Una interesante reflexión sobre los resultados de las elecciones y sus implicaciones para Antioquia.
Jorge Giraldo Ramírez*
Antioquia pasa de agache en las pasadas elecciones a Congreso de la República por la simple razón de que se ha consolidado el poder del bipartidismo tradicional, cosa que hace muy felices a quienes creen que por fuera de las colectividades históricas no hay salvación posible, ya que lo demás no pasaría de personalismos o alianzas poco santas.
Como todos saben el triunfador es el partido conservador reciclado, es decir, la vieja colectividad con Equipo Colombia -el movimiento del gobernador Ramos Botero- de nuevo en el redil, ahora como cabeza de león. La factura son 410 mil votos a Senado y más de 370 mil a Cámara, poniendo 7 representantes. El Partido de la U ocupa el segundo lugar con una votación más amplia sobre el liberal para Senado, con el mismo número de cuatro curules que este partido en la Cámara. Las pequeñas minorías cambian: Cambio Radical de cara, pues sale el exalcalde Omar Flórez y entra el exsenador liberal José Ignacio Mesa; Juan Manuel Valdés de la ASI entra y el Polo perdió su escaño.
El triunfo del partidismo tradicional es hasta cierto punto el triunfo de la política tradicional. Maquinaria (así tituló ADN Medellín), clientelismo, uso y abuso de los puestos oficiales. Y también, cómo no, la corrupción que por aquí no es ni nueva ni pequeña, sólo más sofisticada. Esto según políticos de carrera que hicieron sus denuncias. El dirigente liberal Jorge Mejía Martínez reveló cifras en su columna en el diario El Mundo. Ocho millones por apoyo de concejal habría pagado en Urabá la campaña del liberal John Jairo Roldán y otras cifras por paquete de 4 mil votos en el Bajo Cauca la principal electora liberal a Senado Arleth Casado, heredera de la parapolítica aunque bendecida por Rafael Pardo. Podríamos llamar a eso método de tierras cálidas. Cuando subimos el nivel sobre el mar, la cosa es más sofisticada: triangulaciones con contratistas, planillas de votos (50 es el número usual) por empleado público, etc.
Este ambiente es muy hostil para la izquierda paisa que tiene más escrúpulos que la de Samuel Moreno en Bogotá, y muy adverso para las fuerzas nuevas como Compromiso Ciudadano o el Partido Verde. El voto de opinión funciona para la Alcaldía, pero muy poco para los cuerpos colegiados como quedó demostrado en las elecciones de 2007 para la Alcaldía, donde el triunfador Alonso Salazar apenas fue respaldado con 3 concejales en los mismos comicios.
Ahora. He dicho que se trata de un triunfo parcial de la política tradicional, porque han emergido fuerzas nuevas con malos antecedentes y mucha desconfianza por parte de las élites de la región. No se trata del PIN. El PIN apenas sacó 5 mil votos para Cámara o sea menos del medio por ciento. El Presidente del Concejo de Medellín denunció en días previos a las elecciones un supuesto pacto de la "Choza" en alusión a que Bello se habría convertido en el centro de las nuevas fuerzas. El pacto habría sido -de nuevo, según sus palabras- entre bandas y las fuerzas del exalcalde y exsenador Oscar Suárez Mira. Suárez Mira tiene varias investigaciones en curso y catapultó a su hermana Olga como la principal electora del conservatismo en todo el país.
En síntesis, en Antioquia tienen acciones los principales electores liberales y conservadores del país, y ambas mujeres (una esposa y una hermana de herederos de la parapolítica). ¡Para qué PIN si liberales y conservadores les abrieron las puertas desde las direcciones nacionales! El panorama preocupa a nivel nacional, claro.
En el mapa político antioqueño hay unas fuerzas emergentes, incubadas dentro de los dos partidos tradicionales. Los jefes políticos tienen la llave: los pueden sacar o convivir con ellos. Ese será el desafío para el futuro inmediato.
*Doctor en Filosofía por la Universidad de Antioquia. Profesor e Investigador del Departamento de Humanidades de la Universidad Eafit.
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