¿Cuántos candidatos inscritos tienen esos partidos y cuántos los partidos tradicionales? ¿Por qué a estos últimos no se les exige coherencia y representatividad?
Miguel Antonio Galvis*
Fuerzas oscuras e ilegales
Por estos días han circulado muchas publicaciones, comentarios y críticas contra los partidos de minorías étnicas, especialmente contra la Alianza Democrática Afrocolombiana (ADA) por haber inscrito más de 3.500 candidatos en unas pocas semanas. Se afirma que la presencia de “fuerzas oscuras” ligadas al narcotráfico y la parapolítica sería una explicación de su rápido crecimiento.
La verdad es que esas fuerzas ilegales han hecho presencia durante décadas en los partidos de las élites políticas tradicionales —como Cambio Radical, Liberal, Conservador o de la U— mucho más que en los partidos de minorías étnicas. Basta con mirar a los condenados por la Corte Suprema de Justicia por parapolítica.
Ahora bien, el narcotráfico y la parapolítica sí han hecho presencia en las expresiones políticas de las comunidades afrocolombianas en el pasado, aunque no tanto en los partidos y movimientos políticos de los indígenas.
![]() Foto: Alcaldía de Bogotá |
Recordemos que en las elecciones de 2010 los primeros fueron colonizados por las mafias: por Juan Carlos Martínez Sinesterra (Movimiento MIO), y por Yair Acuña y Emilce López (Movimiento AFROVIDES). También en las elecciones de 2014 les quitaron las curules a los afrocolombianos María del Socorro Bustamante y Moisés Orozco (Movimiento FUNECO).
Los tres partidos de minorías étnicas afrocolombianas tienen un crecimiento importante.
Pero habrá que esperar que pasen las elecciones para conocer los recursos y los actores que se movieron detrás de las diferentes candidaturas en esta ocasión. Hasta ahora, lo que indica el proceso de inscripción de candidatos es la capacidad de casi todos los partidos y movimientos políticos, las coaliciones, y aun los “grupos significativos de ciudadanos” para cubrir el territorio nacional.
Ya los corruptos no necesitan utilizar los partidos de minorías, primero porque resultan más visibles y sospechosos, y segundo porque pueden inscribirse por firmas creando un Grupo Significativo de Ciudadanos, o mimetizarse en una coalición de varios partidos, donde son menos visibles.
Sin embargo, esta vez el 93 por ciento de los candidatos se inscribieron por un partido, el 5 por ciento en coaliciones y apenas el 2 por ciento mediante los grupos significativos de ciudadanos, como se observa en la gráfica.
Fuente. Base de Datos de Inscripciones Registraduría Nacional del Estado Civil.
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¿Cómo van los partidos de minorías a las elecciones?
Colombia tiene 32 departamentos y 1.101 municipios. Para juzgar si un partido es atípico en cuanto a la cobertura territorial, habría que comparar su nivel de inscripciones con el de los demás. No sólo con los demás partidos de minorías étnicas, sino con los de otros tipos de minorías y con los partidos tradicionales. Veamos.
Al observar los números gruesos, podríamos decir que los tres partidos de minorías étnicas afrocolombianas tienen un crecimiento importante. Dos de ellos aparecieron con las elecciones de 2018 y uno sobrevivió hasta las elecciones de 2014, pero también después de un pleito prolongado que lo pone en igualdad con los demás.
Aún más vigoroso que el crecimiento del ADA —que inscribió 3.501 candidatos— es el del Partido Colombia Renaciente, que inscribió 5.137. Por su lado, el Partido de Reivindicación Étnica (PRE) inscribió 2.248 candidatos.
Fuente. Base de Datos de Inscripciones Registraduría Nacional del Estado Civil
Por otro lado, los candidatos inscritos por los partidos de minorías étnicas indígenas no han tenido problemas notorios con la presencia de actores al margen de la ley, y tienen una mayor coherencia ideológica y programática que la mayoría de los partidos, con algunas excepciones.
Para estas elecciones regionales, los dos partidos indígenas inscribieron un número importante de candidatos. El Movimiento Autoridades Indígenas de Colombia (AICO) inscribió 5.422, mientras que el Movimiento Alternativo, Indígena y Social (MAIS) inscribió 6.977.
Fuente. Base de Datos de Inscripciones Registraduría Nacional del Estado Civil
En cuanto a los partidos de minorías de inspiración cristiana, llama la atención el crecimiento del Partido Colombia Justa Libres, que inscribió más candidatos que el partido ADA, con 3.741. Este número duplica el del otro partido de origen cristiano, el Partido MIRA, que apenas inscribió 1.552 candidatos.
Fuente. Base de Datos de Inscripciones Registraduría Nacional del Estado Civil.
Finalmente, están los partidos que podríamos llamar de minorías de la izquierda y el centro o alternativos. Entre ellos, es bastante notoria la baja capacidad de hacer presencia o presentar candidatos en las elecciones locales del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del común (FARC). Esa realidad debe llamarnos a una reflexión sobre las garantías que tienen los candidatos desmovilizados en los territorios, ahora nuevamente disputados por las disidencias rearmadas de las FARC. Esta organización política solamente inscribió 244 candidatos.
En cuanto a los demás en esta categoría:
- El Polo Democrático Alternativo (PDA) inscribió 3.154 candidatos;
- El partido Colombia Humana Unión Patriótica, liderado por Gustavo Petro y Aida Avella, inscribió apenas 1.879 candidatos; y
- El partido Alianza Verde, ubicado más al centro del espectro político, inscribió 9.236 candidatos.
Llama la atención el bajo número de inscritos por el Partido Colombia Humana Unión Patriótica, pues aun estando detrás el candidato a la presidencia Gustavo Petro, logró una escasa cobertura territorial, muy por debajo del Polo Democrático Alternativo y el Partido Alianza Verde. Esto nos lleva a pensar que su proyecto político es una empresa unipersonal y no una alternativa política colectiva e incluyente, como se ha venido pregonando.
Fuente. Base de Datos de Inscripciones Registraduría Nacional del Estado Civil
Por último, están aquellos partidos que podríamos llamar de minorías sin identidad. Aquí hay que hablar del partido Alianza Social Independiente (ASI). Este ya no hace parte de los partidos de minorías étnicas indígenas, donde se ubicó durante más de veinticinco años.
Tampoco hace parte de los partidos de orientación de centro o izquierda —los llamados alternativos—, pues hizo alianzas con el expresidente y Senador Álvaro Uribe, luego se declaró en la coalición de gobierno de Iván Duque, y finalmente como no les dieron “gobernabilidad” se declararon en independencia.
Hoy la ASI es una minoría que perdió su identidad y se encuentra a la deriva, convirtiéndose en una empresa política dispuesta al mejor postor. Este partido inscribió 8.217 candidatos.
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Los partidos de las élites tradicionales y la coherencia política
Cerca de la mitad de los candidatos registrados para las elecciones del próximo domingo fueron inscritos por los partidos pertenecientes a las élites tradicionales. Estos son quienes han ejercido el poder de manera recurrente durante los últimos 200 años y esta vez inscribieron 57.098 candidatos, distribuidos así:
Fuente. Base de Datos de Inscripciones Registraduría Nacional del Estado Civil
Sobre la controversia en torno a ADA, hay que decir que el afán de crecer no es algo que se le pueda criticar a un partido político. Al fin y al cabo, de eso se trata la política: de buscar el máximo de apoyo ciudadano.
La representación de las minorías en el escenario municipal y departamental es deficiente.
Lo que sí podríamos juzgar es la coherencia de los partidos de minorías étnicas. Aun así, esto nos pone en una situación compleja, pues no es algo que se les exija a los partidos de las élites tradicionales. Quizás los partidos con más coherencia ideológica actualmente sean:
- El Centro Democrático, en el espectro de la derecha extrema o radical;
- El Polo Democrático Alternativo, Colombia Humana Unión Patriótica y el Partido de las FARC en la izquierda; y
- El Partido Alianza Verde en el centro del espectro político.
Los demás partidos son una amalgama de intereses diversos que se expresan según apetitos particulares, que no representan a un sector de la sociedad, ni defienden unos postulados ideológicos de manera coherente.
Además, la cantidad de candidatos inscritos no es un buen indicador del poder político de un partido. Eso es visible, más bien, en el número de elegidos, que conoceremos después del 28 de octubre.
![]() Foto: Facebook ADA |
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¿Un doble rasero?
A juzgar por el número de candidatos inscritos a los diferentes cargos de elección popular, se diría que el nivel de representación de los partidos de minorías es limitado. De hecho, hay que decir que tanto la cantidad como la calidad de la representación de las minorías en el escenario municipal y departamental es deficiente y muestra su escasa presencia en el conjunto de la política nacional.
Ahora bien, podría ser prematuro hablar de presencia de actores al margen de la ley en los partidos de minorías afrocolombianas. Por ahora, su participación revitaliza nuestra maltrecha y reducida democracia. Así que antes de juzgarla con un rasero que podría resultar racista, hay que tener en cuenta que las prácticas de las que se les acusa no son muy distintas de las que usan los partidos de las élites que han gobernado los municipios y departamentos.
Si somos ligeros en nuestras apreciaciones, podríamos estar estigmatizando a una minoría étnica que ha sufrido una discriminación constante a lo largo de la historia. ¿Por qué resulta preocupante el crecimiento del partido ADA y no la del Partido Colombia Justa Libres, que en el mismo periodo inscribió 3.741 candidatos? ¿Por qué no resulta sospechoso el crecimiento del partido Colombia Renaciente, que inscribió 5.317 candidatos en el mismo periodo?
De nuevo, el nivel de consolidación de un partido o movimiento político no se puede medir por el número de candidatos inscritos. Lo que realmente determina la madurez política es el número de ediles, concejales y diputados elegidos; y especialmente el número de alcaldes y gobernadores. Estos resultados no necesariamente coinciden con los de las elecciones para el Congreso, que es donde se mantiene, se pierde, o se gana la personería jurídica, de acuerdo con el régimen electoral vigente.
Analizaremos los resultados del próximo 28 de octubre y veremos cómo es la representación de las diferentes minorías en las alcaldías y gobernaciones, así como en las juntas administradoras locales, los concejos y las asambleas. Seguramente no habrá sorpresas y se ratificará la condición de minorías que han tenido desde siempre.
*Consultor, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, IIDH.