
Colombia está atrasada en la creación de una estrategia eficiente de vacunación contra la COVID-19. ¿Cómo garantizar la vacuna y qué podemos aprender de los países vecinos?
Luis Jorge Hernández*
Vacuna en Colombia
La carrera por la vacuna comenzó casi al mismo tiempo que la pandemia. En abril se creó una alianza internacional liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se denominó “Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la COVID-19” o COVAX.
Esta alianza está encabezada por la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), la alianza para la Vacunas (GAVI) y la OMS. La CEPI se creó a partir del Foro Económico Mundial en Suiza en el año 2017 como una iniciativa para producir nuevas vacunas.
Por su parte, GAVI coordina internacionalmente la COVAX y es también una unión de organizaciones públicas y privadas de la cual hace parte UNICEF.
La alianza COVAX pretende aumentar las posibilidades de desarrollar una vacuna efectiva para la COVID-19 y garantizar que los países de bajos ingresos como Colombia no tengan problemas para acceder a ella. Según la OMS 172 países hacen parte de la alianza COVAX y hay nueve vacunas candidatas.
Colombia participa en la alianza COVAX y a finales de septiembre el ministro Fernando Ruiz anunció que “el Gobierno Nacional ha invertido 106 millones de dólares para adquirir un primer lote de 10 millones de dosis de vacuna contra el covid-19 a través del mecanismo COVAX”.
Sin embargo el ministro también habló en varias ocasiones sobre algunos acuerdos con otras firmas internacionales por fuera de la alianza COVAX. En octubre, anunció una ampliación de la primera ronda de vacunas que será para el 20 % de la población, es decir para un poco más de 10 millones de personas.
Según la OMS 172 países hacen parte de la alianza COVAX y hay nueve vacunas candidatas
En noviembre garantizó 20 millones de dosis que empezarán a aplicarse en el primer semestre de 2021. Gracias a COVAX se vacunarán 10 millones de personas, independientemente del número de dosis necesarias, y 5 millones más por otros acuerdos bilaterales con farmacéuticas de las que no se tiene información, según el Ministerio, debido a un acuerdo de confidencialidad.
Según proyecciones del DANE, Colombia tiene 50,3 millones de habitantes, es decir que únicamente se garantizará la vacuna para el 29,8 % de la población. Sin embargo el Ministerio de Salud de Colombia reconoció que debe vacunarse a toda la población independientemente de si se infectaron o no.
Indudablemente la vacunación será progresiva y comenzará con las personas más vulnerables como los trabajadores de la salud, los mayores de sesenta años y las personas con enfermedades de base.
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Latinoamérica y la vacuna
Gracias al COVAX, Argentina adquirirá 9 millones de dosis. Adicionalmente, con Oxford-AstraZeneca planea recibir 22,4 millones de dosis. A estas cifras se suma el convenio firmado con Pfizer y el posible convenio con el proveedor ruso. La población de Argentina para el año 2020 es de 45,3 millones de habitantes.
Pero la vacuna no es lo único importante, también hay que asegurar la disponibilidad de jeringas y otros insumos. De igual forma hay que garantizar la cadena de frío, ya que la vacuna debe estar 80º o 90º bajo cero. Argentina ligó a sus fuerzas militares en esta red de distribución.
México por su parte pretende cubrir al 20 % de la población, que equivale a 51,6 millones de dosis, mediante la alianza COVAX. Adicionalmente, México firmó convenios de compra con Pfizer-BioNTech, la china CanSino Biologics y la británica AstraZeneca.
Esta última empresa además envasará en México el fármaco que será producido en Argentina y se distribuirá por Latinoamérica. Esto indica que Argentina y México, además de adquirir vacunas por fuera del mecanismo COVAX, participan en la cadena de producción de la vacuna.
El caso de Chile es llamativo, ya que también firma alianzas para realizar estudios clínicos de eficacia vacunal y para su eventual producción en territorio chileno.
Chile está trabajando actualmente con cuatro candidatos para la elaboración de las vacunas: la Universidad Católica y el Laboratorio Sinovac, la Universidad de Chile y el Laboratorio Johnson & Johnson, la Universidad de Chile y la Clínica Las Condes con el Laboratorio AstraZeneca, y la Universidad de la Frontera y el laboratorio CanSino.
Adicionalmente, diez universidades públicas y privadas, junto a prestadores de servicios, realizan estudios clínicos en Fase 3. Esto es muy importante porque crea una base científica sólida dentro del país y una red de conocimiento internacional con los grandes centros de biotecnología del mundo en producción de vacunas.
A través de la alianza COVAX se van a adquirir 7,6 millones de vacunas y mediante un acuerdo con Pfizer-BioNTech se tendrán 10 millones de vacunas adicionales. También se trabaja en los convenios con AstraZeneca, Johnson & Johnson y Sinovac. Chile tiene 19 millones de habitantes y el presidente Piñera se comprometió a comenzar la vacunación masiva en enero de 2021.

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Los retos para Colombia
Los casos de México, Chile y Argentina hacen evidente la necesidad de que la vacuna sea gratuita para toda la población. Afortunadamente el Ministerio de Salud no avaló la propuesta de algunos congresistas de cobrar la vacuna a personas de estratos 5 y 6.
Colombia tiene que esforzarse más para poder asegurar las vacunas. En vez de apostar únicamente al COVAX debe diversificar su portafolio de acceso a la vacuna. El país está en la cola de espera.
Además, con el nivel técnico y científico del país, Colombia puede participar de la cadena de producción en alianza con los laboratorios y entidades internacionales, al igual que otros países de la región.
La vacunación es una puesta de salud pública a largo plazo, por esto es necesario ser parte de la cadena de producción en este momento. Esto exige un apoyo intenso del gobierno nacional a las universidades colombianas.
Actualmente existe una alta posibilidad de que Colombia exonere a las farmacéuticas de responder ante una reacción adversa causada por la vacuna. Por esto se necesita una estrategia de vigilancia para recopilar información a largo plazo con ayuda del Ministerio de Salud, la industria farmacéutica y las EPS.
Colombia tiene que esforzarse más para poder asegurar las vacunas. En vez de apostar únicamente al COVAX debe diversificar su portafolio de acceso a la vacuna
Estas últimas deberán además cubrir los costos de las reacciones adversas y otras complicaciones. Como lo propuso Claudia Vaca, profesora de la universidad Nacional, que escribe junto a Carolina Gómez y Tatiana Andia en esta misma edición de la revista.
El gobierno debe organizar desde ya la estrategia de vacunación, en vez de simplemente decir que se realizará a través de las EPS y la red de servicios de salud. Hace falta educar, informar y mejorar la comunicación con la ciudadanía. Es preocupante que entre un 20 % y un 30 % de la población manifieste su temor o negativa a la vacunación contra la COVID-19.
Desde ya debe identificarse la población a vacunar, asegurar la logística, la movilización de los insumos, la cadena de frío, la distribución y demás estrategias de la vacunación regular. Pero aún no se sabe si la vacunación será por canalización o casa a casa y por concentración o jornada.
Desde una perspectiva sindémica ─una sinergia de epidemias─, la vacunación contra la COVID-19 no es la solución de la pandemia, sino una parte de la respuesta que debe garantizar el Estado. Pero además hay que disminuir las inequidades socioeconómicas de la población y cambiar hacia un modelo de salud basado en la atención primaria renovada.