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Brexit: un callejón sin salida

Escrito por Ildikó Szegedy-Maszák
El Brexit que propone Theresa May es el acuerdo internacional más importante de Reino Unido desde el final de la Segunda guerra mundial.

ldilko SzegedyExplicación sencilla de un enredo mayúsculo y de grandes consecuencias para la economía mundial. Las decisiones a la ligera suelen resultar costosas.

Ildikó Szegedy-Maszák*

Un gran error

Muchas veces se ha dicho que las grandes decisiones políticas implican grandes responsabilidades políticas. Pero esta norma no se está cumpliendo en el caso del Reino Unido y su retiro de la Unión Europea (UE).

Retirar de la UE a una de las tres economías más importantes que la integran era una decisión de extraordinaria importancia y de suma dificultad, dos razones por las cuales no se debía tomar la decisión a la ligera ni, mucho menos, jugar con ella al calor de los cálculos electorales. Con semejante decisión el Reino Unido se estaba y se está jugando su futuro y alterando radicalmente las relaciones con sus vecinos.

Y sin embargo la salida británica de la UE (brexit) fue la consecuencia de una larga historia de mal manejo de las decisiones políticas.

Le recomendamos leer: La venganza del nacionalismo: ¿se acerca el fin de la Unión Europea?.

Salida a tres bandas

Jeremy Corbyn impulsó la moción de confianza en contra de Theresa May y adelanta un acuerdo basado en el Plan Brexit del partido laborista.
Jeremy Corbyn impulsó la moción de confianza en contra de Theresa May y adelanta un acuerdo basado en el Plan
Brexit del partido laborista.
Foto: Wikimedia Commons

Después de dieciocho meses de complicadas negociaciones con la UE, la primera ministra Theresa May logró cerrar un acuerdo para el brexit (junto con una Declaración Política) en diciembre de 2018.

El acuerdo establecía las condiciones que permitirían la salida ordenada del Reino Unido a partir del próximo veintinueve de marzo, cuando ese país dejaría el mercado común y pondría fin a la libre circulación de personas. Se trataba sin duda del acuerdo internacional más importante desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

La principal objeción contra el acuerdo eran las garantías (conocidas como backstop) que el gobierno de May ofrecía a la UE para asegurarse de que no surgiría una nueva frontera física entre Irlanda del Norte, que forma parte del Reino Unido, y la República de Irlanda, que seguirá siendo miembro de la UE. Según los críticos, estas garantías podían atar al Reino Unido a las normas de la UE de manera permanente.

En diciembre del año pasado la abrumadora oposición a su proyecto de acuerdo obligó a May a aplazar la votación en el Parlamento para enero de este año. Mientras tanto, la primera ministra prometió buscar garantías adicionales de la UE, especialmente sobre el tratamiento de la frontera irlandesa.

Esta fue la peor derrota parlamentaria para un gobierno británico en la historia moderna.

Pero los líderes europeos se negaron a ayudarle a suavizar el acuerdo, y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, le reprochó su falta de resultados y le pidió nuevas ideas para resolver el problema.

Finalmente, el martes de esta semana (15 de enero), el acuerdo fue derrotado por el Parlamento Británico con una votación de 432 en contra y 202 a favor. Entre los votos negativos estuvieron los de 118 parlamentarios conservadores del propio partido de Theresa May. Esta fue la peor derrota parlamentaria para un gobierno británico en la historia moderna. El resultado fue impactante y chocante en casa, y también lo fue para los funcionarios de la Unión Europea.

Le recomendamos: Brexit: causas, consecuencias y reflexiones.

Bajo un régimen político como el del Reino Unido, es posible forzar la renuncia del gobierno mediante el voto mayoritario del Parlamento en una “moción de confianza”. Pues bien, el líder del Partido Laborista de la oposición, Jeremy Corbyn, pidió una moción de confianza contra el gobierno de Theresa May.

Pero este jueves 17 de enero, el gobierno sobrevivió a la moción de confianza y ganó por 325 a 306 votos. En este caso los conservadores mantuvieron la unidad y sus 314 parlamentarios respaldaron a la primera ministra. Sin embargo, May ganó apenas por 19 votos, incluyendo los diez del Democratic Unionist Party (DUP), el mayor partido de Irlanda del Norte y el quinto del Reino Unido en número de escaños en la Cámara de los Comunes.

Aunque el resultado de la moción de confianza fue el esperado, el debate demostró la profunda división de la oposición, agravada por la falta de liderazgo de Corbyn.

¿Cómo salir del laberinto?

El siguiente paso para May es muy complicado. Tiene que romper el punto muerto del acuerdo para el brexit y regresar a la Cámara de los Comunes con un plan B el próximo 29 de enero, apenas dos meses antes de la fecha establecida para la salida del Reino Unido de la UE.

Por eso, inmediatamente después de ganar el voto de confianza y un día después de que el congreso rechazara su acuerdo para el brexit, May invitó a reuniones individuales a los líderes de todos los partidos con presencia parlamentaria para buscar salidas con un “espíritu constructivo”.

La primera ministra no tiene otra opción que tratar de encontrar un plan alternativo para ganar el apoyo de los parlamentarios del Partido Laborista, el Partido Nacional Escocés y de los Liberales Demócratas. También podría hacer algunas concesiones, como aceptar la propuesta del Partido Laborista de mantener al Reino Unido en unión aduanera con la UE. Pero esto sería imposible de aceptar para muchos miembros de su propio partido que están a favor del brexit.

Para empeorar la situación, Jeremy Corbyn considera que las conversaciones propuestas por May son apenas un “truco” porque ella se niega a retirar de la mesa la posibilidad de un brexit sin acuerdo. Aunque Corbyn no participa en las conversaciones de Bruselas, el Partido Laborista defiende un acuerdo basado en la unión aduanera y vínculos estrechos con el mercado común de la UE.

Ahora Corbyn está bajo la presión de algunos de sus colegas laboristas para apoyar un segundo referendo sobre el brexit, especialmente después de que su moción contra May fuera rechazada en el Parlamento. Sin embargo, todavía no se descarta la posibilidad de una elección general, a través de otra moción de confianza.

Puede leer: El Brexit: viacrucis de un divorcio inconveniente.

Europa espera

El Brexit que propone Theresa May es el acuerdo internacional más importante de Reino Unido desde el final de la Segunda guerra mundial.
El Brexit que propone Theresa May es el acuerdo internacional más importante de Reino Unido desde el final de la
Segunda guerra mundial.
Foto: Flickr

Aunque la UE estaba a punto de ofrecer concesiones limitadas sobre la frontera irlandesa para ayudar a Theresa May a convencer al Parlamento Británico, actualmente los gobiernos europeos creen que se necesita un reajuste más profundo. Sin embargo, esta propuesta debe salir del Reino Unido y reflejar una posición política unificada.

Según los diplomáticos de la UE, un siguiente paso podría consistir en el retoque de la Declaración Política que acompaña al acuerdo y establecer más detalles sobre qué tan estrechas serán las relaciones entre las partes después del brexit. Así se podrían eliminar varios elementos del debatido backstop sobre la frontera irlandesa.

Esta solución eventual tampoco está libre de problemas, porque los parlamentarios pro-brexit podrían argumentar que se está traicionando el resultado del referendo de 2016 al impedir la efectiva salida del Reino Unido de la UE.

La primera ministra no tiene otra opción que tratar de encontrar un plan alternativo para ganar el apoyo de los parlamentarios.

Mientras que los funcionarios de la UE esperan que el Reino Unido solicite aplazar la fecha de salida prevista para el próximo 29 de marzo, los gobiernos europeos todavía discrepan sobre si conceder o no este nuevo plazo, y por cuánto tiempo. Pero la primera ministra May ha rechazado una prórroga de la fecha del brexit.

Es posible que tenga lugar una cumbre extraordinaria de jefes de Estado antes de la próxima sesión ordinaria, prevista para finales de marzo. En caso extremo, si el Parlamento Británico no ratifica un acuerdo para el brexit antes del 29 de marzo, la UE no buscaría un brexit suave y sin acuerdo. En lugar de esto tomaría medidas unilaterales para proteger sus intereses en áreas como el tráfico aéreo, los mercados financieros de derivados y el intercambio de datos.

El pasado 17 de enero People’s Vote, haciendo campaña en favor de un segundo referendo, publicó los resultados de una encuesta de YouGov donde el 56 por ciento de los británicos apoyan la permanencia en la UE —y el porcentaje es todavía mayor si presentan como alternativas el proyecto de acuerdo de May o la salida de la UE sin que medie acuerdo alguno—.

Aparentemente, los británicos están cansados de esta odisea de decisiones y excusas políticas ligeras de sus dirigentes. El brexit nos está mostrando las consecuencias fatales de las decisiones políticas tomadas a la ligera.

*Profesora de la Universidad Javeriana, abogada de la Universidad ELTE de Budapest, con LLM de London School of Economics and Political Science, y doctora en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas del Externado de Colombia, cónsul honoraria de Hungría. ildiko@javeriana.edu.co

 

 

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