Censo de población, al fin en una cifra: ¿qué sigue? - Razón Pública
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Censo de población, al fin en una cifra: ¿qué sigue?

Escrito por Ricardo Bonilla
Los errores que cometa el DANE en temas de proyección y de omisión repercutirán en aspectos de la vida pública nacional.

Ricardo Bonilla GonzalezDespués de varias equivocaciones, el DANE entregó una cifra preliminar de la población colombiana. ¿Qué tan confiable es la nueva cifra -y qué tan serias son las consecuencias de un error en la materia-?

Ricardo Bonilla González*

¿El censo está errado?

No ha sido fácil para el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) entregar una cifra confiable sobre el tamaño de la población colombiana.

Sobre la base del Censo de 2005, el DANE había estimado en su reloj demográfico que en 2018 Colombia superaría los 50 millones de habitantes. Se esperaba que el Censo de 2018 fuera más certero que la proyección, y que confirmara o modificara —ligeramente— esa cifra.

Las dudas empezaron cuando el director del DANE entregó los primeros reportes, y resultó que el número de habitantes era muy parecido a la que se había encontrado en 2005. Ese año, el DANE contó 41’468.384 habitantes. Trece años después, en septiembre de 2018, se dijo que éramos 41,5 millones de personas, y un mes después se afirmó que éramos 42,6 millones, ambas cifras imposibles.

Ocho meses después, el 4 de julio de 2019, el DANE entregó un informe final del Censo y cambió nuevamente la cifra, afirmando que somos 48’258.494 personas, pero que la cifra estaba sujeta a ajustes.

Esta cifra es el resultado de tres procesos complementarios:

  1. 43’835.324 personas fueron efectivamente censadas durante el operativo en condiciones normales;
  2. A lo anterior se suman 329.093 personas, cifra obtenida de la información recogida en lugares especiales de alojamiento, es decir, en un procedimiento excepcional. En total, ambos procedimientos suman 44’164.077 personas;
  3. Y, por último, el DANE estimó que 4.094.077 personas fueron omitidas y deben ser contadas. Ese grupo equivale al 8,5 por ciento del total del Censo.

Pero de esa cifra preliminar surgen varios interrogantes, entre ellos:

  • ¿Con qué criterio se estima una omisión tan alta, del 8,5 por ciento, que supera ampliamente el margen de error aceptado en cualquier ejercicio de muestreo?
  • ¿Qué fallas se presentaron en el operativo normal, que obligan a estimar una omisión tan alta?
  • A pesar del tamaño de la omisión, la cifra preliminar sigue siendo más baja que la proyectada en el reloj demográfico. ¿En qué falló el DANE?
  • Y, ¿qué tan confiables eran entonces las estadísticas vitales —es decir, las tasas de natalidad, de mortalidad y de migración que determinan el cambio en el tamaño de la población— y son por lo tanto la base del “reloj demográfico”?

Puede leer: El censo del 2018: ¿cuántos somos al fin los colombianos?

¿Cómo obtener una cifra confiable?

En la cifra preliminar que entregó el DANE hay tres fallas principales:

  • No se llegó a todos los hogares y personas previsibles;
  • Existe una brecha entre las proyecciones y la realidad, de cerca de dos millones de personas;
  • No se reconoce que, bien construidas, las estadísticas vitales son una excelente aproximación a lo que puede esperarse de un censo de población.

De hecho, la cifra preliminar del DANE se aproxima más a la aritmética de las estadísticas vitales que a lo proyectado en el reloj demográfico, según la siguiente fórmula:

Población estimada = Población inicial + (Nacimientos – Muertes) +/- Migración neta

Aritméticamente, el crecimiento de la población es el resultado de los nacimientos menos las defunciones, fenómenos naturales medidos en las estadísticas vitales que se reportan cotidianamente.

El DANE deberá ajustar las proyecciones con el tamaño real de la población y modificar las políticas públicas que se deban modificar.

Foto: Facebook: DANE
El DANE deberá ajustar las proyecciones con el tamaño real de la población y modificar las políticas públicas que se deban modificar.

Si hay más nacimientos que muertes, el tamaño de la población crece. En Colombia, eso resulta en el nacimiento aproximado de 660.000 personas y las defunciones que son 200.000 anualmente, lo que quiere decir que hay un neto poblacional de 460.000 personas adicionales por año y 5.8 millones de personas en trece años.

El DANE había estimado en su reloj demográfico que en 2018 Colombia superaría los 50 millones de habitantes.

La migración neta, medida como la diferencia entre la entrada y salida de personas del país, complementa la información y revela el impacto de las decisiones de los nacionales en el tamaño de la población.

Colombia es, por tradición, un país expulsor de población, lo que significa que muchos colombianos buscan oportunidades fuera del país y que esa cifra supera la de los extranjeros que están dispuestos a vivir aquí.

En los últimos trece años, según reportes de Migración Colombia, salieron 1,7 millones de personas sin retorno, lo que restó personas a la cifra de habitantes en el país. Sin embargo, la migración venezolana atenúa el impacto de esa cifra en los últimos años.

Las estadísticas son las siguientes:

Cuadro 1

Población esperada según estadísticas vitales y migración neta

Año

Po

Nacimientos

Defunciones

Mig. Neta

Pi*

Pi**

2006

43,148,624

714,450

192,814

-142,263

43,670,260

43,527,997

2007

43,670,260

709,253

193,936

-169,013

44,185,577

43,874,301

2008

44,185,577

715,453

196,394

-135,216

44,704,636

44,258,144

2009

44,704,636

699,775

196,933

-79,565

45,207,478

44,681,421

2010

45,207,478

654,627

200,524

-108,756

45,661,581

45,026,768

2011

45,661,581

665,499

195,823

-143,710

46,131,257

45,352,734

2012

46,131,257

676,835

199,756

-239,936

46,608,336

45,589,877

2013

46,608,336

658,835

203,071

-161,866

47,064,100

45,883,775

2014

47,064,100

669,137

210,051

-139,056

47,523,186

46,203,805

2015

47,523,186

660,999

219,472

-90,172

47,964,713

46,555,160

2016

47,964,713

647,521

223,078

-161,926

48,389,156

46,817,677

2017

48,389,156

647,679

213,318

-52,466

48,823,517

47,199,572

30/6/18

48,823,517

302,369

110,700

-151,372

49,015,186

47,239,869

Total

8,422,432

2,555,870

-1,775,317

Fuente: DANE, Censo 2005 y Estadísticas vitales. Migración Colombia. Cálculos del autor.

Po es la población inicial cada año. En 2006 es ajustada por el Censo 2005.

Pi* es la población estimada cada año por estadísticas vitales, es decir, Po + N – D.

Pi** es la población estimada cada año, incluyendo la Migración Neta, es decir, Po +(N-D) +/- Mn.

Con el ejercicio aritmético que se resume en el cuadro anterior se puede concluir que la población que debió ser medida en el Censo oscila entre un límite inferior de 47,2 millones —considerando los efectos de la migración neta— y un límite superior de 49 millones —considerando solamente las estadísticas vitales de nacimientos y defunciones—.

Ninguno de los dos se aproxima al dato proyectado en el reloj demográfico, por encima de 50 millones. La cifra preliminar del DANE de 48,3 millones se encuentra entre los dos límites y podría crecer, según lo que afirmó su director.

Le recomendamos: Los problemas del DANE y del censo 2018: ¿cómo mejorar para el futuro?

Las causas de los errores

Las fallas en las cifras del DANE son de omisión y de proyección. Infortunadamente, esos errores tendrán implicaciones sobre la toma de decisiones en varios aspectos de la vida pública.

Por ahora, la principal conclusión es que existe una población inferior a la proyectada. Por tanto, es necesario revisar todos aquellos aspectos que toman como variable el tamaño de la población.

¿Por qué hay un error de omisión?

Los expertos suelen decir que no hay censo perfecto ni metodología completa. Sin embargo, omitir el 8,5 por ciento de la población supera ampliamente el margen de error aceptado en mediciones de muestreo, que generalmente se estima en el 3 por ciento.

Ese ya es un problema, pues significa que durante el Censo no llegó al cien por ciento del territorio y muchas personas no fueron localizadas. Los censos necesitan concentrarse en el tiempo y tener un gran número de empadronadores. En esta ocasión, el Censo se extendió durante más de nueve meses y no tuvo en cuenta la movilidad de los ciudadanos.

La principal conclusión es que existe una población inferior a la proyectada.

Con la tecnología existente, no es necesario volver al levantamiento de información de un día, pero sí concentrarse en áreas geográficas con suficientes recursos humanos, y considerar los desplazamientos de la población.

¿Por qué hay errores de proyección?

La base de lo proyectado —el Censo de 2005— cumplió trece años, tres años por encima del límite teórico para perder credibilidad. En el intermedio, no se hicieron los ajustes necesarios, sobre todo cuando las estadísticas vitales entregaron cambios de tendencia.

Al DANE le ha costado entregar una cifra confiable acerca de cuántos somos

Foto: DANE
Al DANE le ha costado entregar una cifra confiable acerca de cuántos somos.

En 2006, los nacimientos reportados fueron 714.450 personas y las defunciones 192.814. La diferencia de 521.636 personas representó un aumento de población en ese año. En 2017, las cifras fueron muy diferentes: menos nacimientos (647.679) y más defunciones (213.318), para un incremento inferior de población, de 434.361 personas.

Es decir que el DANE extendió innecesariamente el periodo intercensal, y no ajustó las tasas de natalidad y mortalidad a su comportamiento real.

¿Qué viene?

Es necesario ajustar las proyecciones al tamaño oficial de la población y reformular la política pública en lo que corresponde.

En el corto plazo, lo más importante es no aprobar cambios en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) y los Esquemas de Ordenamiento Territorial (EOT) que sobredimensionen las necesidades existentes sobre la base de poblaciones irreales.

También es necesario revisar los planes de expansión educativa y de atención en salud, y ajustarlos para las condiciones reales: una infancia y adolescencia en reducción. En consecuencia, será necesario organizar planes sostenibles para adultos mayores. Las mediciones futuras de pobreza monetaria y multidimensional, así como planes de vivienda, también tendrán que ajustarse.

El tamaño y distribución geográfica de la población tendrá efectos en la asignación de recursos y en la representación política. Por eso, vendrán demandas y contrademandas para impugnar los resultados, y no faltará el gobernante que asegure, por inspección ocular, que su municipio tiene hasta el doble de población que lo reportado en el Censo.

El DANE se equivocó y muchos explotarán esa debilidad. Amanecerá y veremos.

* Profesor de la Universidad Nacional de Colombia.

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