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De vuelta al redil: candidatos cristianos por el liberalismo

Escrito por Fabián Acuña
Militantes del Partido Liberal.

Fabian AcunaEl Partido Liberal se sumará a la tendencia latinoamericana de hacer alianzas con iglesias cristianas para conseguir votos seguros. Pero esta alianza no es algo nuevo.

Fabián Alejandro Acuña*

Alianza inesperada

La noticia que la cabeza de lista del Partido Liberal (PL) para el Concejo de Bogotá es la hija menor de la familia Castellanos (máximos líderes de una de las iglesias cristianas más grandes del país) ha producido reacciones encontradas. Y no era para menos.

Hasta hace poco, los Castellanos eran aliados incondicionales del expresidente Uribe, pero ahora se postulan por un partido que ha mantenido una abierta oposición al exmandatario. Por otro lado, el PL frenó el año pasado la intención de la exfiscal Viviane Morales —también representante cristiana— como precandidata liberal a la presidencia.

Todo esto ha motivado muchos comentarios sobre la incoherencia de esta alianza entre cristianos y liberales, pero la historia es más compleja.

La nueva alianza PL-cristianos es parte de un fenómeno más amplio que está ocurriendo en Latinoamérica: la creciente influencia de agrupaciones evangélicas en política. Estas iglesias cada semana congregan millones de creyentes y han sido apetecidas por diferentes sectores políticos desde hace un buen tiempo.

No solo en Colombia

Al principio, algunos políticos iban a las iglesias y buscaban el apoyo para sus campañas, pero una vez elegidos, tomaban distancia o burlaban el apoyo evangélico. Pero ese tiempo ya pasó, porque estos grupos se han convertido en un sector decisivo en la política latinoamericana y desconocerlos, defraudarlos o no tenerlos en cuenta puede tener altos costos políticos.

Sectores de derecha, tradicionalmente asociados con la Iglesia católica, han tenido un resurgimiento en alianza con los evangélicos, y en la actualidad están en el centro de los debates políticos con temas como la mal llamada “ideología de género” y reivindicaciones del modelo tradicional de familia y valores cristianos.

El voto evangélico fue central para el triunfo del No en el plebiscito de 2016.

Además, han sido decisivos en la elección del presidente de Brasil y de Guatemala. En Costa Rica, en primera ronda ganó un predicador, aunque en segunda fue derrotado. Recientemente, el presidente de México ha consolidado alianzas con sectores evangélicos con espacio en medios de comunicación oficiales y la propagación de “la cartilla moral de la Cuarta Transformación”.

Y como es sabido en Colombia, el voto evangélico fue central para el triunfo del No en el plebiscito de 2016 sobre el acuerdo de paz con las FARC, y en la elección del uribista Iván Duque para la presidencia.

Puede leer: Los evangélicos y las elecciones del 2018.

¿Incoherencia liberal?

La relación del liberalismo con sectores evangélicos es amplia y para analizarla hay que tener en cuenta que:

1. Tradicionalmente, el liberalismo ha sido el partido con espectro ideológico más amplio, pues siempre ha congregado a sectores políticos muy distantes y —en contraposición al conservatismo— ha estado en favor del Estado laico desde su nacimiento.

Esto hizo que en la reforma constitucional de 1991 estuvieran del lado de un Estado multicultural, con garantías para minorías y con libertad de credo; por eso, (como lo mencioné en un artículo anterior) algunos grupos cristianos encontraron en el PL una plataforma apropiada para su participación en política, entre ellos la senadora Claudia Rodríguez de Castellanos.

Sara Castellanos, la cabeza de lista del liberalismo para el Concejo de Bogotá.

Foto: Facebook Partido Liberal
Sara Castellanos, la cabeza de lista del liberalismo para el Concejo de Bogotá.

2. Pero, por otro lado, el año pasado Viviane Morales, que era senadora liberal y representante de sectores cristianos, buscó impulsar un referendo en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Esta acción fue rechazada por el PL, y cuando buscó su postulación a la presidencia, el partido obligó a los precandidatos a firmar una cláusula donde se comprometían a respetar las libertades de las minorías para impedir la postulación de Morales.

Cambiando de camisetas

Rodríguez de Castellanos fue elegida senadora por Cambio Radical (CR) en 2018. Ahora su hija es la primera en la lista de Concejo de Bogotá por el liberalismo.

No es la primera vez que esta familia participa en política por diferentes partidos. En 1998, su esposo, el pastor y fundador de la Misión Carismática Internacional, fue elegido representante a la Cámara por el Partido Nacional Cristiano (PNC), mientras Rodríguez era elegida senadora por el PL.

Los tránsitos políticos y cambios de camiseta son ya tradicionales en esta organización:

– Su vida política comienza con la fundación del PNC. Luego, encuentran lugar en el liberalismo, una plataforma más amplia para su acción. Allí comienzan una relación con el entonces senador Uribe, que se consolidó en los dos gobiernos del mismo.

– Con la reforma política de 2003, el PNC renuncia a su personería jurídica y se afilia a CR, de Germán Vargas, cuando era uribista, pero en el segundo gobierno de Uribe, Vargas se distancia del presidente y los Castellanos salen de este partido para ingresar al Partido de la U, que para ese momento era uribista.

– Acompañaron la elección presidencial de JM Santos, pero cuando se distancia de Uribe, salen nuevamente del PU, para acompañar a su aliado en la fundación de un partido opositor a Santos, el Centro Democrático (CD). En este momento, su participación y la de otros líderes cristianos fue decisiva en el resultado negativo del plebiscito de 2016.

– Después de más de una década de apoyo incondicional a Uribe, se da un nuevo distanciamiento. La información pública indica que los Castellanos demandaban al expresidente más y mejores lugares para sus candidatos en las listas del CD, y ante la negativa, se deslindan de esa organización y tienen diálogos iniciales con el PL, pero retornan a CR. (PL y CR se declararon en independencia del gobierno uribista de Iván Duque, en marco del estatuto de oposición).

– Hoy, con el mismo reclamo por mejores lugares en la lista y ante la negativa de CR, la familia Castellanos retorna al liberalismo, con la hija menor encabezando la lista para el Concejo de Bogotá.

Ante lo anterior, propongo algunas reflexiones y preguntas para la agenda política electoral en Colombia y algunas perspectivas para la región en diferentes direcciones.

Lea en Razón Pública: Las iglesias cristianas y la política en Colombia.

Poniendo condiciones

La posición a favor o en contra del modelo tradicional de familia, “la ideología de género”, y otros temas morales que hace un buen tiempo habían pasado a ser asuntos de conciencia, han vuelto y seguirán siendo puntos importantes de la agenda político-electoral en la región.

Los cristianos son una fuerza política que llegó para quedarse, tienen “los números”, votantes fieles y disciplinados, y lo mejor: que no hace falta comprar sus votos, como ocurre con otros sectores políticos.

Los cristianos son una fuerza política que llegó para quedarse.

Esto hace que sean una fuerza decisiva en la elección de presidentes y autoridades locales. Y son conscientes de ello. Antes eran una fuerza subsidiaria a otras candidaturas, ahora son fundamentales y, en varios casos, ellos son los candidatos que movilizan disciplinadamente a sus propios votantes.

Esa conciencia les permite imponer condiciones, como lugares privilegiados en las listas, y si no son aceptadas, no tienen problema de llevar sus votos a donde los acepten, lo que les da un alto grado de movilidad.

¿A cambio de qué?

No es novedoso que, por estrategia política, organizaciones estén dispuestas a modificar sus principios por votos, entonces algunas preguntas para el PL son: ¿a qué está dispuesto a renunciar el liberalismo por querer asegurar alta votación en la capital?, ¿Renunciará acaso a su apoyo al proceso de paz? Porque los Castellanos eran abiertamente contrarios al Acuerdo.

¿Cambiará su orientación en defensa de la libertad de minorías como las víctimas, la comunidad LGBTI, los desmovilizados, etc.? Porque en consonancia con Uribe, también estuvieron contra de la Ley de víctimas y restitución de tierras, y promovieron la falsa “ideología de género”.

Es claro que los Castellanos son conscientes de la fuerza política que tienen, pero también cabe preguntarle a esta sección cristiana, si la alianza con el liberalismo se puede interpretar como una ruptura total con el expresidente Uribe; ¿ha cambiado en algo su postura frente al acuerdo de paz?; ¿el retorno al liberalismo es señal de una posición más tolerante frente a otras minorías?; y, ¿por cuántos partidos más transitarán?

Claudia Castellanos en su iglesia.

Foto: Facebook Claudia Castellanos.
Claudia Castellanos en su iglesia.

Le recomendamos: Cristianos y diversidad religiosa en Colombia.

Reflexión para electores

Los electores creyentes suelen a ser muy disciplinados y fieles a las orientaciones de sus líderes, pero también sería errado considerar que son completamente irreflexivos. Todavía está por analizar, las fracturas internas en las congregaciones que genera la relación religión-política, que no todos los creyentes consideran adecuada. Con todo, las iglesias cristianas siguen siendo un enorme capital político.

La reflexión final que quiero dejar al lector es que imagine un miembro de la congregación que durante años y por acompañar a sus líderes, ha hecho campaña por diferentes partidos y logos, y cambiando de camiseta en cada elección:

– Primero por el PNC, después por el PL, luego por CR, después por el PU, luego por el CD, nuevamente por CR y ahora por el liberalismo.

– O ese mismo votante, que hizo campaña por el uribismo, luego por Santos a la presidencia, después contra Santos, luego en contra del acuerdo de paz; en la elección pasada, por un partido contrario a Uribe y ahora por el partido que más defendió el acuerdo de paz.

En realidad, me cuesta pensar que este nivel de movilidad política e incoherencia mantenga intacta la fe ciega e incondicional de cualquier elector.

*Politólogo, estudiante de doctorado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede México.
@acuna_fabian

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