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De Calígula a Il Cavaliere

Escrito por César Ferrari
Cesar Atilio Ferrari

Cesar Atilio FerrariCrónica de una caída anunciada e inevitable: el régimen de populismo mediático o totalitarismo moderno inventado por Berlusconi en beneficio propio agoniza en medio de escándalos cada vez más patéticos. Pobre Italia…

César Ferrari *

El poder corrompe… 

Cuenta Cayo Suetonio en la "Vida de los Doce Césares" que Calígula, quien reinó entre el 37 y 41 DC y a los 29 años murió asesinado por su guardia pretoriana harta de sus abusos, "… para no dejar de experimentar ningún género de extorsión, montó un prostíbulo en palacio, destinando y decorando varias salas a este fin de acuerdo con la majestuosidad del lugar, donde se prostituyesen damas romanas y muchachos de condición libre."<[2].

Dos mil años después, el Presidente del Consejo de Ministros italiano, Silvio Berlusconi, es acusado de concusión y prostitución de menores por los fiscales de Milán basados en cientos de declaraciones de testigos, implicados e interceptaciones telefónicas legales. 

Los seres humanos no cambian, la naturaleza humana no cambia. Cambian las instituciones y la tecnología desarrolladas por ellos mismos y las formas con que ejercen el poder. Así, actúan dentro de los límites sociales mientras su poder no les permite sobrepasarlos. Pero si no tienen contrapeso, pueden violar esos límites y eso implica abusar de los demás. 

Acosado por las acusaciones 

Berlusconi deberá comparecer el 6 de abril 2011 ante un tribunal de Milán por los cargos de prostitución de menores y concusión. 

La acusación de prostitución de menores se basa en declaraciones de testigos y de grabaciones judiciales legales. Las mismas prueban que "Ruby", Karima el Mah-rouga, prestó favores sexuales a Berlusconi a cambio de pago cuando aún era una menor de 17 años. 

La acusación de concusión se basa en una llamada telefónica de Berlusconi a la policía milanesa para que liberara a Ruby, detenida por robo, aduciendo que era sobrina de Hosni Mubarak, y la entregara a la diputada regional Nicole Minetti quien se la habría presentado. 

El Presidente del Consejo tiene otros problemas judiciales. El primero es el de Mediaset, que se reabrió el 28 de febrero, referido a la acusación de fraude fiscal y falsedad por parte de la cadena propiedad de Berlusconi, en la compraventa de derechos de televisión a precios inflados mediante empresas bajo su control. 

El segundo caso, que se reinició el 11 de marzo, se refiere al proceso Mills en el que Berlusconi es acusado de corromper al abogado David Mills con 600 mil dólares para que no declarara en su contra en dos procesos previos de corrupción en los que compareció como testigo. Por ello, Mills fue condenado a 4 años y seis meses. 

Los procesos adicionales contra Berlusconi fueron congelados gracias a la llamada ley Alfano, que le otorgaba inmunidad total en materia penal. La ley Alfano fue tramitada en 2008 por el Ministro de Justicia y derogada por la Corte Constitucional en octubre del 2009 por inconstitucional, por no respetar la igualdad ciudadana ante la Ley. 

El "pueblo": excusa para evadir a la justicia 

En su defensa, Berlusconi ha aducido siempre un complot judicial en su contra. Recientemente argumentaba que "El pueblo es mi juez último… Los jueces de Milán no podrán cometer su golpe porque en una democracia, cuando se trata de decidir quién gobierna, es el pueblo elector el juez de última instancia y con ello el parlamento, que son los únicos titulares de la soberanía política"[3].

Pero ese pueblo, representando una única aspiración y voluntad, no existe, como sostiene Umberto Eco. Lo que existen son personas, ciudadanos diversos, con intereses, conocimientos, información y opiniones distintas[4]. Conveniente y selectivamente informados han sido inducidos a apoyarlo, incluso en contra de sus propios intereses. 

La creación de la imagen del consenso popular sobre la base de encuestas, como señala Eco, se resume en la expresión "Estado de Opinión como fase superior del Estado de Derecho" que circuló en los últimos años. Este Estado de Opinión es, en gran medida, la misma aspiración de Berlusconi: la opinión del "pueblo" por encima de la ley y, por lo tanto, capaz de eliminar o modificar los límites que la ley impone al poderoso. 

Dinero, poder y control 

Silvio Berlusconi nació en Milán en 1936 en una familia de clase media. La prensa italiana lo llama sarcásticamente il cavaliere (el caballero) por sus innumerables salidas irreverentes, machistas y fuera de tono. Pero sí es caballero de la Orden del Mérito al Trabajo. 

Comenzó como cantante en clubes nocturnos y cruceros en el Mediterráneo. En 1961 se graduó de abogado y creó una empresa constructora. Diez años después constituyó su primera estación de televisión por cable (Telemilano). Acumuló su fortuna a través de su holding Fininvest, propietaria del A.C. Milán, de Il Giornale, de la editorial Mondadori y controla 30 por ciento de las acciones del banco Mediolanum y 40 por ciento de Mediaset, con intereses en los medios de comunicación y producción de películas.[5]

En 2010 su fortuna se elevaba a 9,000 millones de dólares, siendo el tercer hombre más rico de Italia y uno de los hombres más ricos del mundo (puesto 74)[6]. Su poder económico es notable y le permite, a través de sus compañías, controlar un periódico y las tres más grandes estaciones privadas de televisión. A su vez, controla los tres canales públicos de televisión de RAI (Radio Televisión Italiana) mediante los directivos que nombra como Presidente. Realmente controla la casi totalidad de la televisión italiana. 

Maneja también su partido político, el Pueblo de la Libertad, que sostiene financieramente y en el que escoge a su antojo los candidatos. Su intención aparente es la de sustituir paulatinamente legisladores más formados y, por lo tanto, más independientes, por otros menos formados, como Nicole Minetti, dependientes y subalternos. Elegidos con su apoyo mediático, a través de ellos puede controlar la legislatura y, en un régimen parlamentario como el italiano, el ejecutivo. 

Del poder económico y político al control mediático 

La tentación del poderoso es hacer creer a quienes no comparten su poder, pero que lo miran con simpatía, que ese poder lo ejerce en beneficio de la mayoría, que lo que hace siempre está bien, y que quienes critican su ejercicio están equivocados o actúan de mala fe. 

A todas las acusaciones sobre corrupción en los negocios o en su vida personal, Berlusconi siempre ha respondido acusando a sus críticos de falsos o de encarnar torvas intenciones. A las críticas sobre la situación económica o política del país siempre ha respondido que los problemas son inventos de sus contradictores o de minorías equivocadas. 

Por supuesto, la posibilidad de contradecir, descalificar y ser creíble depende de hasta qué grado se controlan los medios y cuánto se los usa. Ese control se refiere a la televisión; las grandes mayorías por convencer no leen periódicos ni revistas[7]. Silvio Berlusconi lo entendió muy bien. 

Por eso su trayectoria política ha ido de la mano de su afán por controlar los medios. Y cuando no lo hace mediante dinero o nombramientos, intenta hacerlo por la fuerza. El 27 de enero 2011 cuando el programa Annozero (año cero) de RAI trató sobre su problema judicial, el Director General de la RAI lo acusó de irrespetar el Código de la televisión. 

Durante toda su carrera política, Berlusconi ha utilizado su poder mediático para apoyar sus acciones políticas y eso explica en gran medida su éxito. Lo ha podido hacer por qué en Italia no existen normas legales o sociales que obliguen a separar los intereses empresariales de los intereses políticos, como sí existen en otros países[8]. Tampoco se tiene una legislación anti-monopolio, que impida la concentración en la propiedad de los medios. 

Sobre el populismo mediático 

Umberto Eco ha calificado al régimen de Berlusconi de populismo mediático. Para Eco, "populismo es una forma de régimen que pretende pasar por encima de la intermediación parlamentaria y tiende, por tanto, a establecer una relación plebiscitaria inmediata entre el líder carismático y la masa"[9]. Según Eco, esa intermediación se hace a través de la televisión; no de los periódicos ni del parlamento. 

El populismo mediático asume también posiciones sociales conservadoras como una manera de ampliar su respaldo con tradicionalistas y fundamentalistas religiosos sumamente activos políticamente. No importa ser divorciado o libertino, lo importante es, por ejemplo, perseguir la prostitución, combatir el matrimonio entre homosexuales, las parejas de hecho, el aborto y la eutanasia, incluso en situaciones legalmente aceptadas. 

Una de las intervenciones más notables de Berlusconi, que ilustra esta actitud, fue el caso de Eluana Englaro, una joven con daño cerebral y en estado vegetativo irreversible desde 1992 hasta el 9 de febrero de 2009. Mediante un decreto que no fue autorizado por el Presidente Giorgio Napolitano, pretendió impedir que se cumpliera una sentencia judicial que autorizaba al padre de Eliana desconectarla de las máquinas que le suministraban nutrición[10].

Posguerra: cohabitación y progreso 

No fue siempre así. Antes de la llegada al poder de Berlusconi, los políticos y partidos tradicionales italianos, democristiano, socialista y comunista, gobernaron a Italia en forma democrática durante más de cuatro décadas, con el predominio claro de la democracia cristiana y el apoyo decidido de la Iglesia Católica. El régimen implicaba una cohabitación de hecho entre dichos partidos, con un reparto de las empresas y los puestos públicos proporcional a los votos obtenidos. 

Gobernaron desde el fin de la segunda guerra mundial hasta principios de los años noventa, durante la llamada Primera República italiana. Realizaron la recuperación de la posguerra, la reconstrucción de la infraestructura, la modernización industrial, de la banca y de los servicios, el renacimiento de las artes y el turismo, en suma el milagro económico italiano. 

Entre 1960 y 1990 el PIB per cápita italiano pasó de US$ 804 a US$ 19 983 (aumentó 24,8 veces). En el mismo periodo, Francia pasó de US$ 1 344 a US$ 21 382 (15,9 veces), Gran Bretaña de US$ 1 381 a US$ 17 688 (12,8 veces) y Estados Unidos de US$ 2 881 a US$ 23054 (8 veces)[11].

Corrupción, crisis, vacío de poder 

Pero tanto poder, durante tanto tiempo, condujo a los poderosos gobernantes italianos a sobrepasar los límites de lo legal y socialmente aceptable y los llevó a su derrumbe. Un gigantesco escándalo de corrupción llamado Tangetopoli (ciudad de los sobornos) fue lo que produjo la caída de la Primera República entre 1992 y 1994. Tangentopoli involucraba todo tipo de sobornos y cohechos relacionados con las compras y obras públicas. Fue descubierto, perseguido y judicializado en la famosa operación Mani Pulite (manos limpias). 

El vacío político que produjo el fin de la Primera República y la declinación irreversible de los políticos y partidos tradicionales favoreció la emergencia de nuevas figuras y grupos, particularmente de aquellos que proclamaban la reducción del Estado para eliminar la corrupción estatal y la ineficiencia. Entre ellos estaba Berlusconi, quien en 1993 fundó su partido Forza Italia (Fuerza Italia), posteriormente convertido en el Pueblo de la Libertad. 

En 1994 formó una coalición de derecha con la Alianza Nacional de Gianfranco Fini, actualmente su enemigo político, y la Liga Norte, un partido separatista, hostil al sur y a los inmigrantes, de Umberto Bossi, hoy su principal respaldo. 

Al triunfar en las elecciones, Berlusconi se convirtió en Presidente del Consejo de Ministros. Sin embargo, las rivalidades entre los coaligados y una acusación contra Berlusconi por fraude hicieron colapsar el gobierno. Su primer periodo duró entre abril de 1994 y enero de 1995, inaugurando la Segunda República. Volvió al poder entre junio de 2001 y mayo de 2006. Su tercer y actual periodo se inició en mayo de 2008. Y ahora estaría por terminar de una manera poco grata y con él, probablemente, la Segunda República. 

Desconfianza de los ciudadanos, cansancio de los empresarios 

La razón principal del declive de Berlusconi radica en que la mayoría de los italianos está cansada de sus escándalos y de su lamentable imagen internacional. En un sondeo publicado el 23 de enero de 2011, que preguntaba sobre la confianza que tenían en sus principales líderes políticos, 21 por ciento de los entrevistados respondió que tenía mucha confianza en Berlusconi y 17 por ciento bastante (un punto menos que en la encuesta de noviembre de 2010); a su vez, 14 por ciento le tenía poca confianza y 48 por ciento ninguna (un punto más que en el sondeo anterior)[12]. 

Otra encuestadora encontró que entre el 24 y el 26 de enero del 2011, 35 por ciento respondió tener confianza en el gobierno y 33 por ciento en el Presidente del Consejo. Un mes después, entre el 24 y el 28 de febrero de 2011, 35 por ciento seguía teniendo confianza en el gobierno y 31 por ciento en el Presidente del Consejo[13]. 

Aquella no es la única razón, el empresariado nacional parece ya no estar dispuesto a seguir apoyando al cavaliere. El 29 de octubre de 2010 la Presidenta de Confindustria, Emma Marcegaglia señaló con dureza que "el país es víctima de la parálisis y no existe iniciativa por parte del gobierno, en un momento muy difícil de la economía." Y comentando los escándalos señaló: "ha llegado el momento de recobrar el sentido de las instituciones del Estado, cuya credibilidad y cuyo prestigio están afectados por una ola de barro."[14]

La realidad económica 

La decadencia italiana viene produciéndose desde hace varios años. No es para sorprenderse: pareciera que el gobierno italiano y sus ministros dedican la mayor parte de su energía y pasan la mayor parte de su tiempo defendiendo a su Presidente.  

Mientras en 2009, en plena crisis global, el PIB italiano cayó 5 por ciento, en las otras dos mayores economías europeas, que fundaron junto con Italia la Comunidad Europea, Alemania y Francia, cayó 4,7 por ciento y 2,6 por ciento, respectivamente. En 2008, el PIB italiano cayó 1,3 por ciento, mientras que el alemán aumentó 1 por ciento y el francés 0,2 por ciento. 

Mientras que en el 2000 el PIB per cápita italiano (US$ 25,597) era superior al PIB promedio de la OECD (US$ 24,581), en 2008 el italiano (US$ 31,213) era inferior al promedio de la OECD (US$ 33,732) [15]. 

Más grave aún, mientras que en Italia la contribución de la productividad total de los factores a la tasa de crecimiento del PIB fue de 0,22, en Alemania y Francia esa contribución fue de 1,07 y de 1,16, respectivamente. Tal situación tiene que ver, seguramente, con la baja inversión que Italia hace en investigación y desarrollo: en el 2008 Italia invertía 1,18 por ciento del PIB, mientras que Alemania invertía 2,53 por ciento y Francia 2.04 por ciento. 

Molestia de la Iglesia  

La Iglesia Católica parece haber agotado también su paciencia. Hasta hace poco mantenía una relación cordial con Berlusconi, quien oficiaba como defensor de la moral católica, como en el caso de Eluana. Es que los escándalos del cavaliere ya son insostenibles e inocultables, incluso para la Iglesia… 

Por tal motivo, apelando a principios no negociables y empujada por párrocos y la feligresía de base, la Iglesia a través del diario Avvenire de la Conferencia Episcopal, el 29 de octubre de 2010 expresaba: "Estamos convencidos que Italia y los italianos esperan de quien se sienta en el vértice de las instituciones del Estado, la demostración de sentirse investido de deberes urgentes, más allá de un indudable y legítimo poder. Los mínimos son sobriedad personal y respeto decoroso de aquello que representa. Y se refieren tanto al lenguaje como al estilo de vida."[16]

Suspicacia internacional 

Berlusconi tiene que lidiar también con el frente internacional. Un reciente cable del Embajador de Estados Unidos en Italia, filtrado por Wikileaks, refleja la opinión demoledora del gobierno estadounidense sobre Berlusconi. No deja de señalar, desde luego, que un gobernante como él, "guiado de la mano" y "haciéndolo sentir importante"es un aliado conveniente: "Berlusconi ha hecho de Italia objeto de irrisión… Sus frecuentes disparates y la mala elección de sus palabras han ofendido prácticamente a toda clase de ciudadanos italianos y a muchos líderes europeos… Ha perjudicado la imagen del país en Europa y ha puesto en ridículo su reputación en muchos sectores del gobierno americano… Se ha convertido en el símbolo de la incapacidad y la ineficacia de los gobiernos italianos para resolver los problemas crónicos del país…"[17]

Probablemente lo que más preocupa a los círculos políticos occidentales sea la idea de que en la Italia de Berlusconi se estaría armando un laboratorio del populismo mediático, en los términos de Umberto Eco, o del totalitarismo moderno como lo plantea Stefano Rodotà,[18] que podría después implantarse en sus países.

Lo expresa Eco claramente: "Una de las razones por las cuales los extranjeros están tan interesados en el caso italiano es que Italia ha sido en el siglo pasado un laboratorio… Es un fenómeno que podría suceder y tal vez está sucediendo en otros países. Y el mecanismo será el mismo"[19]. Sucedió antes: el fascismo italiano adelantó lo que pasó en Alemania, en España y en los Balcanes. 

Escena final 

El exceso y el abuso del poder en beneficio del poderoso a costa de los demás, vestido del ropaje que sea, conducen a su destrucción. La caída de Silvio Berlusconi, sea por cuestiones judiciales o electorales, ya es cuestión de tiempo; las fuerzas en su contra son muchas y muy importantes. No es claro quién lo reemplazará. El espectro es amplio y los ciudadanos encontrarán a sus propios líderes cuando los necesiten. 

Berlusconi luchará por mantenerse utilizando recursos mediáticos y legales dilatorios. Sus aliados y sus clientelas ven con preocupación cómo el poder se les escapa de las manos y lo que podría significar en términos de su propio futuro: el olvido, en el mejor de los casos; para muchos la cárcel. Pero, con certeza Italia estará mejor cuando il cavaliere y el mundo que construyó desaparezcan de la escena. 

* Ph.D. y Master en Economía, Boston University. Ciudadano italiano y peruano. Profesor Titular del Departamento de Economía en la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. [ferrari@javeriana.edu.co]. 

Notas de pie de página

[1] Versión reducida de "Auge y Declinación del Poder, a propósito de Berlusconi" del autor, próximo a aparecer en la Revista de Economía Institucional, Universidad Externado de Colombia. 

[2] De Vita Duodecim Caesarum, trad. de A. Cuatrecasas, Espasa Calpe, Madrid 2007, página 280. 

[3] Berlusconi: "E' golpe morale, resisto. Il popolo è il mio giudice ultimo", La Repubblica, 10 de febrero 2011, en http://www.repubblica.it/politica/2011/02/10/news/udc_giunte-12308522/. 

[4] Umberto Eco, A paso de cangrejo, Artículos, reflexiones y decepciones 2000-2006, Debate, Editorial Random House Mondadori, Bogotá 2007, páginas 148-149. 

[5] BBC News Europe, "Profile: Silvio Berlusconi, Italian prime minister", 15 February 2011, en http://www.bbc.co.uk/news/world-europe-11981754. Gran parte de la información personal sobre Berlusconi contenida en este artículo está tomada de dicha fuente. 

[6] Forbes.com, http://www.forbes.com/lists/2010/10/billionaires-2010_Silvio-Berlusconi-family_EEPT.html. 

[7] Según el Instituto Nacional de Estadística, uno de cada dos italianos declaró haber leído el periódico al menos una vez a la semana en 2009… El Observatorio de Pavía-Cares indica que en los últimos cuatro meses de 2010, el telediario de la RAI 1 dedicó al gobierno y la coalición mayoritaria más del 50 por ciento del tiempo, y mucho más en los telediarios de las cadenas de Berlusconi; 75,2 por ciento en TG4, dirigido por uno de los acusados en el caso Ruby. Tomado de Gorka Larrabeiti, "Berlusconi acorralado," Rebelión, 24 Enero 2011, en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120976 

[8] Ante las críticas, el hoy Presidente Juan Manuel Santos anunció durante su campaña que había vendido sus acciones de El Tiempo. Colombia decide, 24 mayo 2010, http://www.colombiadecide.com/items/view/17364. En Chile, al asumir la presidencia, por presión de la oposición y de su coalición, Sebastián Piñera vendió sus acciones de LAN, Dinero, 25 marzo 2010, http://www.mdzol.com/mdz/nota/199076 

[9] Umberto Eco, Ibid., página 165. 

[10] «Cronología del caso de Eluana Englaro", RTVE.ES, en http://www.rtve.es/noticias/20090208/cronologia-del-caso-eluana-englaro/229407.shtml Sucedió antes: el fascismo italiano adelantó lo que pasó en Alemania, en España y en los Balcanes.

[11] Banco Mundial, World Development Indicators, http://databank.worldbank.org/ddp/home.do?Step=3&id=4 No incluye información sobre Alemania para 1960 para comparar el "milagro alemán" frente al italiano.

[12] Scenaripolitici.com, con datos recogidos entre el 10 y 11 de enero sobre 1400 participantes, en http://www.scenaripolitici.com/2011/01/sondaggio-scenaripoliticicom-fiducia.html.

[13] Crespi Ricerche, sondeo telefónico nacional con 3,324 entrevistas completas sobre población mayor.

[14] «Ruby, Marcegaglia: "Politica senza dignità", Avvenire: "Il decoro è un dovere del premier"", en La Repubblica, 30 de octubre 2010. http://www.repubblica.it/politica/2010/10/30/news/ruby_il_giornali_dei_

vescovi_all_attacco_sobriet_e_decoro_sono_doveri_del_premier-8576316/

[15 Estadísticas de la OECD en: http://stats.oecd.org/index.aspx.

[16] «Ruby, Marcegaglia: "Politica senza dignità", Avvenire: "Il decoro è un dovere del premier"", La Repubblica, 30 de octubre 2010, http://www.repubblica.it/politica/2010/10/30/news/ruby_il_giornali_dei_vescovi_all_

attacco_sobriet_e_decoro_sono_doveri_del_premier-8576316/

[17] L'Expresso, 18 de febrero 2011, en http://espresso.repubblica.it/dettaglio/berlusconi-has-made-italy-a-laughingstock/2144946/

[18] Miguel Mora, "Entrevista, Stefano Rodotà, Coautor de la Carta Fundamental de Derechos de la UE: Italia es el laboratorio del totalitarismo moderno", La Repubblica, 8 de marzo 2011, en http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Italia/laboratorio/totalitarismo/

moderno/elpepusocdmg/20101212elpdmgrep_5/Tes.

[19] "Questions for Umberto Eco, Media Studies," The New York Times, Magazine. Entrevista por Deborah Solomon publicada el 25 de Noviembre 2007. En http://www.nytimes.com/2007/11/25/magazine/25wwln-Q4-t.html?_r=2.

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