La novedad es la primacía que los gobiernos le conceden a su autonomía por sobre su homogeneidad. La CELAC busca la convivencia de Estados con políticas opuestas. Quedan fuera las sociedades en las que se desarrollan conflictos entre alternativas diferentes.
El retorno de Cuba
Un primer resultado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es el de haber acompañado el retorno de Cuba a la región.
Empujado por el ALBA y por intereses diversos, el reintegro de Cuba se convirtió en un acuerdo entre distintas posiciones llevó al restablecimiento de relaciones diplomáticas con la isla, al involucramiento de Raúl Castro en el acercamiento regional que se inició en 2008 y a la presidencia cubana de la CELAC.
Un primer resultado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es el de haber acompañado el retorno de Cuba a la región.
En la Cumbre de La Habana participaron 31 de los 33 presidentes de países miembros. También estuvieron presentes los secretarios generales de las organizaciones multilaterales, José Miguel Insulza declaró que para la OEA no hay superposición ni contradicción sino complementariedad con la CELAC y Ban Ki-Moon, secretario de la ONU, se mostró muy interesado en apoyar los cambios que se dan en la isla.
En lugar de profundizar las divergencias, el gobierno de Castro ha fortalecido sus vínculos con todas las tendencias regionales. Es uno de los pocos países latinoamericanos que mantiene estrechos nexos con el Caribe no hispano, y aunque en Cuba misma y en el ALBA se critica a la Alianza del Pacífico, la isla fortalece sus nexos, en particular con México, mientras que Brasil se ha convertido en un socio crucial.
Entre las visitas oficiales a Raúl y Fidel Castro y los encuentros bilaterales con ocasión de la cumbre, se destacaron los que protagonizaron Dilma Rousseff y Enrique Peña Nieto, mandatarios de las dos potencias regionales que han sido decisivas en la creación de la CELAC como espacio de convivencia intergubernamental y en la apertura de Cuba a capitales externos.
![]() Presidente de Cuba, Raúl Castro CELAC – Estados Latinoamericanos y del Caribe |
Brasil y la transición
Luiz Inácio Lula Da Silva y Dilma Rousseff han acompañado la transición de la isla y convirtieron a Brasil en su segundo socio económico regional, después de Venezuela. Brasil solicitó médicos cubanos -ya recibió la mitad 5.400-, para trabajar en zonas aisladas.
La presidente Rousseff inauguró con Raúl Castro el terminal de contenedores financiado y construido por Brasil (con una inversión prevista de 957 millones de dólares) y que pone en marcha el “megaproyecto” del puerto de Mariel y de la Zona de Desarrollo Especial. En este acto declaró que “Brasil cree y apuesta por el potencial humano y económico de Cuba”.
Esta zona es muy importante para Cuba; su gobierno espera atraer inversión extranjera a ella, y para eso ofrece beneficios fiscales. Se proyecta como motor económico, un puerto que acoja buques “pospanamax” y una base de petróleo, parques industriales de alta tecnología y actividades comerciales o de servicios.
México y la “actualización” del modelo cubano
Peña Nieto habló en La Habana de relaciones “históricas y entrañables” entre México y Cuba y recordó que su país fue el único de la región que no rompió con el gobierno de Castro cuando se encontraba aislado. En el periódico Granma escribió que su deseo es respaldar el proceso de actualización económica y social, y su vicecanciller fue aún más específica: “Seremos muy respetuosos de los marcos que Cuba defina, de los tiempos, pero están pasando cosas muy interesantes y México debe estar ahí”. Y así ha venido siendo desde que Felipe Calderón normalizó las relaciones en 2012, luego de las tensiones surgidas desde 1999, cuando el presidente y el canciller mexicanos criticaron la falta de libertades en la isla y se reunieran con algunos disidentes.
Como un gesto de amistad hacia Cuba, en septiembre de 2013 México le condonó el 70 por ciento de la deuda acumulada durante quince años (340,9 millones de dólares), dio plazo de diez años para pagar el resto y amplió una línea de crédito para comercio e inversiones. Ahora los dos gobiernos firmaron ocho acuerdos y negocian la mutua protección de sus hidrocarburos en el Golfo de México.
![]() Intervención de la mandataria brasileña, Dilma Rouseff, durante la cumbre Foto: .CELAC – Estados Latinoamericanos y del Caribe |
La presidencia cubana
El plan de acción acordado en la I Cumbre había incluido los lineamientos centrales de la presidencia de la CELAC: debía fortalecerse el diálogo a través de eventos ministeriales de educación, cultura, ciencia-tecnología, ambiente y finanzas, desarme y migración, desarrollo productivo e industria, energía, alcohol y drogas, y agricultura familiar.
Más que una concertación de posiciones sobre acontecimientos relevantes -muy difícil de lograr- Cuba expidió algunos comunicados (como ante la muerte de Chávez o la de Mandela) e intervino a nombre de la CELAC en distintos espacios de Naciones Unidas.
La vocería ante otros organismos, regiones y potencias (China, Corea, Japón, Rusia, Turquía y Estados Árabes del Golfo), la lleva la troika que en 2013 se convirtió en cuarteto, y estuvo compuesta por Cuba que la coordinaba, Chile como anterior presidente, Costa Rica que la asumía en la Habana y Haití por Caricom.
La II cumbre
En la Habana estuvieron todos los gobiernos (solo dos no representados por los presidentes). Fueron significativos el retorno de Paraguay y la llegada de Honduras, aunque algunos habían criticado la elección presidencial en este último país.
Faltaron los presidentes de El Salvador y de Panamá. Este último en protesta por el manejo que le dio Cuba a las armas halladas en el barco norcoreano retenido en el canal. Habrá que ver si Panamá como anfitrión de la cumbre de las Américas en 2015 se compromete con el ingreso de Cuba, como lo reclamó la región en Cartagena.
Fueron significativos el retorno de Paraguay y la llegada de Honduras, aunque algunos habían criticado la elección presidencial en este último país.
La decisión más significativa -la proclamación de América Latina y el Caribe como zona de paz y el compromiso de renunciar al uso de la fuerza para resolver disputas con sus vecinos-, tuvo consecuencias. Los presidentes de Chile y Perú hablaron sobre la aplicación del fallo de la Haya; Argentina trató de limar asperezas con Uruguay y Brasil, y Evo Morales llamó a Chile a resolver el litigio territorial. En cambio, hubo fuerte reacción de caribeños no hispanos contra República Dominicana por su conflicto con Haití.
Al recibir apoyo a los diálogos con las guerrillas, el presidente Santos mostró su decisión de negociar: “ojalá en la próxima Cumbre podamos decir que el conflicto armado en Colombia ha terminado”.
La declaración final ratifica que la CELAC se construye como el más importante foro de convivencia de la región: “gradualmente, con flexibilidad, con respeto al pluralismo, a la diversidad y al derecho soberano de cada uno de nuestros pueblos para escoger su forma de organización política y económica”. Sin olvidar que sus decisiones no son vinculantes y su aplicación es voluntaria.
En sus 83 párrafos y 16 páginas, la declaración reitera los temas de todos los organismos, reafirma el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y conforma el foro CELAC-China y el mecanismo de diálogo con la Federación de Rusia.
Sobre el tema central de la cumbre, los presidentes manifestaron el apoyo a la iniciativa “América Latina y el Caribe sin hambre, 2025”. Todos estuvieron de acuerdo en distribuir mejor los frutos del crecimiento económico y aumentar el comercio y las inversiones regionales en infraestructura y proyectos productivos. Cada uno decidirá cómo hacerlo.
Exclusión de las sociedades
La CELAC se mantiene como un ámbito intergubernamental. En la reunión de la región con la Unión Europea –que coincidió con la I cumbre- se habían realizado eventos de la sociedad civil, de académicos y de empresarios. En la Habana solo se permitió la expresión de algunos independentistas de Puerto Rico, que pedían el ingreso de la isla a la organización.
Organizaciones como Amnistía Internacional denunciaron que durante la cumbre fueron reprimidas o detenidas las Damas de Blanco y otros disidentes que intentaban realizar marchas o eventos como un foro sobre democracia. Esos grupos cubanos solicitaron entrevistas a los participantes en la cumbre y les pidieron salir en defensa de las libertades políticas, a lo cual obtuvieron algunos gestos. El secretario de la ONU dijo que había hablado a alto nivel de las “detenciones arbitrarias”. Sebastián Piñera se reunió con la líder de las Damas de Blanco y con el arzobispo de La Habana, quien había mediado en 2010 para la excarcelación de presos políticos.
Una delegación de discreto perfil de Costa Rica recibió a la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional. Al asumir la presidencia de la CELAC, Laura Chinchilla recalcó que la comunidad debe construir sus consensos con los aportes de diferentes sectores de la sociedad civil. La declaración de la II cumbre habla de la importancia de que “todas y todos sientan que la democracia les da sentido a sus vidas” y reconoce “la valiosa contribución del sector privado, de la sociedad civil, de los movimientos sociales y la sociedad en su conjunto”.
Todos los presidentes, incluido Raúl Castro, resaltaron que la fuerza de la CELAC deriva de la capacidad de diálogo intergubernamental en medio de las diferencias. Pero no todos reconocen que las visiones plurales de la heterogeneidad regional deban incluir a las emergentes sociedades civiles, incluso en Cuba.
Diálogo en medio de las diferencias
En medio de un panorama regional cambiante y de un contexto económico incierto, la CELAC recoge un proceso de diálogo intergubernamental a partir de la fuerte diferenciación interna de la región.
En la cumbre de la Habana se expresó una región muy heterogénea, que no antagoniza en buena medida gracias a su apuesta por la convivencia y a que no existe un predominio de ninguna de las tendencias. Este equilibrio marca el funcionamiento de la CELAC como foro no institucionalizado, sujeto al consenso y que no interviene en asuntos internos.
Mediante esta reunión, el gobierno de Castro creó un ambiente favorable a las reformas que adelanta y obtuvo su pleno reintegro a una región cuya convivencia le permite afirmar su autonomía relativa frente a algunos poderes externos. Ha roto con la estrategia de Estados Unidos de bloquear a la isla para forzarla a cambiar de régimen político, o de Europa que condiciona la mutua relación a la democratización y al respeto de los derechos humanos. Frente a la reivindicación y la defensa de la democracia liberal, la CELAC le concede una clara prelación a la autoafirmación de la región como actor político independiente en el contexto global y a la libre búsqueda de caminos hacia el futuro.
La declaración final ratifica que la CELAC se construye como el más importante foro de convivencia de la región.
Puede que -para no perderse los negocios que se abren en la isla- tanto Estados Unidos como Europa acaben por valorar la vía latino-caribeña de acompañar al gobierno de Castro en su transición controlada hacia una economía mixta y de iniciativa privada. Ya Barak Obama flexibilizó el embargo y saludó a Castro en el funeral de Mandela, mientras que la Unión Europea acordó negociar con Cuba.
Raúl Castro anunció que en 2018 dejará la presidencia de Cuba. Por primera vez desde 1959 la isla sería gobernada por alguien distinto de los Castro. En su intervención le puso humor a su hegemonía y contó que en Santiago de Chile en el 2013 el presidente Piñera le dijo: "a usted lo han elegido por un año, no por 50", y él le había contestado: "no se preocupe que ya tengo 82 años".
En todos esos planes cubanos y en los de la CELAC aún no se integra, sin embargo, el enorme potencial de una sociedad civil emergente y cada vez más decisiva en la ampliación de la democracia en cada país, en la región y en el mundo.
* Cofundadora de Razón Pública. Para ver el perfil de la autora, haga click en este enlace.