La medición del Foro Económico Mundial tiene problemas metodológicos, y la difusión de esos datos podría afectar gravemente la economía colombiana.*
Andrés Camacho Murillo**
Datos contradictorios
En el último Informe de Competitividad de Viajes y Turismo, publicado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), Colombia aparece como uno de los países menos seguros para viajar en el mundo.
Para calcular el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo (TTCI, por sus siglas en inglés) se analizaron 140 países. Entre esos, Colombia quedó como el octavo país más peligroso para viajar.
Ese resultado desalentador no es nuevo. En los Informes de Competitividad de Viajes y Turismo de 2015 y 2017, Colombia fue posicionada como la segunda y primera nación más peligrosa del mundo, respectivamente, superando en inseguridad a Yemen, Pakistán, Venezuela o Egipto.
Pero estos informes de seguridad del WEF difieren de los reportes de la consultora mundial de riesgo Control Risk, quienes sostienen que en la mayoría de regiones de Colombia hay un nivel medio de riesgo por asuntos de seguridad y orden público. Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha puesto a Colombia en el nivel 2 de 4. En el nivel 2, la recomendación es tener precaución al viajar, mientras que en el nivel 4 la recomendación es no viajar.
Por eso, surgen varias preguntas: ¿cómo mide el WEF la seguridad de un país en asuntos de viajes y turismo? ¿Qué consecuencias tiene ese ránking de seguridad para la imagen del país? ¿Qué puede hacer el Gobierno Nacional para contrarrestar los efectos de estas publicaciones?
La medición del WEF
El Índice de Competitividad de Viajes y Turismo sobre seguridad y protección tiene en cuenta cinco variables:
- Costo del crimen y violencia para los negocios;
- Confiabilidad de los servicios de policía;
- Costo del terrorismo para los negocios;
- Índice de incidencia de terrorismo;
- Y tasa de homicidio.
Las tres primeras variables son tomadas de la Encuesta de Opinión Ejecutiva del WEF, que se realiza a un grupo de ejecutivos del país analizado. A ellos se les pide que evalúen de 1 (hay en alto grado) a 7 (no hay) el grado en el que consideran que el crimen, la violencia y el terrorismo imponen costos en los negocios. También se les pide evaluar el nivel de confianza en los servicios de policía para hacer cumplir la ley y el orden.
Estos informes de seguridad del WEF difieren de los reportes de la consultora mundial de riesgo Control Risk.
El índice de incidencia de terrorismo —la cuarta variable— es calculada con datos tomados del Consorcio Nacional para el Estudio del Terrorismo y Respuestas al Terrorismo (START), una de las organizaciones más importantes en la producción de estadísticas sobre terrorismo a nivel mundial.
En particular, el WEF toma de START el número promedio de ataques terroristas y victimas por terrorismo de los últimos años con datos disponibles, y los transforma en una escala que va desde 1 (alto número de ataques/damnificados) hasta 7 (no hay ataques/damnificados).
Finalmente, la tasa de homicidio (número de homicidios por cada 100.000 habitantes) es tomada de la Oficina de Naciones Unidas contra la Drogas y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) del año más reciente.
![]() La WEF señala el terrorismo como una de las variables que hacen peligroso al país, pero no distingue entre los distintos objetivos de los ataques. |
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Los problemas de la medición
Empecemos con las tres primeras variables. Estas son importantes para evaluar la percepción que tienen los líderes empresariales de diferentes sectores económicos frente a los temas de crimen, violencia, terrorismo, y confiabilidad en los servicios que presta la policía.
Uno de los problemas con esta información es la alta correlación que tienen con las otras variables. Es decir, es muy probable que un alto número de incidentes terroristas y altas tasas de homicidio en un país se vean reflejadas en las respuestas que dan los ejecutivos en la Encuesta de Opinión Ejecutiva sobre los asuntos de seguridad.
Como cada variable contribuye un 1 por ciento en el total de la calificación, con la suma de este 3 por ciento de las tres primeras variables se está inflando el resultado negativo de los países que tienen altos niveles de incidentes terroristas y homicidios, como es el caso de Colombia.
La cuarta variable tiene un inconveniente más grave: incluye la totalidad de incidentes terroristas sin filtrar por tipo de target, es decir, sobre en quién recae el acto terrorista. Si este filtro se hiciera podría verse que, en los últimos veinte años, el promedio anual de incidentes terroristas que suceden en Colombia en contra de turistas e infraestructura en turismo es tan solo del 2,9 por ciento.
Además, el número de víctimas turistas de estos ataques terroristas en Colombia es más bajo que en muchos países, donde los incidentes terroristas reportados muestran un alto número de turistas afectados. Esto se debe a que los turistas o la infraestructura de turismo son el target de los terroristas en otros países. Como los actos terroristas son premeditados (no son aleatorios), puede pensarse que el terrorismo en Colombia no está enfocado en el turismo, sino en actores e infraestructura física involucrados en el conflicto interno.
La quinta variable tiene un primer problema, y es que contabiliza algunos homicidios por actividades terroristas que también se contabilizan en la base de datos de START sobre incidentes terroristas. Esos datos ya han sido utilizados para la cuarta variable (índice de incidencia de terrorismo). Por lo tanto, eso sugiere repetición de algunas cifras.
Un segundo problema de la quinta variable es la inclusión de categorías de homicidio intencional que no tienen que ver directamente con el turismo, como por ejemplo, los feminicidios e infanticidios. Aquí sería más acertado incluir los homicidios de turistas causados por actividades delictivas comunes al turismo, como robo de pertenencias y crimen de oportunidad, por consumo y venta de estupefacientes que involucran a turistas, por actividades de prostitución y turismo sexual, entre otras.
Consecuencias de la medición del WEF
El Índice de Competitividad de Viajes y Turismo es publicado cada dos años, y sirve como fuente de información para muchos medios de comunicación que están listos para divulgar sus notas.
Periódicos internacionales como The Independent, Liverpool Echo, Stuff, CBS News, Microsoft News, entre otros, han usado la medición del WEF para publicar titulares como “los veinte países más peligrosos para viajar”. Por supuesto, Colombia aparece en los primeros lugares.
La publicación de estos artículos y películas crea publicidad negativa que afecta significativamente el turismo.
Esas publicaciones afectan negativamente la percepción que los turistas tienen sobre Colombia, y tiene efectos adversos sobre el número de turistas que visitan el país en el corto y largo plazo. Los impactos negativos de estas publicaciones sobre el turismo se suman a los ya creados por películas como “Al Diablo con el Diablo”, “Tras la Esmeralda Perdida”, “Colombiana”, “Scarface”, “Sr. y Sra Smith” y “Daño Colateral”, entre otras, las cuales han distorsionado la realidad social, cultural y geográfica de Colombia ante el mundo.
Nadie puede negar que Colombia tiene una de las tasa de homicidios más altas del mundo. En 2017, Colombia se ubicó en el puesto 11, según el Índice de Competitividad Global 4.0. Sin embargo, pensar que Colombia es uno de los países más peligrosos para turistas e inversionistas del sector turístico está lejos de la realidad. Sin lugar a duda, la publicación de estos artículos y películas crea publicidad negativa que afecta significativamente el turismo receptor en Colombia.
![]() Decir que Colombia es un país muy inseguro para turistas e inversionistas está lejos de la realidad. |
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Varios estudios han mostrado que las pérdidas en turismo entrante y divisas son muy altas en países que han vivido el flagelo de la violencia y el terrorismo. En el caso de Colombia, si la percepción negativa que tienen los turistas sobre el país aumenta en la misma proporción que las cifras de actos violentos, entonces Colombia deja de recibir cerca de 240 mil turistas internacionales, que representan unos 483 millones de dólares en un año, con un incremento relativo en la violencia de un 7 por ciento (cifra del 2015).
Esa cifra equivale al 9 por ciento del total de exportaciones de servicios del país. También equivale al 18 por ciento de sus exportaciones de café, y el 63 por ciento del total de flujo de ayudas que Colombia recibe de los miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo.
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¿Qué pueden hacer las autoridades?
Es fundamental que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Procolombia y grupos de interés del turismo presenten sugerencias al WEF sobre la forma correcta de calcular el índice de Seguridad y Protección para el turismo.
De ser posible, convendría crear una medición propia sobre el riego físico que enfrentan los turistas en Colombia, en comparación con el riesgo que enfrentan en otros países alternativos, basándose en factores o variables que claramente se asocian con la seguridad física de los turistas.
Seguramente, las nuevas mediciones no van a mostrar a Colombia como un destino muy seguro, pero sí puede sacar al país de la lista eterna de los países más peligrosos del mundo para viajar y hacer turismo.
En suma, existe un reto muy grande de mejorar la medición de seguridad por viajes y turismo que reportan entidades como el WEF. La posibilidad de sacar a Colombia de la lista de países más peligrosos del mundo para viajes y turismo puede representar una reducción significativa en la percepción que tienen los turistas internacionales de Colombia. Ese hecho puede elevar las cifras de turistas que visitan nuestras tierras y las divisas que recibimos por sus compras e inversiones en el país.
* Este artículo es parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas son responsabilidad del autor.
**Economista, Doctor en Economía de la Universidad de Massey, Nueva Zelanda. Profesor e investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia.