El caso de Mabel Torres: Entre el método científico y el conocimiento ancestral* - Razón Pública
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El caso de Mabel Torres: Entre el método científico y el conocimiento ancestral*

Escrito por RazonPublica
Aportes al debate sobre la ministra

Ivan HernandezUna bebida puso a la actual Ministra de Ciencia en el ojo del huracán. Su caso nos invita a reflexionar sobre la ética, la relación entre la ciencia y la sociedad y las distintas formas de producir conocimiento.

Ivan Hernández U** – Diego Chavarro***

Universidad de IbaguéLa importancia del pluralismo ideológico

Este artículo tiene dos objetivos. El primero es examinar el caso de la actual Ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación Mabel Torres, quien ha sido criticada por afirmar que una bebida líquida con ganoderma y otros extractos de frutas del Pacífico era efectiva para combatir algunos tipos de cáncer como el de seno, cérvix y cerebro. El segundo es explorar el debate sobre el conocimiento tradicional y el conocimiento científico que ha avivado el caso en cuestión.

La construcción colectiva debe ser el fin último de todo diálogo, no ganarle al otro. En nuestra educación, sin embargo, competimos desde temprana edad y no aprendemos a colaborar para progresar, tal como lo han demostrado suficientemente desde Montessori hasta De Zubiría. El debate sobre conocimientos ancestrales y método científico debe ayudarnos a progresar, por supuesto. No podemos darnos el lujo de desestimar los distintos argumentos, por contrarios que sean.

¿En qué casos se requiere y necesitamos una respuesta única o un solo punto de vista (ver artículo 1, y artículo 2 y artículo 3)? Cuando nos hacemos exámenes de laboratorio, solo por dar un ejemplo, hay dos opciones posibles, pero esperamos que nos confirmen una de las dos: tenemos el azúcar alta o no, tenemos la tensión alta o no, etc. En ocasiones buscamos una segunda o tercera opinión, pero necesitamos una respuesta, no dos.

En cambio, en el debate reciente sobre el método científico y los conocimientos ancestrales, es necesario tener en cuenta varios puntos de vista. Ludwig Boltzmann, un físico defensor de la pluralidad teórica e ideológica, argumentó que la ciencia no nos proporciona la verdad, sino representaciones o modelos limitados. Por consiguiente, nunca podemos estar seguros de que un modelo sea completamente verdadero. Boltzmann abogó por abandonar posiciones dogmáticas, tanto en ciencia como en otras dimensiones del pensamiento humano. En el debate que nos ocupa, es fundamental defender la pluralidad porque nos enfrentamos a dos formas  de entender la producción de conocimiento.

La primera es la que Gibbons y sus colaboradores  llaman el modo 1 de producción de conocimiento, esto es, conocimiento que se produce y se valida dentro de las disciplinas académicas y que se basa en la idea de que la ciencia y los científicos se rigen por un ethos propio y autónomo que los diferencia del resto de la sociedad.

Consejo Nacional de Biotecnología

Foto: Consejo Nacional de Biotecnología
La ética no es una ciencia exacta ni hay un manual de conductas éticas preciso.

Desde este punto de vista, solo el conocimiento disciplinar basado en la revisión por pares de la propia disciplina puede entenderse como conocimiento válido. Sin embargo, Gibbons, Nowotny y otros autores también reconocen que cada vez el conocimiento es más interdisciplinario y se orienta por problemas sociales, ambientales y económicos. A esta forma de producción del conocimiento, la denominan modo 2 y se caracteriza por una interacción bidireccional entre la ciencia y la sociedad, en la que la producción del conocimiento no es responsabilidad exclusiva de los científicos y su validación no solo se realiza mediante estándares disciplinares, sino que involucra a otros múltiples actores sociales no científicos. El caso de la Ministra puede ser analizado a la luz de estas consideraciones.

Algunos científicos consideran que fue antiético que Torres proporcionara la bebida mencionada a varios pacientes sin haber realizado pruebas preclínicas y clínicas.

Lea en Razón Pública: La inquisición científica

Una cuestión de ética

Desde nuestra perspectiva, esa acusación es desmedida por varios motivos. Por un lado, la ética no es una ciencia exacta. Prueba de ello es que, aunque en medicina existe un código de ética, en muchas ocasiones el médico o médica debe tomar decisiones basándose en su conocimiento e intuición. Así pues, la ética no puede ser reducida a un manual de decisiones. Por ejemplo, se ha mostrado que un mismo proyecto es juzgado de maneras muy diversas por distintos comités de ética, a pesar de seguir todos el mismo manual (ver artículo 4 y artículo 5).

Por otro lado, en los juicios éticos es necesario tener en cuenta las circunstancias, motivaciones y consecuencias del acto realizado con el fin de llegar a una deliberación razonable y justa. Así pues, en el caso de la ministra, habría que preguntarse cuáles fueron las razones que la impulsaron a actuar de esa forma. El artículo de El Espectador señala que para realizar pruebas clínicas se requieren millones, lo cual implica que solo pueden ser realizadas por grandes laboratorios y no por investigadores como Torres (a menos que se empleen en dichos laboratorios). Así las cosas, es muy difícil desarrollar una industria en el país y producir medicamentos que compitan con los productos de las grandes farmacéuticas. Todo esto pone en evidencia que el debate sobre la ética de la Ministra debe ir más allá de ella misma e incluir una reflexión sobre los intereses de otros actores involucrados como las grandes multinacionales.

ética a las farmacéuticas

Foto: Biblioteca del Congreso de EEUU
¿Se juzga con la misma vara ética a las farmacéuticas que han hecho grandiosos negocios con la producción de medicamentos?

La ciencia no nos proporciona la verdad, sino representaciones o modelos limitados.

Por otro lado, para determinar la gravedad de la presunta falta ética de Torres, es necesario compararla con otras, por ejemplo las cometidas por las grandes farmacéuticas en Colombia y el mundo y, sobre todo, con las sanciones que han recibido. La realidad es que el castigo para esas farmacéuticas ha sido netamente monetario, pues ninguna ha sido expulsada del país y a ninguna se le ha prohibido seguir vendiendo sus productos.

Teniendo en cuenta lo anterior, creemos que tachar a la Ministra de ‘anti-ética’ y exigir su renuncia es injusto y excesivo. Además, después de leer la carta del senador Iván Agudelo pidiendo que se consideren los candidatos propuestos por ACCEFYN, nos preguntamos si hay motivos políticos detrás de dichos juicios.

Una invitación al diálogo

Como dijimos anteriormente, el caso de Torres ha puesto en evidencia que es importante discutir temas como la validez de métodos considerados no científicos. Recientemente, el Director del Instituto Humboldt alertó sobre la dinámica de discusiones “apasionadas y poco informadas”.

Para lograr una discusión enriquecedora, es necesario mantener vivo el pluralismo, pues en este tipo de debates no existe una respuesta única. Se trata de encontrar temas que nos unen como la lucha sobre el cáncer y aceptar que cada postura puede estar equivocada así sea parcialmente. Eso solo será posible si escuchamos al otro y consideráramos todos sus puntos de vista.

Para lograr una discusión enriquecedora, es necesario mantener vivo el pluralismo

Las siguientes imágenes son inspiradoras, pues retratan una mesa que permite a las personas de Eslovaquia, Austria y Hungría cenar sin cruzar la frontera. Este diálogo sobre conocimientos ancestrales y método científico debería llevarse a cabo en términos similares. En el fondo, el único riesgo de tal diálogo es que algunas de esas fronteras se amplíen mediante el cuestionamiento de los fundamentos en que reposan tanto el discurso científico como el no científico.

Para que haya más ciencia en la política y blindar de sesgos y absolutismos la ciencia, los científicos debemos aprender a distinguir cuándo nos encontramos ante un problema abierto y cuándo no: la lucha contra el cáncer y la ética de la investigación son asuntos que presentan interrogantes abiertos.

En suma, no debemos descartar que el método científico nos llevará a encontrar la cura contra el cáncer, pero tampoco debemos descartar que dicha cura sea proporcionada por el conocimiento ancestral, o por una unión entre los dos o por otro tipo de conocimiento. De la misma forma, no se puede apelar a la ética teniendo una visión normativa desde el ethos científico, pues la ética abarca la complejidad del comportamiento humano. No hay respuestas únicas hasta este punto, acordemos eso. Con el hito de la creación y consolidación del MinCTI y una actitud abierta al debate razonado, la sociedad colombiana puede ganar la posibilidad de que cada vez haya más CTI en la política y menos absolutismos en la ciencia y entre científicos. ¡Aprovechémosla!

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*Razón Pública agradece el auspicio de la Universidad de Ibagué. Las opiniones expresadas son responsabilidad de los autores.

**Profesor Titular de la Universidad de Ibagué . PhD U. Manchester. Integrante de la Red de Gobernanza de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (Red GCTI).

***PhD en política de ciencia, tecnología e innovación SPRU-U. Sussex. Integrante de la Red de Gobernanza de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (Red GCTI).

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