En medio de un rosario de lugares comunes, hay algunas propuestas novedosas y polémicas que marcan las diferencias reales entre los candidatos.
Iván Jaramillo Pérez*
Una lección de memoria
Hace 28 años fue muy sencillo tramitar la Ley 10 de 1990 porque como decían los parlamentarios “la salud no es un tema de interés político”. Hoy el panorama es muy distinto y el tema se disputa el segundo o tercer lugar en la agenda de los colombianos encuestados, cerca de asuntos como la corrupción o el empleo.
Al revisar las propuestas parece que los candidatos hubiesen recibido clases de expertos en la materia, porque todos repiten la lección: es fundamental fortalecer la salud como derecho, es mejor prevenir que curar, es importante mejorar la capacidad resolutiva de los primeros niveles de atención, es necesario mejorar la financiación y aumentar la calidad. Un sin número de lugares comunes.
Pero en este análisis me voy a referir a las propuestas más novedosas de cada candidato, destacando sus principales fortalezas y sus más serias debilidades. Siguiendo el orden que dan las encuestas:
Iván Duque
![]() Candidato Presidencial, Iván Duque. Foto: Candidato Presidencial, Iván Duque. |
Sin lugar a duda, su programa de salud fue diseñado por la “millenial generation”.
Muestra de ello es el hecho de que una de sus propuestas clave consista en digitalizar el sistema de salud tanto como sea posible. Según su programa “no sólo las historias clínicas deben ser 100% digitales, sino que todo el sistema debe estar en línea y ser coordinado y evaluado mediante el uso de Big Data; así se evitarán abusos de forma anticipada y se propondrán soluciones en tiempo real”. Así mismo, “se utilizará la telemedicina para atender las zonas apartadas y habrá facturación electrónica en todas las clínicas y hospitales”.
En resumen, Duque propone llevar la revolución digital al ámbito de la salud. Hace 28 años la Ley 10 de 1990 obligó a los médicos a estudiar posgrados en gerencia y administración para poder ejercer cargos directivos en los hospitales. Parece que de ganar el candidato del Centro Democrático, los médicos deberán hacer posgrados en Ingeniería de sistemas e informática para poder conservar sus puestos directivos.
Por otra parte, la inexperiencia del candidato en administración pública se hace evidente cuando declara que “se necesita una ley de punto final donde se sepa quién le debe a quién y se establezca un plazo de 36 meses para pagar…”. En realidad, para lograr esto sólo se necesitaría una norma de menor nivel que obligue a liquidar los contratos de servicios de salud entre las EPS y la IPS (hospitales y demás proveedores del servicio) al menos cada año.
Pero la norma en cuestión no sería atractiva para las EPS ni para las IPS porque las primeras tendrían que pagar las cuentas so pena de que las IPS acreedoras las embarguen, y las segundas prefieren fantasear con la idea de que les deben millones y así evitar presiones de los empleados y proveedores y exigirle al Estado más recursos.
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Gustavo Petro
![]() Candidato Presidencial, Gustavo Petro. Foto: Alcaldía Mayor de Bogotá |
Es el único candidato que comulga con la idea de que “todo pasado fue mejor”. Por eso Petro propone acabar con las EPS y volver al sistema de los hospitales públicos gratuitos con “subsidios de oferta”, y para empezar reabrir el San Juan de Dios.
El programa de Petro parece diseñado por un sindicato o por la Asociación de Damnificados de la Ley 100 de 1993.
Para escribir este artículo, contacté a un viejo amigo que hoy asesora a Petro y él me dijo que: “En el ámbito de la salud no estoy de acuerdo con mi jefe, pues hace poco me hicieron una intervención a corazón abierto que costó más de 60 millones y la EPS lo cubrió todo. Si me hubiera atendido un hospital público estaría muerto o en la ruina”. Con esas palabras lo dijo todo.
Por otra parte, el programa de salud territorial que Petro exalta en todas la plazas y que consiste en enviar equipos de profesionales de la salud a casas particulares, junto con su programa favorito de prevención y promoción (P.P) son sumamente acertados. Pero serían mucho más eficientes si fueran manejados y financiados por las EPS, pues así si evitaría la duplicación de costos. Como a Petro no le gustan las EPS, sostiene que estos programas deben ser ejecutados por los hospitales directamente, lo cual implicaría más costos y desvío de recursos hacia burocracia.
Cualquier experto en la materia sabe que a los hospitales no les interesa fomentar la prevención y promoción, sino vender consultas, hospitalizaciones y cirugías. Creer que los hospitales van a impulsar estas estrategias es sumamente ingenuo: a ellos no les interesa convencer a los usuarios de que coman y duerman bien, hagan deporte, se vacunen, vivan en entornos saludables y empleen medicinas caseras, pues esto les representaría perder “clientes” y los ingresos que representan.
Es importante mencionar que los países que tienen programas exitosos de prevención y promoción cuentan con un aparato independiente de los hospitales que se encarga de promover estas estrategias.
Por otra parte, el plan de gobierno de Petro no aclara cómo solventará los altos costos de los programas que pretende llevar a cabo. ¿Será que los sindicatos permitirán que se gasten 300 millones en una sola persona para hacerle un trasplante de corazón? Ni hablar de los costosos tratamientos que se requieren para tratar el cáncer y el VIH, entre otros.
En conclusión, en materia de salud la Colombia Humana tiene más cara de revancha ideológica que de la inteligencia que la caracteriza en otros temas.
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Sergio Fajardo
![]() Candidato Presidencial, Sergio Fajardo. Foto: Conexión Capital |
Si bien todos los candidatos abogan por mejorar la calidad de la salud, únicamente Fajardo propone un incentivo concreto para que esto suceda.
Se trata de dividir el pago a las EPS (la unidad de pago por capitación) en dos: una parte fija y mínima por afiliado y otra parte variable que dependa de los resultados y la calidad del servicio prestado.
Aunque esta propuesta no es fácil de llevar a cabo, sí es ingeniosa y se podría poner a prueba, por ejemplo, estableciendo un ranking de EPS y un pago diferencial, mejorando la remuneración a las que presenten un mejor servicio.
Por otra parte, como buen abanderado de la lucha contra la corrupción, menciona el caso del cartel de la hemofilia en Córdoba, así como la evasión de cotizaciones a la seguridad social. Fajardo sostiene que para controlar estas irregularidades, la DIAN sería la “joya de la Corona”. Sin embargo, deja por fuera de sus críticas a los entes de control del sector salud donde día a día se registran casos aberrantes de corrupción, como sucede en la Superintendencia Nacional de Salud y con muchos sistemas de auditoría que se venden al mejor postor para financiar a los políticos.
German Vargas Lleras
![]() Candidato Presidencial, Germán Vargas Lleras. Foto: Ministerio de Vivienda |
En términos generales, el programa de Vargas Lleras en salud está muy bien asesorado, pues tiene una “curita” para todo.
Entre sus propuestas sobresale la defensa de los medicamentos genéricos impulsada por el ministro Alejandro Gaviria, la cual ha sido un éxito por impulsar la industria nacional. En la misma línea, Vargas Lleras propone un sistema centralizado de negociación y de compras que podría generar un ahorro del 5 por ciento equivalente a 1,8 billones de pesos cada año.
Por otra parte, lo más discutible de Vargas en materia de salud es su propuesta económica, pues ofrece aumentar los recursos del sector del 7,4 al 9 por ciento del PIB, pero no dice cómo. Los seguidores de este candidato tendrán que votar por él sin saber de dónde va a salir toda esa enorme suma de dinero.
Humberto De la Calle
![]() Candidato Presidencial, Humberto de la Calle. Foto: Presidencia de la República |
Como buen liberal defiende la libre elección en materia de EPS.
Para él, los usuarios deberían tener la posibilidad de salir con facilidad de una EPS y afiliarse a otra que les parezca de mejor calidad. De la Calle coincide con Fajardo en que la financiación de las EPS debe ser proporcional a la calidad del servicio que ofrezcan.
No obstante, como “buen neoliberal”, De la Calle es un peligro pues propone sustituir las cotizaciones obrero-patronales por recursos fiscales, olvidando que la primera es una fuente segura de fácil recaudo, mientras que la segunda es insegura y de difícil recaudo. De la Calle sostiene que esta sustitución generará empleo, pero es imposible corroborar que así sea.
*Magister en Administración Pública, CIDE, México. Ha sido Secretario General del Fondo Nacional Hospitalario y Coordinador del Programa de Consolidación del Sistema Nacional de Salud. Consultor internacional, investigador, docente universitario y autor de varios libros sobre el sector.