COLCIENCIAS o Ministerio de Ciencia, lo que se necesita es plata - Razón Pública
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COLCIENCIAS o Ministerio de Ciencia, lo que se necesita es plata

Escrito por Julio César Zuluaga

La directora de Colciencias Yaneth Giha.

Julio ZuluagaUnos critican a la entidad encargada de promover la ciencia, la tecnología y la innovación, otros proponen convertirla en ministerio.  Pero el problema real es la falta de apoyo del Estado a estas tres actividades de la cuales depende el desarrollo.  

Julio César Zuluaga*

Muchos cambios, poco avance

Desde su creación como “Fondo Colombiano de Investigaciones Científicas y Proyectos Especiales Francisco José de Caldas” en 1968, el actual Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (COLCIENCIAS) ha sido objeto de muchos proyectos o propuestas de reforma, pero en la realidad ha tenido pocos cambios y estos no han implicado avances muy sustantivos. Y esto se debe a que el problema de la ciencia, la tecnología y la innovación (CT&I) no proviene de COLCIENCIAS- como muchos se empeñan en creer- sino que viene del Estado colombiano.

Entre 1940 1960, cuando Colombia adoptó el intervencionismo de Estado como política de desarrollo y se pusieron en marcha algunos convenios de cooperación internacional, surgieron entidades públicas de CT&I como el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX), el Instituto de Investigaciones Tecnológicas (ICT), el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA),  o el Instituto Colombiano  de la Reforma Agraria (INCORA),   además de institutos de investigación privados como decir el Centro de Investigación de la Caña de Azúcar de Colombia (CENICAÑA) o el Centro Nacional de Investigaciones de Café (CENICAFE).

Años después fueron creados el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y  COLCIENCIAS (como dije, en 1968), al mismo tiempo que en nuestras universidades despegaban las ciencias sociales y naturales “modernas” y empezaban a ofrecerse  programas de pregrado, posgrados y de investigación sobre la realidad colombiana. En 1988 se convocó una Misión de Ciencia y Tecnología y dos años después se promulgó la Ley 29 de 1990 donde por primera vez se definió una política nacional de ciencia y tecnología.

El pasado 17 de marzo se discutió la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología en el Congreso de la República.
Edificio de tencnología nacional

Durante la década de 1990 las instituciones científicas en Colombia entraron a su pubertad. Durante este período se logró:

  • La adscripción de COLCIENCIAS al Departamento Nacional de Planeación (DNP),
  • La llegada de más créditos internacionales (del Banco Interamericano de Desarrollo, por ejemplo),
  • La expedición de la Ley 6 de 1992, que introdujo incentivos tributarios para la  ciencia y la tecnología,
  • La convocatoria de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, en 1993,
  • La aprobación del primer documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) sobre ciencia y tecnología (Decreto 2739 de 1994),
  • El lineamiento del Sistema Nacional de Innovación y Sistemas Regionales (1995), y
  • La creación del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (1999).

Pero fue durante la primera década del siglo XXI cuando la CT&I en Colombia recibió mayor impulso, mediante hechos como:

  • La expedición del CONPES 3080, “Política de Ciencia y Tecnología 2000-2002”,  
  • La creación del Programa de Prospectiva Tecnológica (2001),
  • La adopción de las Agendas Regionales de Ciencia y Tecnología,
  • El lanzamiento de la plataforma ScienTI (2002),
  • El apoyo a programas de doctorado nacionales,
  • La incorporación de recursos permanentes para programas de competitividad y desarrollo tecnológico-productivo en el Plan Nacional de Desarrollo de 2003 (Ley 344 de 1996,), y
  • La inclusión de COLCIENCIAS como “invitado” permanente en la formulación de los CONPES (2004).

Durante los últimos años, los hechos más importantes en nuestras instituciones de ciencia y tecnología han sido:  

Un resultado de la serie anterior de decisiones, a veces inconexas, fue obligar a COLCIENCIAS a hacer más de lo que le correspondía, pues tuvo que llenar los vacíos que dejaron otras entidades (coadministración de regalías, apoyo al CONPES….). Esto ha desgarrado a la institución y la ha forzado a vivir “entre la legitimidad, la legislación y la práctica”.

Lo que queda de todos estos cambios es una COLCIENCIAS débil y deslegitimada.

Lo que queda de todos estos cambios es una COLCIENCIAS débil y deslegitimada tanto por el gobierno (que no sabe qué hacer con ella) como por sus principales beneficiarios (la comunidad científica, el sector privado y las organizaciones civiles).

Sin embargo – y en vez de censurar a COLCIENCIAS (a lo que se han dedicado algunos)- la comunidad científica debería apoyarla y comprender que la raíz del problema está en las políticas del Estado y no en la voluntad de sus funcionarios, quienes hacen lo que pueden con los recursos que tienen.

Ministerio sin recursos

Ceremonia de entrega de becas Fullbright.
Ceremonia de entrega de becas Fullbright.
Foto: Fullbright Colombia

El pasado 17 de marzo se llevó a cabo una audiencia pública en el Senado para discutir  el proyecto de ley número 162 de 2016, que busca transformar a COLCIENCIAS en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Es evidente que la entidad necesita más herramientas para fomentar la CT&I en Colombia. Pero los hechos recientes hacen creer que el gobierno piensa impulsar estas supuestas prioridades a punta de tinta y papel y no con más dinero, como debería ser. Esta es la vieja estrategia política en Colombia: resolver todo con actos burocráticos, leyes y decretos, pero con poco sustento material.

En Colombia el impulso a la CT&I no aguanta más cambios de nombres y etiquetas, más leyes, “programas”, CONPES o decretos. Ya hemos tenido suficiente de “comisiones de sabios”, de palabras rimbombantes y de instituciones de emprendimiento que dispersan los esfuerzos (como la Unidad de Desarrollo e Innovación –INNPULSA-). Lo que COLCIENCIAS necesita es una sola cosa: más recursos.

Si COLCIENCIAS se convierte en ministerio necesitaría que le aumenten el presupuesto pues ¿de qué sirve un ministerio tan importante para el desarrollo del país con un presupuesto anual de 300 mil millones de pesos, es decir, un 0,2 por ciento del PIB?

Lo que COLCIENCIAS necesita es una sola cosa: más recursos.

Si queremos un verdadero Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación los números y porcentajes de inversión deben subir para que miles de estudiantes puedan financiar sus estudios doctorales en universidades extranjeras y los investigadores puedan desarrollar sus proyectos con una adecuada financiación.

La meta debería ser invertir el 1 por ciento del PIB en CT&I, y que ese 1 por ciento no se alcance entre el sector público y el privado como propone el gobierno. Si esto se hace, los científicos colombianos podrían trabajar en la solución de los problemas económicos, sociales y ambientales del país.

Este es el tipo de inversión que necesitamos para que las empresas y los emprendedores puedan tener una gran piscina de conocimiento de la cual extraigan ideas para desarrollar patentes e innovaciones. Además, el conocimiento producido con ese 1 por ciento se devolvería y se difundiría entre todos los colombianos que lo financiaron con sus impuestos.

Pero el Estado colombiano ha pensado desde hace mucho que las cosas se resuelven haciendo proyectos de ley. Es decir, ha creado un gobierno del papel. Esto ha pasado con las leyes de reforma agraria y de reforma tributaria, y seguirá pasando con las leyes de ciencia y tecnología si no se cambia la mentalidad.

 

* Historiador de la Universidad del Valle y magíster en Estudios Organizacionales de la Universidad de los Andes.

@JulioZuluaga83

 

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