Cali: un caso de progreso con lunares y con segregación etno-social persistente - Razón Pública
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Cali: un caso de progreso con lunares y con segregación etno-social persistente

Escrito por Harvy Vivas
Pobreza en Cali.

Pobreza en Cali.

Harvey VivasEl porcentaje de pobres ha disminuido, pero no así la intensidad ni la severidad de la pobreza. Más de la mitad de las familias siguen siendo vulnerables, y la segregación residencial, ocupacional y social sigue imperando en esta área metropolitana.    

Harvy Vivas Pacheco*

Especial sobre pobrezaLos tres tipos de pobreza

En el año 2016, la línea de pobreza monetaria en el Valle del Cauca se situaba en un valor mensual de 250.531 pesos por persona. Esto quiere decir que una familia de tres personas cuyos ingresos mensuales fueran inferiores a 751.593 pesos se define como “pobre” porque   no estaba en condiciones de adquirir la canasta básica de alimentos y otros bienes básicos que consumen los hogares colombianos.

Por su parte la línea de subsistencia era de 117.876 pesos mensuales por persona (o 353.628 mil pesos para un hogar de tres miembros). Por debajo de esta línea se produce la pobreza extrema esto es, la imposibilidad de comprar los alimentos que satisfagan las necesidades nutricionales mínimas.

Pero el ingreso del hogar no es el único criterio para evaluar su nivel de vida, y por eso también se utiliza el concepto de pobreza multidimensional,  medido a través del “Índice de Pobreza Multidimensional” (IPM), que tiene en cuenta las condiciones educativas del hogar, salud, trabajo, acceso a los servicios públicos domiciliarios, condiciones de la vivienda y la situación de la niñez y la juventud.

Cali viene mejorando

Sistema de transporte Masivo Integrado de Occidente, MIO.
Sistema de transporte Masivo Integrado de Occidente, MIO. 
Foto: Alcaldía de Santiago de Cali 

Las cifras para 2016 que el DANE publicó en el primer semestre de 2017 revelaron que tanto la pobreza monetaria como la extrema y la multidimensional habían seguido su descenso de los últimos años en Colombia.

Ciudades como Cali muestran una caída mayor que las demás áreas metropolitanas. A diferencia de ciudades como Bogotá y Bucaramanga, donde la incidencia de la pobreza monetaria aumentó entre 2015 y 2016, en Cali y su área metropolitana se presentó un descenso de 1.1 puntos porcentuales. Hay que recalcar que esta reducción ha sido sistemática, pues la proporción de hogares pobres en la ciudad disminuyó de un 26,1 por ciento en 2010 a un 15, 4 en 2016.  

La proporción de hogares pobres en la ciudad disminuyó de un 26,1 por ciento en 2010 a un 15, 4 en 2016.  

La tasa de incidencia de la pobreza extrema también cayó en Cali, de 6, 4 en 2010 a 3,2 por ciento en 2016. Y el IPM descendió de manera notable en el último año, pasando de 15,7 a   12 por ciento.

Incidencia, intensidad y severidad de la pobreza

Las cifras anteriores por supuesto dieron lugar a expresiones inmediatas de optimismo. El   Gobierno municipal manifestó su regocijo, y la Cámara de Comercio atribuyó la mejoría al clima favorable de inversión de la ciudad, al dinamismo empresarial, al repunte económico del departamento y a las remesas provenientes de Estados Unidos y Europa.

Pero, ¿estas cifras realmente logran captar la situación?  ¿El clima de optimismo tiene bases sólidas?

En verdad las cifras sobre incidencia de la pobreza son alentadoras y podrían atribuirse a las razones que invoca la Cámara de Comercio. Pero una mirada más cercana a los datos del DANE muestra que en el Valle del Cauca se produjo un aumento en la intensidad y en la severidad  de la pobreza:

  • La intensidad (también llamada “brecha”) consiste en la distancia de la línea de pobreza o en el ingreso familiar adicional que haría falta para llegar a esos 250. 321 pesos que como dije, eran la línea para una familia de tres personas.
  • La severidad de la pobreza se refiere al grado de desigualdad que existe entre los pobres, y es mayor cuando aquellos en peor situación pesan más que los hogares menos pobres.   

Pues bien, aunque no puedo entrar aquí en los detalles de los indicadores respectivos, hay que decir que el Valle del Cauca no salió muy bien librado en las comparaciones con otras regiones y con el país en su conjunto.    

Pobreza y vulnerabilidad

Pobreza Monetaria.
Pobreza Monetaria.  
Foto: Angélica Zambrano @Anyelik

Pero la situación es diferente si se examina en términos de “vulnerabilidad” vale decir, en relación con las capacidades y posibilidades de las personas y las familias para llevar una buena vida.

Según los datos del Sisben III, en Cali y sus zonas rurales había 390.000 hogares y alrededor de 1.290.000 beneficiarios potenciales de los programas de asistencia social y subsidios en julio de 2017. Esto es un poco más del 50 por ciento de la población estimada para la ciudad.

El Sisben (Sistema de Identificación de Potenciales  Beneficiarios) se basa en la noción de   pobreza multidimensional  y sirve para escoger a quienes deben llegar los programas conocidos como Más Familias en Acción, Adulto Mayor, De Cero a Siempre, Salud subsidiada.

Los indicadores anteriores permiten observar la distribución geográfica de la pobreza dentro de cada ciudad o entre las áreas rurales.  Los análisis del Laboratorio Urbano-Regional del Centro de Investigaciones Socioeconómicas (CIDSE) de la Universidad del Valle confirman la persistencia de un arreglo social segregado en la ciudad de Cali: la población de alta vulnerabilidad económica y social, sin acceso a los empleos formales que ofrece el mercado laboral,  se concentra en las comunas ubicadas en las franjas oriental y occidental de la ciudad.  

Esta población tiene pocas oportunidades para su ascenso social y en muchos casos viven en barrios informales, invasiones o zonas de desarrollo incompleto donde los niños y los jóvenes enfrentan el rigor de la pobreza y la desesperanza. Tal es el caso de:

  • Los asentamientos ubicados en las zonas de ladera de la Comuna 18 (Polvorines, Sectores Alto de los Chorros, Alto Jordán, entre otros), así como de
  • Algunos asentamientos y barrios de la zona oriente, poblada sobre todo por afrodescendientes (Invasión Brisas de las Palmas, Jarillón Rio Cauca I, Jarillón Rio Cauca II y Jarillón Rio Cauca III).  

La zona longitudinal de la ciudad, que disfruta del más amplio acceso a los equipamientos y servicios urbanos, concentra población de clase media y hogares cuyos jefes tienen un alto nivel educativo, empleos formales bien remunerados y buenas condiciones de seguridad social.

El Distrito de Agua Blanca, constituido por más de cinco comunas ubicadas en la franja oriental de la ciudad, junto con la zona de ladera, que incluye tres comunas y zona rural, concentran las peores condiciones de pobreza de la ciudad y las mayores distancias sociales respecto de la zona longitudinal. 

Adicionalmente, la provisión de transporte público en estas zonas vulnerables, a través del MIO (Masivo Integrado de Occidente) presenta severas deficiencias y problemas graves de frecuencia que han dado pie a la proliferación del transporte informal y a soluciones alternativas como las motos que en los últimos cinco años han aumentado en más de un 115 por ciento.

Así se reproduce un arreglo social caracterizado por la segregación residencial, ocupacional y sociodemográfica, tal y como efectivamente lo revelan, entre otras, las investigaciones de Urrea (en el libro editado por Loaiza),  de Barbary (en Barbary y Urrea), y también del autor de este artículo.

Una estrategia integral

Ahora bien, aunque la administración municipal ha venido impulsando proyectos importantes de mejoría social, no es un secreto que su éxito ha sido limitado y que nos quedan serios desafíos en cuanto al diseño y ejecución de políticas orientadas al tratamiento integral de la vulnerabilidad y la pobreza.

Se reproduce un arreglo social caracterizado por la segregación residencial, ocupacional y sociodemográfica

La clave estriba en articular diversos frentes con referentes espaciales y socio-demográficos que de una u otra forma ya han sido identificados en la Estrategia TIOS (Territorios de Inclusión y Oportunidades) o por la Oficina de Resiliencia de la Alcaldía.

Esto implica fortalecer de manera decidida y con recursos, las estrategias y programas ya existentes, así como la articulación con Fondos internacionales alrededor de propuestas y acciones en los ámbitos de vivienda y hábitat, pobreza y violencia, informalidad laboral, población en situación de discapacidad, embarazo adolescente, adultos mayores, cultura, deporte y recreación.

Algunas de las líneas de trabajo de los TIOS en la estrategia de entornos para la vida, articulada a la estrategia nacional de entornos saludables en zonas priorizadas y de elevada vulnerabilidad social, representan un buen ejemplo para ayudar a construir una ciudad que por fin abandone su apuesta por un arreglo social y económico segregado.

* Profesor titular del Departamento de Economía de la Universidad del Valle (Cali), coordinador del Laboratorio Urbano del Centro de Investigaciones Socioeconómicas (CIDSE), e integrante del Grupo de investigación en Economía Regional y Ambiental (GERA).  

 

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