Balance y pronóstico de la seguridad ciudadana bajo la pandemia - Razón Pública
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Balance y pronóstico de la seguridad ciudadana bajo la pandemia

Seguridad en Bogotá

Carolina Ortega ContrerasEsto es lo que ha ocurrido en Bogotá y en Colombia en materia de seguridad ciudadana -y lo que podría suceder cuando se levante la cuarentena-.

Carolina Ortega Contreras* y Rodolfo Parra Cely**

Disminuyen los delitos

La COVID-19 ha tenido hasta ahora efectos positivos sobre la seguridad en todo el territorio nacional.

El Balance de seguridad de los primeros cien días de la Alcaldía de Bogotá muestra que el número de homicidios y delitos de impacto se ha reducido significativamente durante la cuarentena. Según la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia:

  • En marzo de 2019 se presentaron 100 casos, y en el mismo mes de 2020 la cifra se redujo a 64.
  • El hurto a personas se redujo en un 15%, al pasar de 29.783 casos en el primer trimestre de 2019 a 25.235 en el primer trimestre de 2020. Las cifras antes de la alerta amarilla (3.149 casos), durante la alerta amarilla (1.821 casos), en el simulacro (215 casos) y durante la cuarentena (305 casos) corroboran esta notable disminución.
  • En los dos meses del año que transcurrieron sin confirmar ningún caso de contagio, los incidentes más reportados en la Línea 123 fueron riñas (16,41%) y accidentes de tránsito (14,11%). En contraste, entre el 15 y el 31 de marzo, la enfermedad (39,65%) y el evento respiratorio (13.5%) pasaron a ocupar los primeros lugares, y las riñas (6,14%) quedaron relegadas al quinto puesto.

A escala nacional, el ministerio de Defensa informó que entre el 1 de enero y el 7 de abril el homicidio se ha reducido en un 10%, pues pasó de 3.171 casos en 2019 a 2.849 en 2020. El hurto a personas tuvo una disminución del 12%, pasando de 71.208 casos en 2019 a 62.657 en 2020. Las demás modalidades de hurto (comercio, automotores, residencias), presentaron reducciones por encima del 20%.

La violencia social

El ELN ha cumplido hasta ahora el cese al fuego que declaró a finales de marzo. Sin embargo, es posible que la disputa por el control de actividades criminales y el territorio produzca enfrentamientos entre este grupo, el Ejército Nacional y el Clan del Golfo.

El número de homicidios y delitos de impacto se ha reducido significativamente durante la cuarentena.

De ser así no tardarían en reaparecer el desplazamiento forzado y los homicidios selectivos, lo cual pondría en una situación de alto riesgo a los líderes sociales y a los desmovilizados.

 índices de riñas, homicidios y hurtos durante la cuarentena

Foto: Concejo de Bogotá
En Bogotá los índices de riñas, homicidios y hurtos han disminuido desde que empezó el confinamiento

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El crimen después de la cuarentena

Si bien estos datos son alentadores, una vez se levante la cuarentena podría darse un aumento exponencial de todos los delitos mencionados, pues hoy por hoy están cerrados los canales de producción, distribución, comercialización y flujo de capital en los mercados ilegales, pero los criminales intentarán reestablecerlos con mayor intensidad que antes.

Dado que la violencia es el mecanismo más efectivo que tienen para lograr lo anterior, es muy probable que aumenten crímenes como los homicidios y lesiones personales.

Negocios ilícitos como el narcotráfico, la microextorsión, el narcomenudeo y las distintas modalidades de hurto funcionan con eficiencia bajo el capitalismo, pero en tiempos de crisis necesitan y suelen desplegar estrategias de adaptación o alternativas.

Una vez se levante la cuarentena podría darse un aumento exponencial de todos los delitos mencionados

Tendrán que modificar ciertas conductas, reorganizar sistemas de coordinación, control y comunicación, copar vacíos, diversificar las operaciones criminales, ampliar el alcance territorial y replantear sus objetivos estratégicos. El éxito dependerá de si logran responder bien a las tensiones provenientes de la policía, el sistema de justicia y la legislación internacional.

Los delitos emergentes

La COVID-19 ha hecho todavía más intensos algunos desafíos en materia de seguridad para Colombia:

  • Violencia intrafamiliar. El confinamiento obligatorio hizo aumentar el 16% este delito, que pasó de 7.343 casos en el primer trimestre del 2019 a 8.527 en el mismo periodo de 2020. Así mismo, las llamadas a la Línea Púrpura de la Secretaría Distrital de la Mujer aumentaron en un 225% tras la adopción de esta medida.
  • Violación de las normas de cuarentena. Entre el 20 de marzo y el 1 de abril de este año se impusieron 12.954 medidas correctivas por la violación del aislamiento obligatorio, casi el doble de las registradas durante el simulacro obligatorio. En Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Barrancabermeja y varios municipios de la Costa Atlántica se han presentado manifestaciones violentas de grupos de ciudadanos que reclaman por falta de comida.
  • Crisis sanitaria. Una evaluación del Centro de Estudios de Seguridad y Drogas (CESED) de la Universidad de los Andes concluyó que la cuarentena traerá una crisis sanitaria para los habitantes de calle consumidores de bazuco, población que podría ser un foco de recepción y diseminación del virus.
  • Hacinamiento carcelario. Esta crisis de vieja data amenaza convertirse en un problema de salud pública. Los contagios detectados en el centro carcelario de Villavicencio prendieron las alarmas en todo el país.

Vias de bogotá en la cuarentenaPuede leer: Crimen organizado: ¿ganador o perdedor en la pandemia?

Así las cosas, es evidente que, de ahora en adelante, las estrategias de seguridad deben tener en cuenta amenazas de salud pública como epidemias, pandemias, riesgos químicos, biológicos, radiológicos y nucleares. Es natural que la población sienta ansiedad y miedo, pues además de las amenazas cotidianas, ahora es consciente de este tipo de peligros.

Indudablemente, la falta de recursos, la fragilidad del sistema de salud y el hacinamiento carcelario que la pandemia ha sacado a relucir nos invitan a ensanchar el concepto de seguridad y a trabajar para mejorar cada uno de estos aspectos.

*Politóloga de la Universidad Nacional, magister en Políticas Públicas, especialista en análisis de políticas públicas y en gestión territorial de la seguridad.

**Magister en Seguridad Pública, especialista en Gestión Territorial de la Seguridad, abogado y técnico profesional en Servicio de Policía, docente e investigador.

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