Seguimos exportando bienes y servicios con poco valor agregado, con un lento ritmo de diversificación y las innovaciones productivas son escasas. Pero podríamos crecer de manera acelerada si el Estado reorienta su política de transformación productiva hacia sectores de clase verdaderamente mundial, seleccionados sobre bases objetivas.
Iván Montenegro Trujillo*
Colombia está atrasada
El aparato productivo colombiano necesita una profunda transformación para insertarse con éxito a la economía mundial. Un trabajo de la Corporación Andina de Fomento (CAF[1] propone un proceso de transformación productiva en dos etapas:
- La primera, donde se logra diversificar la producción nacional, se apoya en políticas explícitas de impulso al aumento de la productividad, incorporando a su oferta bienes que no necesariamente son nuevos para el mundo, pero que se producen o exportan por primera vez en el país.
- Y una segunda etapa, donde los países alcanzan una especialización selectiva en producir bienes de alta y mediana tecnología, para lo cual deben recurrir a la generación de conocimiento y su traducción en innovación en el sistema productivo.
Sobre la base de un amplio panel de países, se observa una relación positiva entre diversificación de la oferta productiva y crecimiento del PIB per cápita, hasta un cierto límite: veinte mil dólares. A partir de ahí se requiere una especialización selectiva, basada en sectores claves con contenido innovador.
En el caso colombiano, el cambio en el patrón de especialización ha sido extremadamente lento: alrededor del 50 por ciento de los ítems industriales son los mismos de hace un siglo. De otra parte, en cuanto a la intensidad tecnológica de nuestra canasta exportadora, el mayor peso todavía lo tienen las commodities (materias primas o productos primarios con muy poco valor agregado).
Círculo virtuoso
Existe un alto grado de correlación entre la sofisticación de la canasta productiva y el crecimiento económico[2].
La sofisticación o grado de contenido innovador se calcula, primero, para cada producto exportado con ventaja comparativa[3], y en segundo lugar, para el conjunto de la canasta exportadora del país
Los países que tienen una canasta exportadora con mayor intensidad tecnológica son también aquéllos que tienen un ritmo acelerado y sostenido de crecimiento, tales como Corea, República Popular China, Singapur o Austria. Son países que se han "arriesgado" a producir bienes de alta intensidad tecnológica y se han ido transformando en economías modernas con crecimiento elevado y alta productividad, mientras que los países que no lo hacen permanecen en condiciones de atraso.
Con exportaciones de baja intensidad tecnológica, Colombia crece a un ritmo menos rápido que dichos países y por debajo de su propio potencial de crecimiento[4]. Como exportamos bienes de país pobre, nos mantenemos realmente a nivel de país "pobre".
Es conveniente, pues, subrayar el círculo virtuoso entre innovación y transformación productiva:
- La innovación eleva la productividad y la calidad – competitividad estratégica -lo cual facilita la diversificación hacia productos de mediana y alta tecnología.
- A su vez, la transformación productiva induce la innovación, ya que el contacto con mercados sofisticados presiona el cumplimiento de elevados estándares de calidad y oportunidad en la entrega y facilita la transferencia de la tecnología requerida por nichos exigentes del mercado global.
Cuatro frenos a la diversificación y sofisticación
Entre las causas del precario ritmo de diversificación de la oferta productiva colombiana, cabe señalar las siguientes:
- La existencia de una externalidad negativa o desestímulo para iniciar nuevas actividades productivas, pues cuando un empresario pionero "descubre" un nuevo negocio atractivo en el país, sus competidores pueden acceder fácilmente a ese conocimiento, y ante ese riesgo, el primero pierde el incentivo apropiado a su esfuerzo.
Para los empresarios que no han invertido tiempo y recursos en desarrollar el conocimiento requerido para investigar la estructura de costos correspondiente[5] y para poner en marcha el nuevo negocio, se trata de una externalidad positiva o beneficio gratuito.
- Otro freno a la diversificación es la "distancia"[6] entre productos, es decir, la dificultad de que las nuevas actividades sean compatibles con la capacidad empresarial instalada en el país, dada cierta proximidad tecnológica y productiva.
La diversificación resulta en principio, más fácil cuando las nuevas empresas pueden utilizar la infraestructura productiva ya instalada y el capital humano existente. En América Latina, un promedio del 91 por ciento de las nuevas actividades se origina en sectores tradicionales, y apenas el 9 por ciento proviene de nuevos sectores.
- En tercer lugar, la lentitud en la transformación productiva se agrava ante la ausencia o la debilidad de la política pública para impulsar activamente la diversificación y el emprendimiento, lo que ha llevado a situaciones de estancamiento como la colombiana, agravadas por el bajo contenido de innovación.
Se debe señalar también que la "captura" del Estado por estamentos tradicionales con intereses creados, se constituye en una traba real y un obstáculo potencial para la transformación productiva.
El Estado tiene que actuar
Hausmann y Rodrik plantean con razón que la transformación productiva no es un proceso espontáneo, fruto de las fuerzas del mercado, ya que además de la externalidad del descubrimiento de las oportunidades de diversificar e innovar, existen otros obstáculos como la gran incertidumbre sobre las alternativas reales para un país o una región – falla en el mercado de información – y la débil capacidad del recurso humano para adaptar e innovar – falla del Estado.
El sector empresarial de un país en desarrollo como Colombia se encuentra en desventaja estratégica crónica por el elevado costo de la información requerida, mientras las empresas transnacionales poseen una inmensa capacidad para articularse, acopiar y procesar información de tendencias tecnológicas y hacer inteligencia de mercados.
El Estado debe actuar para superar la escasez y la asimetría de la información de nivel global a favor de las empresas colombianas. Esta falla de mercado a nivel internacional impide hoy al aparato empresarial evaluar sus potencialidades en la competencia global y orientar el autodescubrimiento efectivo de sectores claves para una transformación productiva que redunde en mayor crecimiento y en más competitividad.
A lo anterior se agrega otra falla del Estado: el inmediatismo -inconsistencia dinámica-, es decir, lo difícil que resulta para un gobierno dado impulsar programas de inversión productiva a largo plazo, cuyos retornos esperados sólo se recogerán mucho más tarde.
En consecuencia, se justifica plenamente la actuación estatal para estimular el autodescubrimiento de los sectores-clave, mediante actividades de apoyo que permitan identificar las mejores oportunidades para el país y para los empresarios, a ver si por fin Colombia se decide a emprender un proceso real de transformación productiva.
La experiencia colombiana
Colombia ha adoptado una política de transformación productiva desde 2007[7], con resultados ambivalentes. Un aspecto positivo ha sido superar la creencia de que las fuerzas del mercado por sí solas pueden inducir la transformación productiva, pues el gobierno ha impulsado activamente la identificación de sectores de "clase mundial".
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo lidera dos estrategias complementarias: estimular a sectores tradicionales, pero agregando innovación ("más y mejor de lo mismo"), e impulsar el desarrollo de sectores nuevos y emergentes de clase mundial. Una primera ola identificó en 2008 los ocho sectores en industria y servicios con mayor potencial para la transformación productiva, aplicando los siguientes filtros:
- Sectores con un potencial de creación de valor agregado por empleado mayor de noventa mil dólares al año;
- Volumen del mercado mundial por encima de diez mil millones de dólares;
- Tasa de crecimiento del mercado mundial superior al promedio (o sea mayor de 15 por ciento);
- Alta o mediana intensidad tecnológica;
- Exportaciones incipientes en la actualidad (por encima de 10 millones de dólares en bienes y 2 millones de dólares en servicios);
- Grado de organización sectorial: el gremio correspondiente se comprometió a cofinanciar la elaboración del plan de negocio del sector.
Hasta el momento se han seleccionado también otros cuatro sectores agropecuarios y agroindustriales. Ya se han concluido ocho planes de negocio sectoriales, complementados con una gerencia para cada uno y con ejercicios de vigilancia tecnológica para identificar las tendencias a nivel mundial. El Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014 plantea como meta la selección de ocho sectores más.
Hay que rediseñar el proceso
Entre los aspectos que requieren de una mejora sustancial, cabe destacar dos:
- Como el proceso actual ha resultado de una selección temprana de sectores, no se han considerado con suficiente profundidad las oportunidades y fortalezas relativas entre una buena cantidad de sectores relacionadas con la proyección de su contexto hacia el largo plazo.
- Desde el principio del proceso, se requiere también ahondar en la prospectiva de las tendencias tecnológicas que moldean el desarrollo productivo en el mundo.
La selección de nuevos sectores de clase mundial podría reenfocarse mediante un proceso más amplio, sistemático y riguroso, que contemple etapas como las siguientes:
- Construcción de los escenarios mundiales de futuro a largo plazo en los cuales se moverá la economía colombiana.
Dichos escenarios deben tener en cuenta factores como la globalización, el desarrollo científico y tecnológico, el orden público, el medio ambiente, la educación y la nueva institucionalidad transnacional. El resultado de esta etapa debe proporcionar un conjunto amplio de temas y sectores de interés estratégico para el país, -superando el estrecho abanico de sectores considerados, la debilidad del análisis del contexto y la visión de mediano plazo de los ejercicios realizados hasta el momento. - En una segunda etapa, la lista de temas y sectores anterior debe ser confrontada con una serie de criterios de selección tales como posibilidades de consolidación del sector; tamaño actual y esperado del sector; su compatibilidad con ventajas competitivas reales o factibles de ser desarrolladas en el futuro; su impacto en la creación de empleo de mediana y alta calificación, y la existencia de eslabonamientos productivos entre cada sector y los demás.
Durante esta segunda esta etapa se debe producir una lista de sectores más corta que la anterior: una matriz estratégica de entre cuarenta y cincuenta temas prioritarios, por ejemplo. - En fin, la última etapa consiste en la selección final de sectores de clase verdaderamente mundial, aplicando otros criterios complementarios como participación actual y futura en el PIB; esfuerzo público y privado para lograr la competitividad necesaria, en términos de capital humano, tanto existente como por formar o atraer del exterior; acceso a tecnología, infraestructura y logística; atracción de inversión productiva nacional y extranjera; sostenibilidad ambiental y marco regulatorio mejor adaptado.br> Un proceso así planteado contribuye a la selección objetiva y ganadora de sectores que aceleren efectivamente el crecimiento a un ritmo sostenido, condición necesaria mas no suficiente para impulsar nuestro desarrollo.
* Ingeniero Industrial, Magíster en Estudios Latinoamericanos. Formación y experiencia en política de ciencia e innovación, gestión tecnológica, propiedad industrial, desarrollo regional y cooperación tecnológica internacional.
Notas de pie de página
[1] CAF, Camino a la transformación productiva en América Latina, Reporte de Economía y Desarrollo, 2007.
[2] Hausmann R., Hwang J., Rodrik D., What you export matters, CID Working Paper No. 123, Harvard University, march 2006.
[3] Calculada como el cociente entre la participación del citado producto sobre la canasta exportadora del país, y la participación de las exportaciones mundiales del producto en cuestión sobre las exportaciones mundiales totales.
[4]< Hausmann, R & Bailey Klinger. Achieving Export-Led Growth in Colombia May 2007. Seguir este link.
[5] Hausmann R., Hwang J., Rodrik D., op.,cit.
[6] Concepto elaborado por el Profesor Hausmann basado en la probabilidad condicional de la exportación de un determinado producto dado que se exporta otro. El modelo calcula dichas distancias o probabilidades entre todos productos del comercio mundial, con cuatros dígitos de agregación, y construye el mapa de probabilidades, es decir las distancias entre los productos.
[7] CONPES 3678. Política de Transformación Productiva: Un modelo de desarrollo sectorial para Colombia. DNP – Julio de 2007. Seguir este link.