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Cuba y su nueva Constitución: ¿cambiará algo?

Escrito por Sergio Ángel Baquero
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Sergio AngelLos cubanos fueron convocados a un referendo para cambiar la Constitución que había sido adoptada en los tiempos de Fidel. ¿Qué cambiará y qué seguirá igual en la política y en la economía de la isla?

Sergio Ángel Baquero*

Un triunfo anunciado

En un artículo publicado por El Estornudo, un medio cubano alternativo, Mónica Baró sostiene que “el No es un mal necesario, que sirve al Sí para validarse, pues a una victoria del Sí sin el No nadie podría llamarla victoria”.

La afirmación de Baró no es exagerada si se tiene en cuenta que en el último referendo constitucional en Cuba solo hubo dos campañas: la del descredito en la que se afirmaba que aquel que votara por el No era un enemigo de la Revolución y la eficaz campaña por el Sí respaldada por las instituciones públicas, la radio, la televisión y la escuela.

cuba raul y fidel castro

La refrendación de la constitución cubana.
Foto: Wikipedia.

Resulta ilusorio pensar que el No tenía alguna posibilidad de ganar, pues el proceso estaba completamente controlado por el Partido Comunista Cubano (PCC). Raúl Castro, su líder histórico, fue quien coordinó el proyecto de la nueva Constitución y posteriormente la Asamblea Nacional del Poder Popular —donde no figuran más partidos— lo ajustó y lo sacó a refrendación popular en un contexto marcado por la desinformación y el miedo. Finalmente, la Comisión Electoral Nacional, organismo en el que solo hay funcionarios del partido, contó los votos y confirmó el triunfo del proyecto.

Pese a todo lo anterior, los resultados del referendo pusieron de manifiesto que en los últimos años ha habido un cambio significativo en el comportamiento electoral de los cubanos. Por una parte, hay que destacar el avance de los sectores alternativos que buscaban un resultado diferente del Sí oficialista: mientras que el referendo constitucional de 1976 fue aprobado por el 98 por ciento de los electores y el de 2002 por el 99,25 por ciento, esta vez la aprobación fue del 73.3 por ciento del censo electoral (y del 86,85 por ciento de las personas que participaron). Es decir que el unanimismo de otras décadas ha disminuido de manera tangible, y el régimen castrista ya no cuenta con el respaldo de toda la población.

Por otra parte, hay que señalar que este referendo no introduce ningún cambio significativo a la Constitución cubana, sino que aprueba algunos de los cambios económicos que venía impulsando Raúl Castro en los últimos años y que realmente no encajaban dentro de la Constitución que había sido adoptada por Fidel. En todo caso, el ‘nuevo’ texto no se distancia del legado de los líderes históricos de la revolución.

Puede leer: Si China pudo cambiar, ¿por qué no Cuba?

¿Qué cambio la nueva Constitución?

plebicito cuba 2019

 

Caricatura: Juan Carlos Mosquera, Programa Cuba.
Referendo sobre la constitución cubana.

Aunque tanto la eliminación de la palabra comunismo como el matrimonio entre personas del mismo sexo fueron aprobados por la Asamblea Nacional del Poder Popular a mediados del año pasado, ninguno de los dos quedó en el texto final. El primero de los cambios no habría tenido ningún impacto significativo porque el referendo ratificó al PCC como la autoridad máxima y al socialismo como el modelo a seguir. En cambio, el segundo habría sido un cambio profundo, pues el régimen cubano se ha caracterizado, entre otras cosas, por perseguir a los homosexuales. Así las cosas, Cuba seguirá autodenominándose comunista y defendiendo los principios de una sociedad heteronormativa.

Si bien estos dos cambios no fueron aprobados, es importante reconocer cinco cambios fundamentales para la sociedad cubana que sí contempla la nueva Constitución:

Pusieron de manifiesto que en los últimos años ha habido un cambio significativo en el comportamiento electoral de los cubanos.
  1. Reconocimiento de la propiedad privada junto con otras formas de propiedad como la socialista, la cooperativa, la mixta, la personal y la de organizaciones sociales y políticas;
  2. Reconocimiento de la importancia del mercado y promoción de la inversión extranjera;
  3. Inclusión de la figura del primer ministro y adopción de restricciones para ejercer la Presidencia, como la edad y el número de periodos;
  4. Introducción del habeas corpus, es decir, del derecho al debido proceso.
  5. Creación de la figura del gobernador y del consejo para cada provincia.

No obstante, ante los cambios anteriores, es posible establecer algunos reparos:

  1. Aunque reconoce la propiedad privada, el artículo 22 de la Constitución estipula que el Estado debe regular la concentración de la riqueza, la propiedad y la tierra. Por lo tanto, solo estará permitido adquirir una propiedad, pues de lo contrario se considerará concentración y el Estado podrá expropiar.
  2. Si bien reconoce la importancia del mercado e impulsa la inversión extranjera, los artículos 20, 27, 30 y 31 ratifican la propiedad socialista de los medios de producción, la planificación central de la economía, el valor primordial del trabajo y la expropiación por razones de utilidad pública e interés social.
  3. Aunque la figura del primer ministro pretende desconcentrar el poder ejecutivo, no hubo ningún avance en su elección directa, lo que quiere decir que seguirá siendo elegido por el Consejo de Estado. En otras palabras, el PCC seguirá teniendo el control del Estado y por ende de todas sus autoridades.
  4. Aunque introdujo el habeas corpus, los ciudadanos cubanos solo tendrán derecho a que sus abogados los defiendan después de que el juicio haya comenzado y no desde el momento de su detención.
  5. Aunque la figura de los gobernadores busca aumentar la eficiencia de la administración pública, estos funcionarios serán elegidos por el presidente, lo cual acentuará el centralismo de la isla. Además, se dejará de lado la figura de las Asambleas Locales del Poder Popular, para dar paso a un órgano ejecutivo.

¿Qué sigue igual en la nueva Constitución?

Hay al menos tres aspectos que la nueva Constitución mantuvo exactamente iguales: el carácter irrevocable del socialismo, la superioridad del PCC sobre la Asamblea, y la democracia indirecta.

Pero también a propósito de estos asuntos caben también algunas precisiones:

  1. El referendo de 2002 le concedió al socialismo el carácter de irrevocable, así que este nuevo texto simplemente lo ratifica;
  2. El artículo 5 fue levemente modificado para incluir un homenaje póstumo a Fidel Castro. Pero el enunciado es exactamente igual al de la Constitución de 1976 que instauró la figura de partido único. En el nuevo texto se lee que “el Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista y marxista-leninista es la fuerza dirigente superior de la sociedad”. Así que solo se agrega la palabra fidelista al texto anterior.
  3. La nueva Constitución ratificó el modelo indirecto de elección de sus autoridades y la superioridad del PCC, garantizando así la supervivencia del régimen y de sus autoridades.

Este último aspecto permite afirmar que en el caso de Cuba “todo cambia, para permanecer igual”, pues la llamada Nomenklatura logró, una vez más, perpetuar sus privilegios y mantener el mismo modelo en la isla, introduciendo pequeñas transformaciones que buscan persuadir al mundo occidental para que invierta allí. Los mandatarios cubanos saben que esa es la única forma de garantizar la sobrevivencia del régimen y evitar un colapso económico como el de Venezuela.

Que en el caso de Cuba “todo cambia, para permanecer igual”, pues la llamada Nomenklatura logró, mantener el mismo modelo en la isla.

Cada vez son más los medios que denuncian el desabastecimiento de la isla. Esta situación recuerda el “período especial”, aquella dramática etapa posterior a la caída de la Unión Soviética cuando Cuba tuvo que enfrentar el bloqueo económico de Estados Unidos por su propia cuenta.

A pesar de los hechos, ya inocultables, muchas personas siguen creyendo que la población cubana mantiene su apoyo incondicional al régimen, cuando en realidad el modelo estalinista de la Constitución del 76 se impuso sobre una sociedad desinformada e invadida por el miedo. Tristemente, en Cuba pensar diferente no es una opción y por eso, el pluralismo y la disidencia siguen siendo castigados.

Las opciones parecen estar abiertas, pero en realidad el régimen siempre elige por sus ciudadanos.

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Un peligro más

Como si fuera poco, la nueva Constitución amenaza con restringir nuevamente los logros de la globalización, pues el artículo 55 estipula que “los medios fundamentales de comunicación social son de propiedad socialista de todo el pueblo” y como señala acertadamente José Raúl Gallegos no es claro a qué se refiere exactamente con “medios fundamentales de comunicación social”, ni si estos incluyen solamente la radio, la televisión y la prensa escrita, o también medios alternativos como los blogs.

Solo el tiempo permitirá saber si la nueva Constitución se prestará para reproducir la censura y la prohibición que han caracterizado al régimen cubano, teniendo en cuenta que en la etapa legislativa que comienza ahora es donde el texto refrendado puede impactar la vida cotidiana de los cubanos.

* Profesor Asociado e investigador del Programa Cuba de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda, candidato a doctor en Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia.

 

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