No cabe duda sobre los elevados estándares de esta respetada organización. Tampoco cabe duda sobre los vergonzosos estándares morales y técnicos del Estado colombiano. La distancia entre los dos es cada día más grande.
Discreción y credibilidad Marzo de 1994. En un majestuoso salón de reuniones del Château de la Muette — sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el aristocrático sector de Passy, en París — se encuentran los 24 ministros de economía de los países miembros, junto con expertos y observadores. Se han reunido para analizar los resultados de varias investigaciones sobre un problema crítico para la economía mundial… en 2030: ¿de dónde saldrá el capital para financiar simultáneamente el crecimiento de China y las pensiones de los países desarrollados? Sorprendente, pero elocuente. Encuentros como este se suceden en la sede de esta organización, más bien discreta y poco conocida del gran público, pero que se ha labrado gran credibilidad desde su creación en 1961. Como Colombia aspira a ser admitida por la OCDE desde octubre de 2010, conviene analizar la pertinencia de su solicitud.
Qué es la OCDE Esta organización hace parte del tejido institucional que surgió de los equilibrios geopolíticos y de las condiciones impuestas por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Algunas instituciones muy conocidas, como la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, constituyen la base de un sistema para algún día alcanzar el sueño de un gobierno mundial. Existen otras instituciones, menos visibles pero probablemente más poderosas. Por ejemplo, el Banco de Pagos Internacionales (Bank for International Settlements – BIS) coordina a todos los bancos centrales del mundo, con sede en Basilea, Suiza, sin que casi nadie conozca su existencia. La OCDE hace parte de esta clase de organizaciones: solo tiene 34 países miembros. Su origen se remonta a la Conferencia de los Dieciséis (oficialmente Conferencia Europea de Cooperación Económica) cuyo objetivo era poner en marcha el Plan Marshall, una gigantesca inyección de capital de Estados Unidos para reactivar las economías europeas y reconstruir la infraestructura destruida durante la Segunda Guerra. La definición oficial de la organización es servir como “un foro único en donde los gobiernos pueden comparar sus experiencias, buscar respuestas a problemas comunes, identificar las mejores prácticas y trabajar para coordinar políticas económicas y sociales”. También funciona como un gigantesco think tank. “Tal vez más conocida por los estudios que realiza…, la OCDE también lleva a cabo esfuerzos para comprender y ayudar a los gobiernos a responder ante nuevas oportunidades de desarrollo en más de 30 diferentes temas”.
Países miembros El cuadro siguiente distribuye a los 144 países incluidos en el Global Competitiveness Report del World Economic Forum para 2012–2013 en cinco columnas, que indican la etapa de desarrollo en la cual se encuentra cada uno. Se han señalado los 34 miembros de la OCDE mediante un marco rojo:
Salta a la vista que la OCDE reúne a una gran mayoría de países desarrollados y altamente competitivos, con fuerte preponderancia europea, agrupados en la columna de la derecha — la etapa 3 — es decir donde aparecen las economías más avanzadas, impulsadas por la innovación y el conocimiento. Solo seis miembros de la OCDE figuran en la columna correspondiente a la transición entre la etapa 2 y la etapa 3. De esos seis, solo México y Chile representan a América Latina. Colombia ha sido clasificada en la columna del centro, donde figuran las economías impulsadas por la eficiencia — la etapa 2 — pues todavía tienen pendientes varios “pilares” de competitividad para iniciar la etapa 3. El texto oficial de la organización advierte: “Un país que aspire a ingresar a la OCDE, deberá haber demostrado su apego a los principios básicos compartidos por todos los miembros:
Estos principios son la mejor vía para dar crecimiento y bienestar a sus ciudadanos”.
Para qué le sirvió a México En 1994, México había logrado firmar y poner en marcha el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Rápidamente negoció otro TLC con la Unión Europea. En ese mismo impulso, solicitó la admisión a la OCDE, a sabiendas de que aún no cumplía con todos los requisitos. En un acto excepcional, la OCDE admitió a México por razones estratégicas. Habría que remontarse a 1973 para encontrar la admisión anterior: Nueva Zelanda. Durante varios años, los estadísticos de la OCDE tuvieron que trabajar el doble: todas las cifras comparativas necesitaban calcularse de dos modos: con México y sin México. En el documento oficial de 2006 “… México 10 años en la OCDE”, el Representante de este país ante la OCDE hace el siguiente balance:
Una valiosa correa de transmisión de las buenas prácticas ha operado gracias a la participación de funcionarios mexicanos en los más de 200 comités especializados. La gráfica siguiente da una idea de la actividad creciente de funcionarios mexicanos, quienes tuvieron la oportunidad de interactuar con sus colegas de otros países miembros. México ha sabido aprovechar la oportunidad que le ofreció la OCDE: de hecho, el Secretario General de la OCDE desde 2006 es el mexicano José Ángel Gurría.
El ingreso de Chile Este segundo caso de América Latina fue distinto: Chile entró de pleno derecho, habiendo cumplido todos los requisitos. En diciembre de 2009, el Consejo de la OCDE decidió por unanimidad invitar a Chile a convertirse en su miembro número 31. En enero de 2010 se firmó el acuerdo sobre las condiciones para su ingreso, con lo cual se selló el reconocimiento de Chile como un país desarrollado, pues ya está realmente a las puertas de pasar a la etapa 3 del World Economic Forum. Resulta ilustrativo examinar la “Hoja de Ruta”, que había sido acordada en 2007 entre el Consejo de la OCDE y el gobierno chileno. Raúl E. Sáez resume así lo esencial de este acuerdo : “La hoja de ruta reiteró que la membresía significa aceptar el patrimonio legal (o acquis) de la OCDE. Por lo tanto las obligaciones son:
En fin, el proceso chileno tomó algo más de dos años para perfeccionarse: desde la aceptación de la “Hoja de Ruta” hasta cuando se firmó el acuerdo formal de ingreso a la OCDE.
Pertinencia para Colombia La sola decisión del gobierno Santos de solicitar la admisión a la OCDE produjo algunos efectos positivos:
Pero la pregunta clave sigue siendo: ¿Es pertinente para Colombia esforzarse por cumplir todos los requisitos impuestos por la “Hoja de Ruta” de la OCDE? Brasil, por ejemplo, ha respondido claramente a esta pregunta: no le interesa. Los argumentos a favor del ingreso de Colombia giran en torno al mejoramiento de las políticas públicas inducido por un serio compromiso institucional. Conociendo la realidad colombiana y la calidad del servicio civil nacional — profundamente anclado en el clientelismo y muy alejado de una verdadera meritocracia — donde el ejercicio de la política sigue siendo una ocupación con ánimo de lucro, resulta francamente ilusorio imaginar que gracias a un extraño fenómeno de ósmosis las buenas prácticas van a penetrar en el organismo enfermo del Estado colombiano. (Ver documento) Sería preferible que la OCDE admitiera a Colombia porque de veras cumple los elevados estándares de su patrimonio legal — como en el caso de Chile — y no por razones estratégicas, como fue el caso de México. Notas [1] OCDE. “Políticas Públicas para un Mejor Desempeño Económico: Experiencias del mundo para el desarrollo, México 10 años en la OCDE” (2006), Pág.42. [2] OCDE. “Políticas Públicas para un Mejor Desempeño Económico: Experiencias del mundo para el desarrollo, México 10 años en la OCDE” (2006), Pág.42. [3] Sáez, Raúl E. “La OCDE y el ingreso de Chile”. Estudios Internacionales 166 (2010) – ISSN 0716-0240 • 93-112. Instituto de Estudios Internacionales – Universidad de Chile. [4] Sáez, Raúl E. “La OCDE y el ingreso de Chile”. Estudios Internacionales 166 (2010) – ISSN 0716-0240 • 93-112. Instituto de Estudios Internacionales – Universidad de Chile. [5] Idem. Pág.101. [6] Idem. Pág.101. |
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Jorge Gaitán Villegas *
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