Al cumplirse el primer lustro de publicación de esta revista, una nota de nuestro Director sobre lo que somos y lo que queremos.
Hernando Gómez Buendía*
Apreciada lectora/ Apreciado lector:
Es muy probable que esté leyendo estas líneas porque Usted ha emprendido una búsqueda deliberada de sentido en torno al acontecer nacional y ha entrado por primera vez en esta casa.
También puede ser que alguien cercano le sugirió pasar por aquí para compartir una mirada particular, un enfoque preciso sobre algún evento de la accidentada coyuntura colombiana.
Podría tratarse incluso de alguien que conoce este portal desde hace algún tiempo y se siente cómodo al visitarlo de vez en cuando, así no tenga muy claro en qué consiste su diferencia con otros sitios en la web.
En fin, a lo mejor resulta ser un visitante asiduo que cada lunes espera una especie de tertulia virtual con la esperanza de encontrar voces claras y miradas francas.
Tal vez haya llegado la hora de una presentación algo más formal y más precisa de quiénes somos y qué queremos.
Esta revista es producto de la Fundación Razón Publica, una entidad sin ánimo de lucro creada en julio de 2008 por un grupo plural y destacado de analistas especializados en diversas disciplinas.
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Razón Pública es un proyecto cultural cuyo objetivo es promover el análisis informado y la deliberación razonada acerca de los hechos y de los procesos que más afectan el presente y el futuro de la población colombiana.
El principal instrumento de la Fundación es la revista virtual que tiene frente a sus ojos. Apareció por primera vez el 7 de julio de 2008 — hace exactamente cinco años. A lo largo de 260 semanas ha estado siguiendo y analizando las principales noticias de interés público.
Más de 700 expertos y especialistas de primer nivel han publicado en este sitio alrededor de 2.600 textos breves y argumentados, en un formato particular y en un lenguaje accesible a un gran número de lectores, sobre la actualidad política, económica, social, cultural e internacional de Colombia.
La revista se ha convertido en un espacio de diálogo sereno donde convergen cada vez más ampliamente las comunidades de saber, las autoridades, los dirigentes políticos, los movimientos sociales, los empresarios, los activistas cívicos, los estamentos profesionales, los universitarios, los comunicadores sociales, la comunidad internacional y el púbico educado en general.
Razón Pública se ha ido convirtiendo poco a poco en una referencia de rigor analítico y de seriedad conceptual para los círculos académicos, políticos y periodísticos. Su impacto se explica por una feliz coincidencia de seis factores básicos:
1. Colombia tiene una especial necesidad, objetiva y percibida, de enriquecer la esfera de lo público, técnicamente entendida como el “espacio donde la ciudadanía se reúne para debatir con libertad sobre los asuntos colectivos e influir de esta manera en la política”. La conversación respetuosa, pluralista, basada en hechos, con argumentos rigurosos y en función del bien público debe primar sobre el debate emocional, las exclusiones, los prejuicios ideológicos, las afirmaciones efectistas o gratuitas, y los alegatos interesados que desafortunadamente abundan en nuestra esfera pública.
2. Por razones de rating, los medios masivos en todas partes pueden dedicar cada vez menos espacio a la atención de “nichos” habitados por públicos especializados. En nuestro caso, se trata de un público que podríamos describir como culto, bien informado y con capacidad de discernir, pero no especializado. En los medios masivos de Colombia hay cada vez menos programas o secciones “de opinión” o de análisis más o menos riguroso: afortunadamente, este abandono deja un vacío que pueden llenar medios como nuestra revista.
3. El Internet por supuesto ahorra los grandes costos fijos de un medio tradicional y permite el acceso de un gran volumen de usuarios – en especial jóvenes y educados. Es el medio más idóneo para interactuar con ese público “culto” y critico que se interesa en Colombia, que se resiste gallardamente a todas las censuras, incluso las más sutiles, que además sabe aprovechar rápidamente las innovaciones técnicas y sus aplicaciones.
4. Colombia cuenta con una gran reserva de talento, de intelectuales, analistas y expertos motivados y dispuestos a contribuir de manera gratuita con su trabajo al proyecto cultural de Razón Pública.
5. Existe también un público creciente que se interesa en entender “en serio” lo que pasa en Colombia, y que aprecia la noticia contextualizada y los debates debidamente razonados. Pero además de ser una fuente de información, como lo son los medios convencionales, para muchos usuarios la revista es un punto de encuentro y de reflexión que amplía y aumenta la eficacia de sus redes temáticas o movimientos sociales respectivos.
6. Razón Pública es un medio sui generis que aspira a combinar lo mejor de dos mundos regidos por reglas diferentes y a veces opuestas – el ámbito periodístico y el ámbito académico-:
- La revista es periodística en tanto su materia prima son las noticias, en tanto se dirige a un público amplio o está redactado para no especialistas, en tanto intenta textos breves, precisos y concisos en el lenguaje directo y vivo de los periodistas, en tanto quiere usar al máximo las potencialidades cada vez mayores de la web. Pero no es periodística en tanto no compite por primicias noticiosas, sus redactores no son periodistas y su género no corresponde a la crónica, al informe especial o a la columna de opinión habituales en los medios, sino más bien al que hemos dado en llamar “periodismo analítico”.
- La revista es académica en tanto aplica el saber especializado al examen de los hechos o procesos concretos, en tanto añade el por qué y el para qué al qué y al cómo, en tanto privilegia el rigor argumental, en tanto no se fija en lo que afirme el autor sino en cómo lo sustenta, en tanto, en fin, la revista es escrita por académicos. Pero no es académica en tanto su interés no es el avance de la ciencia o en tanto no se expresa en los lenguajes formales de las ciencias.
Razón Pública quiere servir de puente entre los saberes especializados y la opinión pública para expandir y para enriquecer aquel “espacio donde la ciudadanía se reúne para debatir con libertad sobre los asuntos colectivos e influir de esta manera en la política”.
Razón Pública no es un proyecto comercial, ni partidista, ni confesional, como con todo derecho suelen ser los medios de comunicación, viejos o nuevos. Se trata de un ágora virtual adonde concurren muy generosamente las mentes mejor adiestradas en entender lo que pasa en Colombia y adonde ojalá se sientan atraídas cada día nuevas mentes.
Es un espacio, sobre todo, de lectores o de interlocutores que además son “usuarios”, que aumentan cada vez y que nos dicen hallar en estas páginas unos motivos y unas pistas suficientes para pensar más y querer más y trabajar más por Colombia.
Para los fundadores de Razón Pública, para el equipo de planta de la revista y para mí personalmente, esa retribución es más que suficiente. A cambio de ella, una sencilla palabra de gratitud a las y los analistas y a las y los lectores-interlocutores-usuarios que en realidad son quienes hacen Razón Pública.
HERNANDO GÓMEZ BUENDÍA
Director y editor general de Razón Pública