en la Escuela de Escritores de México. Ganó la beca Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2010 y el importante Premio Otherwise por su cuento “Soñarán en el jardín” en 2018. Ha sido publicada en antologías como El tercer mundo después del sol de Minotauro o Three Messages and a Warning de Small Beer Press.
Este juego metaficcional sirve para reflexionar sobre el papel de la ficción y la imaginación en la investigación científica y para pensar nuevos futuros —o nuevos pasados—
Además, hace parte de proyectos y colectivos de arte y ciencia como el Cúmulo de Tesla o del festival literario de ciencia ficción en español la Mexicona.
La escritura como volcán
En una conversación con Gabriela, ella habló sobre su experiencia de crecer en la capital mexicana: “mi niñez se vio marcada por el temblor del 85 que fue trágico. Pero lo viví con mucho asombro por la maravilla de la tectónica de placas y por el poder de la naturaleza, por su capacidad de hacernos tan frágiles”.
Para ella, la escritura y la geología, en especial los volcanes, han ido siempre de la mano: “la Ciudad de México es un territorio volcánico que tiene cerros por aquí y por allá pero que en realidad son bocas de volcanes. Esta conciencia de que México era un territorio volcánico llegó a mí cuando empecé a escribir”.
Sobre estos volcanes, dice que “son una gran presencia, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl en particular. Aunque lamentablemente la contaminación impida verlos como en nuestra infancia, ese paisaje fue muy importante para mí en términos de imaginación”.
Por otra parte, la escritora californiana de ciencia ficción Ursula K. Le Guin afianzó en esta relación entre los volcanes y la escritura, en particular por un discurso que dio en Bryn Mawr College, una universidad para mujeres, en 1986: “Somos volcanes. Cuando nosotras las mujeres ofrecemos nuestra experiencia como nuestra verdad, como la verdad humana, cambian todos los mapas. Aparecen nuevas montañas.”
En ese sentido, además de a los volcanes, el libro de Gabriela puede leerse como una carta de amor a Ursula Le Guin: “mi aprendizaje como escritora fue paralelo a la lectura de su obra. Primero la leí como lectora pero después quise saber cómo hizo esas novelas. Yo quería hacer algo así”.
De hecho, el libro tiene un epígrafe de la oración que abre la novela de La mano izquierda de la oscuridad, escrita por Le Guin en 1969: “Escribiré mi informe como si contara una historia, pues en mi planeta natal me enseñaron que la verdad nace de la imaginación.”
La verdad nace de la imaginación
En el cuento “Hic Svnt Dracones”, la protagonista, Gabriela Damián Miravete, sueña una noche con un sonido extraño que la deja perpleja. Es el sonido de un mineral que ella decide apodar “pequeños naipes de ópalo”.
La presencia de este mineral soñado es tan intensa que empieza a investigar sobre él y encuentra que en efecto son reales y que un grupo llamado SAPENO se dedica a estudiarlo pese a que una de sus fundadoras, Dacia Arturo, lleva un tiempo desaparecida. Además, el grupo no dispone de recursos pues su trabajo comenzó a afectar los intereses de empresas multinacionales dedicadas a la extracción minera.
Sin embargo, la narradora descubre las cualidades multimedia de los naipes gracias a este encuentro. La superficie del mineral tiene pequeñas marcas que pueden ser reproducidas como si se tratara de un vinilo mediante un sistema híbrido láser —óptico y acústico—. Los sonidos que producen son los mismos que ella soñó —y que pueden escucharse aquí, compuestos por Martha Riva Palacio Obón—.
La SAPENO entonces le propone escribir un libro con sus descubrimientos para su divulgación, pero la narradora se enfrenta con un dilema pues ella es una escritora fantástica, no es una divulgadora científica que escribe con “documentación en mano, papeles en regla, fuentes confiables”:
“El problema es que, con todo y que respetaba y admiraba mucho esa labor, yo no era (o no pretendía ser) esa clase de escritora. Lo que hasta entonces había hecho era ficción, y dentro de ella, deseaba escribir lo más ficticio que hay: cuentos de fantasía, ciencia ficción, cosas así”. Pero la SAPENO se muestra abierta al trabajo de Gabriela, a su defensa por “las posibilidades de imaginación” y la anima a escribir sobre los Naipes.
A lo largo de las historias que componen el libro, la imaginación se revela como una herramienta clave para ahondar en asuntos serios, científicos o históricos de forma sincera: “yo quise ser muy honesta y partir de un lugar muy íntimo que es mi imaginación fantástica”.
Esta sinceridad de la imaginación es la que le permite explorar lo que hay en torno a la tierra, su explotación o su misterio. Además, le permite mirar hacia el futuro o hacia el pasado para ofrecer nuevas miradas.
En el cuento de “Anunciación”, hay una reescritura de la historia de María, Maryam, la madre de Jesús. En ella, Maryam aparece como una mujer curiosa, sensual, con hambre de conocimiento: es una científica más que una virgen tiesa y postrada. Es una mujer viva que escucha la vibración de la tierra, su música, y la de su propio vientre. Aquí, la gestación es un acto creativo que nace de la curiosidad, de la “desobediencia” de conocer.
La escritura como afecto
En “El lenguaje olvidado”, el personaje de Gabriela se encuentra finalmente con Dacia Arturo, una de las fundadoras de la SAPENO y descubridora de los Naipes. Ambos personajes descienden en las grutas de Loltún, un extenso sistema cavernoso ubicado en la península de Yucatán, el núcleo del libro. Allí se encuentran con la cámara del Sueño de enero, el hogar de los Naipes de ópalo.

La SAPENO entonces le propone escribir un libro con sus descubrimientos para su divulgación, pero la narradora se enfrenta con un dilema pues ella es una escritora fantástica, no es una divulgadora científica.
Después de este encuentro, la narradora dice lo siguiente: “Constato que los míos no son los únicos sueños, ni las mías, las únicas palabras que narran su maravilla. Acepto la alta probabilidad del fracaso porque cedo ante el deseo de compartir el hecho de que la vida es un misterio que da vértigo, y que podemos asombrarnos en compañía.”
Los cuentos de Gabriela son una forma de “asombrarnos en compañía”, de pensar cuál es nuestra relación con nuestro territorio, con su misterio y su belleza. Pero no se esconden de los problemas reales que vivimos en la actualidad: el asesinato de líderes ambientales, la violencia de género, la predación de los recursos naturales o el autoritarismo del materialismo realista, carente de imaginación, de capacidad de asombro o de afecto.
La canción detrás de todas las cosas es un libro sobre el afecto y sobre la escritura como una ofrenda o un compartir. Es un libro sobre la tierra, la escritura y sus misterios. Como dice la narradora en “Hic Svnt Dracones”: “Anhelaba escribir de tal forma que la gente se sintiera como yo me había sentido al leer mis historias favoritas: ofrecer, a quienes lo necesitaran, una forma de afecto. El gozo de intuir que este mundo contiene otros mundos, la saludable sospecha de que la realidad, como la imagen de un caleidoscopio, está compuesta de muchas realidades que se tocan y transforman mutuamente.”
1 Comentario
Me resulta muy interesante el enfoque que Gabriela Damián Miravete utiliza en su libro «La canción detrás de todas las cosas». El hecho de emplear la ficción para transmitir mensajes importantes es algo que realmente me llama la atención, esta obra muestra cómo la imaginación puede desempeñar un papel fundamental en nuestra comprensión de muchas cuestiones o problemáticas en este caso el principal es la relación entre las personas y la naturaleza.
La manera en que Gabriela explora esta conexión a través de historias entrelazadas y diversos personajes, especialmente mujeres protagonistas, resalta la importancia de cuestionar nuestra relación con el mundo natural. A veces, olvidamos el impacto que tenemos en la tierra y su diversidad biológica, así como el impacto que la naturaleza tiene en nosotros. Este libro nos podria recordar que nuestra relación con la naturaleza no es solo de un solo sentido; es una interacción compleja que merece ser reflexionada y valorada.
Además, la autora también aborda cuestiones de género en su obra, lo que añade una capa extra de profundidad a su narrativa. Destaca la necesidad de compartir la belleza que la vida y la naturaleza nos ofrecen. En un mundo donde a menudo nos sumergimos en asuntos cotidianos y monótonos, este libro nos invita a maravillarnos de nuevo y a considerar las múltiples realidades que coexisten a nuestro alrededor.