El cese al fuego solo beneficia al ELN | Razón Pública 2023
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El cese al fuego solo beneficia al ELN

Escrito por Armando Borrero

Un paro armado y un secuestro contradicen la supuesta voluntad de paz del ELN ¿En qué terminará el cese al fuego?

Armando Borrero Mansilla*

“Peor que en la pandemia”

En el momento de escribir estas líneas, la población del Bajo San Juan no acaba de reponerse del último “paro armado” ordenado por el ELN. A las ventanas de las casas de San Miguel, Noanamá, Negria y Sipí todavía se asoman caras con miedo, para observar el ambiente de sus calles y tratar de descifrar, en la expresión de los vecinos que vuelven a sus rutinas, el grado de seguridad que pueden esperar tras los días de confinamiento: “peor que en la pandemia”, expresó ante la reportera de un noticiero de televisión, un poblador de Sipí.

Por estas mismas calendas, se comenta por todos los medios el caso del secuestro de la sargento Karina Ramírez y sus dos hijos pequeños. La noticia se amplificó por unas declaraciones del ministro de la Defensa que, por lo menos, dejaban un sabor de ambigüedad frente a las responsabilidades atribuibles a los perpetradores.

El paro armado en el Chocó ofrece muchos interrogantes para la tarea de pensar cómo sería un proceso de paz adelantado en las condiciones presentes, con un cese al fuego pactado para comenzar el próximo 3 de agosto, que solo atañe a la guerrilla del ELN y a las fuerzas del Estado.

El cese

Las preguntas pueden comenzar por los principios generales que el gobierno ha trazado para guiar el proceso de la paz total. El concepto de seguridad humana preside sus políticas de defensa y seguridad interna. Uno de los valores añadidos por esta concepción es la búsqueda de garantías para que las poblaciones puedan vivir sin miedo.

El cese al fuego, tal como ha sido pactado, solamente obliga al ELN a no atacar militares y policías. ¿El secuestro? Si no es necesario, no lo hacemos, dijo uno de los comandantes guerrilleros; ergo, si lo consideran necesario se seguirá practicando. Con un criterio similar, seguramente, continuarán la extorsión, la suplantación del Estado en materia de justicia, las restricciones de las libertades de movimiento, de expresión, de libre elección de actividades económicas lícitas y la imposición de obligaciones de apoyo a los irregulares. ¿Se vivirá sin miedo?

La inversión del orden de prioridades en el proceso actual genera ventajas para la guerrilla y desventajas para el Estado.

Las malas lenguas, y las buenas también, afirman que uno de los objetivos de los paros decretados por la guerrilla o por grupos armados de otro signo, es garantizar un mejor control del transporte de cocaína, no solo frente al Estado sino a los competidores en el negocio.

Durante el paro armado no cesaron los enfrentamientos entre el ELN y las AGC, por el control de las vías fluviales que llevan al mar. Se llega a creer que la acumulación de cocaína estaba en punto alto y ya estaban listos los semi-sumergibles en las playas y manglares del delta de San Juan.

El cese al fuego pactado, antes de convenir normas relativas a la conducta de las guerrillas con la población civil, introduce anomalías disfuncionales para mantener un clima de diálogo productivo. En el proceso de paz de La Habana, el gobierno se negó al cese al fuego bilateral antes de lograr avances en materia de prácticas criminales y de control de las comunidades.

Foto: Radio Nacional - El cese al fuego con el ELN dificulta las operaciones preventivas de militares y policías y puede disminuir la represión de la ilegalidad.

Ventajas a la guerrilla

La inversión del orden de prioridades en el proceso actual genera ventajas para la guerrilla y desventajas para el Estado.

Las guerrillas pueden seguir actuando como siempre lo han hecho, en control de territorios y población, tráficos ilegales, explotación no regulada de minas y extorsión de los pobladores en las áreas que controlan. Además, el cese al fuego dificulta las operaciones preventivas de militares y policías y reduce las posibilidades de reprimir la ilegalidad, ya que esto solamente se puede hacer en las situaciones en que los rebeldes sean sorprendidos “in fraganti”.

La pausa en las operaciones de combate les da gabelas a los guerrilleros: serán más fáciles los movimientos, la instalación de campamentos, el reclutamiento y el entrenamiento. La fuerza pública se verá en desventaja para operar en las regiones donde actúan dos o más grupos armados y tomar la iniciativa será algo visto como intento de romper lo pactado.

Un mecanismo difícil

Pactar treguas y ceses de fuego con enemigos que actúan en la irregularidad, dispersos y ocultos, será siempre una misión imposible si no hay una concentración verificable. No hay frentes definidos de guerra y en los encuentros sorpresivos, como no hay confianza, será muy difícil que no se abra fuego. En el combate de encuentro, quien dispara primero lleva ventaja.

El cese al fuego pactado sólo es benéfico, por lo menos en la inmediatez de la guerra, para quienes portan las armas.

Si, además, no es posible distinguir cuál es el rival en el enfrentamiento, porque hay varios grupos armados en el mismo territorio, el asunto se complica al máximo. Una verificación imparcial es muy difícil, si no existen zonas claramente delimitadas para la presencia inocente de las fuerzas. Sin embargo, exigir la concentración no es un paso posible en las primeras etapas de las conversaciones. A eso se llega cuando la negociación es madura y se ha construido confianza suficiente.

Los errores de la paz total

Para resumir, en este proceso de la paz total se han cometido todos los errores de los que, en un escrito anterior sobre este tema, se denominaron “procesos de paz voluntaristas”, con un ingrediente adicional: en el lenguaje gubernamental no faltan las voces que reconocen cierta legitimidad a la insurrección.

Se traslada al plano de la moral y al plano de la subjetividad, lo que debe ser solo un dictamen frío en términos de derecho.  En el debate interminable sobre el concepto de “guerra justa” no se encuentra asidero para tener un instrumento de juicio más eficaz que el juicio de legalidad y, cuando se justifica la opción de las armas por las injusticias sociales, no se puede olvidar aquel aserto que reza “la guerra es la peor de las injusticias que se puede imponer a un pueblo”.

Para volver al tema alterno de esta breve nota, el paro armado del Chocó decretado por el ELN devela todo el sufrimiento de los que no pueden protegerse ni contender. El pueblo inerme sujeto a los dictados de quienes no tienen más razón que las armas. Frente a la boca del fusil, no hay asamblea popular que valga y la repulsa va también para los grupos armados del otro extremo ideológico.

La lección que deja el paro armado es la sinrazón argumental (porque razones prácticas hay muchas) de la fuerza que enmascara la injusticia. El cese al fuego pactado sólo es benéfico, por lo menos en la inmediatez de la guerra, para quienes portan las armas. No para las comunidades de los territorios que viven el conflicto en el pasar diario de la vida.

El cese al fuego debe ser consecuencia de una voluntad comprobada de paz. Puesto como precondición para explorar la posibilidad de llegar a esa voluntad esperada, puede resultar un obstáculo para alcanzarla. Parecerá duro, pero “la realidad existe”.

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3 Comentarios

Andrea Lampis julio 17, 2023 - 11:36 am

Estimado,

Lamento profundamente la publicación de un artículo así, bien encajado en la lógica guerrerista de corte Uribista, calculando la ganancia en métrica de muertos o de más o menos ataques a la infraestrutura. Aún no está contenta la inteligencia supuestamente progresista de nuestro país con el fracaso de los acuerdos de paz, las amenazas y la montaña de muertos que cargamos todas y todos en los hombros? Cualquier acuerdo de paz siempre será una ganancia para la vida e interrumpirá la grave psicosis coletiva de la muerte de la cual el país sigue prisionero como en un cuento de Márquez. Me maravilla que aún precisen de más sangre, de más personas inocaentes asesinadas y más odio y sequiestros, para entenderlo.

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Jorge H Botero julio 17, 2023 - 12:41 pm

Excelente columna. Lo es también el gran esfuerzo intelectual que despliega Razón Pública

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Luis Alberto julio 19, 2023 - 12:59 pm

Este gobierno, parece desconocer la historia de la violencia en este país y más aún de ese grupo hoy multicrimen. la obsesión del señor Petro; su terquedad e ignorancia, sumado a la visión de izquierda cerrada y endogámica de los años 70’s del siglo XX, le ha llevado a desgastar su fuerza y aspiraciones. A olvidado asuntos más graves y prioritarios como la carestía de los alimentos; la importación de comida que sigue sustituyendo y ampliando la distancia entre los campesinos, hoy llevados a la miseria por doble partida (guerras y olvido) y hurto de tierras cultivables. El país tiene hambre y la comida es muy cara. Segundo. La justicia sigue colapsada. la corrupción de las mafias hizo y deshizo con este servicio estratégico que es fundamental para una seudo democracia como la colombiana. Una lástima que este personaje a veces sacado del siglo XIX, sea tan terco y tan ciego. Y mientras tanto, el pacto de paz con las otrora FARC-EP, abandonado a su suerte, desfinanciado, como la JEP, trabajando con las uñas, paralelo a los delirios del presidente y su paz total. Un adefesio sin claridad, una debilidad más de esa visión anacrónica del Estado de Derecho. Qué tragedia tan inmensa la de los colombianos. Ni la derecha mafiosa, ni la izquierda ignorante serán la salida de tan vergonzosa historia.

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