2018: Una nueva oportunidad para el timonazo ambiental - Razón Pública
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2018: Una nueva oportunidad para el timonazo ambiental

Escrito por Ernesto Guhl
Cambio climático.

Ernesto GuhlLos daños derivados del cambio climático están creciendo a pasos de gigante.  ¿Qué debe -y puede- hacer Colombia en cada uno de los grandes temas ambientales para evitar la catástrofe mundial y convertirnos en un territorio sostenible?

Ernesto Guhl Nannetti*

Una crisis que nos afecta a todos

A pesar de los acuerdos internacionales -tan lenta y difícilmente logrados- y de los esfuerzos de los gobiernos y la sociedad civil, la crisis ambiental del mundo entero se ha intensificado. Y la crisis ha sido agravada por el retiro de Estados Unidos del acuerdo sobre cambio climático.

La crisis tiene efectos globales, nacionales, regionales y locales que deben remediarse de forma coordinada. Es crucial entender que la sostenibilidad no es posible si no parte de la gestión efectiva y armónica del territorio. La pregunta sobre cómo vivir en paz con la naturaleza y de manera más equitativa y solidaria entre nosotros nunca pierde vigencia.

La tendencia del territorio colombiano a convertirse en insostenible se acentúo durante los últimos 15 años, debido al modelo económico extractivista y al deterioro de la calidad de los principales componentes ambientales. La OCDE concluye que las altas tasas de crecimiento económico del país se lograron a costa del medio ambiente.

La OCDE concluye que las altas tasas de crecimiento económico del país se lograron a costa del medio ambiente.

Los riesgos derivados de fenómenos hidrometorológicos extremos causados por el cambio climático también han aumentado de manera notoria. Además, los temas ambientales han perdido relieve político porque son vistos como obstáculos para el desarrollo y no como variables esenciales para una sociedad mejor y más equitativa.

2018 será en Colombia un año incierto y difícil. El descrédito de la clase política, la pérdida de confianza en la justicia, la crisis económica, la lentitud en la aplicación de los acuerdos de paz y el deterioro y contaminación del hábitat crean un escenario confuso y pesimista.

Por eso importa volver a darle al medio ambiente el papel protagónico que le corresponde, pasando de la retórica a una gestión efectiva del territorio, basada en la participación social, el conocimiento y la ciencia – es decir para reorientar al país hacia la sostenibilidad-. Esto implicaría actuar con franqueza y firmeza frente a las causas -no apenas ante los síntomas- del problema.

Transición energética

El ecosistema que se vería afectado por los proyectos en Gorgona.
El ecosistema que se vería afectado por los proyectos en Gorgona.
Foto: Parques Nacionales Naturales de Colombia

Colombia debe avanzar hacia una economía baja en carbono, que no dependa del carbón y del petróleo, sustancias que en todo el mundo merecen rechazo por sus efectos ambientales, y cuyo uso en nuestro caso también se justifica como fuente principal de los ingresos fiscales.

El país debe iniciar su reemplazo por energías limpias y rentables, haciendo énfasis en la energía solar, en la cual poseemos un alto potencial, ya que contamos con muy extensas zonas con alta radiación solar como los Llanos y las sabanas del Caribe. Asimismo, el país debe estimular el reemplazo de los automotores que utilizan derivados del petróleo por los eléctricos, siguiendo el ejemplo de muchos países que han prohibido su circulación.

Si logramos cumplir los compromisos de Colombia en la Cumbre de París -a pesar de que nuestras emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) son apenas 0,75 por ciento de las globales- daríamos una señal de confiabilidad y seriedad, que nos permitiría participar en la lucha contra el cambio climático en el escenario global, recibiendo los beneficios y recursos que ello conllevaría.

Ocupación del espacio y uso del suelo

Hemos entendido el territorio como una dicotomía entre lo urbano y lo rural. De esta manera hemos promovido la urbanización como la única opción para llevar una vida segura y deseable.

La expansión desmedida de las grandes ciudades sobre las zonas rurales con suelos de primera calidad, con el beneplácito de muchos municipios por los ingresos que produce el cambio de uso del suelo, ha ocasionado el crecimiento de zonas urbanas insostenibles por sus altos costos.

Es necesario promover la nueva ruralidad más moderna e incluyente basada en el suministro de bienes públicos y que desestimule la tendencia a la urbanización.

Además, la concentración de los vertimientos de aguas servidas sin ningún tratamiento ha contaminado los ríos y aguas subterráneas de manera alarmante, restringiendo su uso por razones de salud pública. Es necesario promover la nueva ruralidad más moderna e incluyente basada en el suministro de bienes públicos y que desestimule la tendencia a la urbanización.

Aprovechar los nuevos planes de ordenamiento territorial, quitándoles su marcada tendencia urbana, reconociendo el territorio como una unidad con componentes urbanos y rurales interdependientes que se complementan para crear un territorio sostenible, sería una oportunidad excepcional.

Conflictos centro periferia

Afectaciones por los cambios climáticos.
Afectaciones por los cambios climáticos.
Foto: IDEAM

Colombia es el segundo país del mundo en cuanto al número de conflictos socio ambientales. Los intereses y proyectos del gobierno nacional y las compañías que los desarrollan chocan con frecuencia con los de los habitantes de las regiones donde estos proyectos pretenden realizarse.

Ejemplos de lo anterior son la minería a gran escala en montaña y las explotaciones petroleras, vistas como perjudiciales dado que lastiman las formas de vida, el tejido social, costumbres y futuro de los habitantes de diferentes regiones. El aumento de las consultas populares de los últimos meses demuestra que las poblaciones urbanas y rurales no ven ningún beneficio en esta clase de actividades.

Parecería que las oficinas centrales del gobierno no conocen suficientemente el país, mucho menos las necesidades e intereses de sus gentes. Colombia es un país de regiones muy heterogéneas, “pluriétnico y multicultural”, donde las formas y planes de desarrollo deben adaptarse a esta característica en lugar de imponer desde el centro recetas uniformes y simplistas. Estamos ignorando la historia y la geografía.

La participación social es indispensable para el mejoramiento y legitimidad de los planes y proyectos, por lo cual su reglamentación como el ejercicio de un derecho y un deber es una prioridad para consolidar regiones pacíficas y prósperas.

Ciencia y tecnología

La ciencia es un requisito para conformar una sociedad exitosa. Así lo han comprobado los países que invierten recursos cuantiosos y de modo sostenido en investigación y desarrollo, y con ello logran acceder a niveles de vida cada vez más elevados.

Sin embargo el gobierno no aplica este principio. A pesar de los aportes que se han hecho al desarrollo sostenible y al bienestar, los institutos de investigación del Sistema Nacional Ambiental (SINA) han visto disminuir sus recursos provenientes del presupuesto nacional de manera alarmante. Es más, el sector ambiental recibió fuertes recortes presupuestales para 2018, afectando aún más la gestión y ejercicio de la autoridad ambiental.

En este orden de ideas, podemos concluir que otra prioridad nacional es comprender que la investigación, el conocimiento del territorio nacional y el uso sostenible de sus potencialidades son variables esenciales para lograr la calidad de vida, el bienestar y el progreso de toda la población, y por esto es fundamental asignarles los recursos necesarios para hacerlas florecer.

Conservación

Daños por el cambio climático.
Daños por el cambio climático.
Foto: Alcaldía Mayor de Bogotá

La creación de áreas protegidas ha sido la principal política de Estado colombiano en relación con el medio ambiente; posiblemente sobrepasemos las metas internacionalmente adoptadas sobre el porcentaje de áreas protegidas. Todo esto se ha logrado con enorme esfuerzo, ya que los recursos son insuficientes y la ampliación de estas áreas no ha conllevado al aumento de los mismos.

No obstante, en el siglo XXI la conservación debe convertirse en una forma de vida que abarque todo el territorio y las actividades, empleando formas de aprovechamiento y sistemas productivos ecoamigables.

Conservar la riquísima biodiversidad que aún tenemos es indispensable para disponer de sus servicios ecosistémicos de los cuales dependemos para vivir y progresar.

Conservar la riquísima biodiversidad que aún tenemos es indispensable para disponer de sus servicios ecosistémicos de los cuales dependemos para vivir y progresar. La propuesta del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para “realinderar” las reservas forestales, o la intervención en el Parque Nacional Natural Gorgona, van en contravía de esto.

La quema del bosque tropical para reclamar la posesión de la tierra, ampliando innecesariamente la frontera agrícola y ganadera, llevar a cabo proyectos mineros o adelantar actividades ilícitas como la siembra de coca y la minería ilegal, es un atentado contra la biodiversidad y por ende contra nosotros mismos.

En zonas del Meta, Caquetá, Putumayo, Chocó, Nariño y Catatumbo, antes controladas por las FARC,  la deforestación ha aumentado el 44 por ciento. Sin la presencia efectiva del Estado será imposible frenar estos procesos que empobrecen el medio ambiente. La quema de bosques es una de nuestras principales fuentes de emisión de GEI.

Conclusión

Como puede verse, el manejo del medio ambiente requiere una revaloración y un cambio fundamental para enfrentar las nuevas realidades. Este cambio debe incluir el tránsito paulatino del extractivismo hacía el aprovechamiento sostenible de nuestros recursos, generando empleo y cadenas de valor en las regiones, mediante una nueva gobernanza participativa, solidaria e incluyente, basada en la educación y el conocimiento, que dé prioridad al bien común y mantenga nuestro potencial de servicios ecosistémicos, para convertir a Colombia en un Territorio Sostenible.

Ojalá que las campañas presidenciales en curso pongan en primer lugar al medio ambiente y su aprovechamiento sostenible para mejorar la calidad de vida y el futuro del país.

*Ambientalista, profesor universitario, autor de libros y artículos y conferencista sobre temas ambientales, exviceministro del medio ambiente, consultor internacional, actualmente director del Instituto Quinaxi.

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